domingo, 29 de enero de 2012

- TODA LA ALEGRÍA DE VIVIR -



Levantarse a cien sonrisas, sentir la vitalidad interior y exterior a flor de piel, tener ganas de hacer muchas cosas, y estar dispuesto a comerse el mundo con patatas y montera. Todo junto y para tí.
Abrir el día, y el ocio en el amanecer, y calzarse las viejas zapatillas y saludar al dios Rá o a quien haga falta. Moverse y soñar.
Sentir el viento en la piel del cuerpo, tu alma en movimiento, avanzar imparable hacia unos sueños personales, o sencillamente coger un buen libro y ponerte a leer.
Ganas de gustar, de gustarte, de torear la vida como los grandes maestros taurinos; cortejar al amor en una encerrona de bosque, tomillo y encanto.
Brote verde al lado del manantial, río que vas, flor silvestre que cromatiza un poco de tí, deseos de encontrar pareja y de tirarle los tejos hasta que te sonría, y sobre todo, hacer algo agradable que ni tú mismo hubieras pensado que serías capaz de concretar y culminar. ¡Vive, coño! ...
Sí. La vida. La vida es un enjambre de emociones que huelen a lo que tú quieras que huelan. Quizás a miel dulce, o a colonia francesa,  a coche con cadenas camino de la nieve, o a juguetear en un blog frente al ordenador, o darle la teta a un bebé, o practicar   el  vicio   maravilloso de moverse y estar vivo, hasta al menos cuando lleguen tiempos menores. Que no te quiten lo bailado.
Optimismo y salud. Entusiasmo por las cosas, y no dejar que la rutina correcta convierta tu tanga en braga, o tu pantalón corto en un manojo de apuros o vergüenzas. Súeltate.
Sí. Suéltate la melena, el sujetador, y las prendas que te dé la gana y te molesten, tíralas un rato al aire y que les den. Destapa toda tu verdad, siéntete apuesto o guapa, linda et jolie, bonita, y bravamente hermosa. Radiante.
No hay edad. Sé mala y hasta madura con malicia, y dile a ese hombre que sabes, que quieres tomarte un café con él. Más tarde, pactáis si lo deseas un largo beso. Pero, ¡sé feliz!
Aventura de la vida. Ganas de vivir. Arco iris abierto en abanico cuando sale el sol. Lluvia que se repliega como un paraguas ajado, en busca de una osera de relevos.
Y cuando leas ésto, ponte a inventar, a sonreír, a pensar en la bici estática o en aquel amor que puede ser. Ten y date tiempo para tí. Reflexiona sobre tu tiempo abierto desde la libertad, y entonces sabrás lo que significa la felicidad. Una provocación. Éso, es lo que es la felicidad.
Sube al tren de la vida, bienvenid@ seas al barco de las sonrisas trazadas en tu universo personal. Nadie te manda. Ni siquiera el vil dinero. Se acabó. Ahora toca atreverse, intentarlo, hacer el osado, construírse un castillo con cimientos de sueño feliz, y buscar la madurez del día a día en cada palabra.
- ¿HACE, AMIG@? -

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