Querida Montañéz, ¿tú no sabes que esto de irte a otro lugar no se nos hace?, ¿tú no sabes que más de media España estamos enamorados de tí y hasta las trancas?, ¿te lo has pensado bien, éso de dejar al Wyoming y a todos desolados?, ¿volverás? Contesta a la última pregunta.
¡Oh, Beatriz! Déjame ser cursi y sincero. I love you. Sí. Pero bien pronunciado, como tú haces con ese impecable inglés, maravillosa mujer. O por lo menos, yo te "ailovdiu" de ése. Sí. Más que a Elsa Pataky, que ya es decir. Y ahora, déjame hablar en serio si es que lo logro. Solo serán unos breves momentos. Okey.
Beatriz y Montañéz, ¡tú vales mucho! España, te necesita. Y te voy a confesar, que lo que más me gusta de tí no solo es lo que parece. Nones. No te equivocas, Beatriz. No. Lo que te hace valía profesional en tu fresca juventud, es la naturalidad. Ése, es tu activo. Has sabido ser natural y fresca delante de una pantalla, y eso tiene un gran mérito. Has sido, tú. Siempre tú, a pesar de ese machismo ancestral que nos devora, y que solo podría ver en tí a un pibón celestial con un cuerpo de esculpir, unos ojos maravillosos y de china, o unas piernas interminables. Y, me censuro adrede, Bea ...
Ése, ha sido tu gran éxito en el programa "El Intermedio" del maestro Wyoming. Has sido tú, en libertad de mujer, parándole los pies al entrañable y maravilloso viejo verde, plantándole cara y con ejemplar convicción de tus ideas a los gorditos del Tie Partie.
Sí, Beatriz. No has necesitado ser actriz o chica mona, para dejarnos admirados y con la boca abierta. ¡Tú eres un piropo! Has sabido ser una mujer independiente, una chica como las demás y nada creída, en medio de la fama y el oropel.
Me ha gustado tu desparpajo y tu risa sincera, cuando te descojonabas literalmente ante la magia del humor del Wyoming. Has sabido ser cómplice de la inteligencia y de la verdad, y has dicho a todas las mujeres bellísimas de este país, que la belleza solo es un avatar menor que se tiene o no. Solo éso.
Sí, Bea. Tú has dejado el pabellón de la frescura de mujer actual, pero que bien alto. Confieso, que al principio pensé que solo eras una rojeras reivindicativa y envuelta en un cuerpo explosivo. Pero, erraba de plano, muchacha. Estaba en off side.
Me pones triste, porque te vas de nuestra casa y de la casa del maestro Chechu, y nos dejas sin relevo claro. Pero, ¿sabes? Creo que te mereces hacer lo que desees y no encasillarte. ¡Viva tu libertad, Beatriz! Te has ganado tu tiempo de crecer, de evolucionar, de aprender, y de tocar otros ritmos o diapasones. Sí, bella gaviota.
Ahora quieres volar, y te comprendo. Y te aplaudo, "chicaza" maravillosa. Pero, porfa, no te vayas muy lejos, que la Navidad es a veces pesadita y triste, ¿vale? Estáte por ahí por donde quieras, pero te pido, Reina Baltasara, que me des un regalo en forma de tu recuerdo imborrable y amable. Completamente triste y enamorado de tu talento y mujerío, se despide aquí un mago amigo y poeta.
-PERO, ¡VUELVE! -
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