Marisela se levanta todas las mañanas, y le da un beso a su marido culto. Luego, no dice apenas nada, y se va a la ducha purificadora e higiénica. Trata de hacer el menor ruído posible mientras se ducha. Su marido se va a trabajar, y élla se despide de él con un casto beso. Ella también tiene la agenda a cien. Rápido desayuno, y en marcha va Marisela. Las horas del largo día se pueden hacer muy duras. Su vida, es la música clásica. Canta y enseña Marisela.
Marisela pertenece al mundo selecto de nivel económico alto, y de abolengo de posibles. Conoció a su amor marido, y se vino al Mediterráneo. Hay luz y mar. Y además, la mansión en la que vive es bastante envidiable. Sinceramente, y con el beneplácito de Dios. Dios en todas las casas y empezando por la suya.
Marisela es creyente y trata de predicar con el ejemplo cotidiano. Sus ojos son verde bonitos, y hay ambición y poder en su mirada que encanta. Dios es su justicia. No cree en los poderosos que quieren terminar con los derechos de los pobres y de los trabajadores. Jesús no dijo éso. Y Jesús, es Dios. Su Hijo.
A Marisela le costó mucho llegar a ser maestra y cantante lírica. Es, su lema. El esfuerzo. Sí. El acomodado que no se esfuerza no puede ser bueno. El conformismo no va con Marisela. Las cosas suceden, evolucionan y se mueven. Todo ya está creado, pero los hombres no solo deben ser elementos pasivos que ven cómodamente la televisión.
Por éso Marisela es de ideas bien claras. Todos, no pueden ser grandes, aunque sí la caridad debe ser universal. Además, y a pesar de que dinero hay bastante, la austeridad es un don y las comidas caseras también pueden ser bien suculentas. Todo es cuestión de sacrificarse.
Marisela está profunda y apasionadamente enamorada de la música lírica. Es mezzosoprano y la contratan en coros, y en individuales bodas, comuniones y bautizos. Lo que pasa, es que Marisela no es mujer de concesiones.
Tiene claro, que cantar bien es dejarse la piel. Y que la alegría puede y debe ser un esfuerzo contenido. Y Marisela hace tiempo que decidió aprender a respirar adecuadamente. Es decir, que se inspira muy suavemente, se deja el oxígeno en el estómago, y luego se sopla imperceptiblemente y con convicción para afuera. Y entonces las ideas salen más rigurosas.
No. Marisela siempre afirma que el canto es método y nunca un alarde. Y que si se tiene que poner selectiva y a cribar, entonces hay que serse serio y despreciar honradamente lo que huele a mediocre. Que, puede saberse, con la experiencia de sus años y de su peripecia personal. La vida no es un camino de rosas aunque se tengan posibles. Siempre se ha sabido, y ella sigue ese mismo sendero como máxima casi infalible. Es la verdad de lo que hay.
Si es re y fa, no puede ser do y mi. Ni sol y la. El pentagrama es sacro, y el solfeo son las cuatro reglas. La voz es gimnasio y talento. Y en un gimnasio adecuado y como de feng shui, dichas cuerdas vocales pueden acercarse a un budismo basado en la perseverancia y en la obediencia a la persona que te enseña. No hay más claves.
Marisela, al llegar la noche, reza una jaculatoria, le da dos besitos a su marido, y se dispone a dormir. Qué horas más cortas tiene el día. Se organizará mejor.
-LO PROMETE MARISELA-
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