lunes, 5 de diciembre de 2011

- ESPAÑA GANA ANTE ARGENTINA LA COPA DAVIS 2011 -



En estos momentos no sé quién fue Davis. Pero logró sin duda nacionalizar    el  tenis , y  metiéndole pasión patria, le quitó individualismo a su deporte. ¡Viva Davis!
La Cartuja. Sevilla. Olé y tenis. España contra Argentina. La final. Se habían jugado los   dos primeros partidos individuales y el doble, y la cosa era favorable a España por 2-1. Llegaba el gran combate. Del Potro, contra Nadal.
Ahora me explico por qué Arantxa Sánchez Vicario ganó tantos partidos y cosechó  tantos  triunfos, a pesar de ser bajita y de poco fuste académico de tenis. Sí. Lo habréis adivinado: su, ¡"vamos, vamos"!, fue fundamental en su carrera. El componente psicológico.
Jugar hoy bien al tenis es en esencia, dominar los nervios y la concentración. Cerrar los partidos, es una cosa tremendamente dífícil de hacer, hasta para los grandes campeones. El mismo Djokovic tuvo ese problema con lo bueno que es. Jugaba de cine, pero de repente le entraba la ansiedad y rompía todos los platos de la victoria. Hasta que logró parar, y comenzó a triunfar. Aprendió a sosegarse. A ser frío.
Ayer en Sevilla, y espoleados por dos aficiones que eran más de fútbol que de tenis,- y que interrumpían contínuamente la concentración de los jugadores-, el grandullón Del Potro, y el "terminator" español Nadal, se las tuvieran bien tiesas y tensas.
El primer set, no tuvo color. Nadal no estaba. Y la mano derecha del argentino no era un drive, sino un latigazo pegador. Una bala, su bola de derecha. Y las cosas, pintaban mal en el segundo set para "SúperNadal".
Mas el manacorí, viéndolas venir, se transformó y se volvió bestia parda. Soltó sus nervios, agarró la alegría, y comenzó a demoler golpe a golpe a su adversario. Le sacó de quicio en el segundo y tercer sets.
Pero en el cuarto set, fue Nadal el que empezó a dudar. Y, Del Potro, resucitó. Sí. Bajones y subidones, las dos aficiones histéricas, las pulsaciones a mil, y los rostros tremendamente serios, engarrotados y llenos de nervios. Emociones alocadas y en acción.    Podía    perder cualquiera. ¡Danger! ...
Sí. Ser tenista es ser carne de psicólogo. Hay que ir a la consulta. Hay que soportarse   la  tensión de uno mismo. Y, a veces, no se puede. Y cuando el servicio es tuyo, va y resulta que es malo para tí, y cuando te adelantas en el marcador, tienes miedo a ganar y empiezas a tirar la bola fuera. ¡Dios mío! ...
Nadal está más acostumbrado a estas peleas psicológicas. Por éso, le ganó ayer a Del Potro. Porque su cabeza tenía más coraza que la del argentino. Aguantó mucho mejor sus bajones y nervios. Oye, de mayor no quiero ser tenista que me pongo malo ...
España se alzó, apoyada en Nadal, con una nueva victoria en la final de la Copa Davis, ante un digno rival. Tras la tensión del gran choque, se desató el placer. Saltos, gritos, excesos y risas. Después de pasarlo mal, hay que darle alegrías al cuerpo. Y no digamos si se está en Sevilla. ¡Y, olé!
- ¡ENHORABUENA! -

0 comentarios:

Publicar un comentario