El mejor deportista olímpico de todos los tiempos. Un nadador americano y de Baltimore. Diecinueve medallas repartidas entre las Olimpiadas de Atenas, Pekín, y ahora Londres.
Admirable y glorioso rey del agua, Michael Phelps. Destrozando récords del mundo, y la gran referencia cúspide de la actual historia olímpica. Veintisiete años y nunca nadie como él. ¡Más que envidiable tipo! ...
Quizás todo lo moderno empezó con un tal Johnny Weissmüller, al que todo el mundo conoció por su intrepretación del personaje de "Tarzán", y que por cierto acabó loco y voceando entre demencias su gran grito cinéfilo y de impacto. El rey de la selva, había sido el rey de las piscinas. Su trampolín, fue Hollywood. Y su tumba ...
Después, nos impresionaron aquellas potentes ondinas con hercúleas y poco femeninas espaldas, como eran las de las chicas nadadoras de la extinta República Democrática alemana. Dijeron que se dopaban, y ahí se dispararon rumores y hasta verdades. La famosa guerra fría entre rusos y americanos ...
En esta natación de cuerpos de agua y alma de peces, la juventud y la precocidad se apoderan de todas las glorias y tesoros acuáticos. Es raro ver a un as de la natación , con veteranía cronológica. Nadar, es natural suavidad y potencia de purasangre. Sobre todo, en la descarnada velocidad. Que es de lo más emocionante de este deporte. Eléctrico, como los cien metros que ya esperan cual alfombra roja a la zancada brutal del velocista jamaicano de tierra, Usain Bolt.
Volviendo al mundo del agua, la emoción se revolucionó con otro americano. Nada más y nada menos que Mark Spitz. El hombre del bigote, que nos dejó a todos con la boca abierta allá por los años setenta y por la canadiense Montreal. Su voracidad sobre los oros era realmente fantástica. Nadie puede olvidar al carismático Mark. Ganaba prueba tras prueba ...
Pero, quizás, los mejores deportistas siempre vienen más tarde. Es decir, ahora. Más rápido nadan, el crono es un estímulo para ellos,y el éxito su chicle preferido. El imperio de la juventud y del físico espectacular, entre las calles que separan a los grandes ases de los outsiders.
Michael Gross, "Albatros", otra fiera de ésto. "Orista" y alemán. Sensacional nadador. Intenta nadar como él a ver si te atreves...
Y en el medio de este relato, y en lo más alto de lo que queda de la gran Olimpia, un tipo mágico que se ha divertido demasiado desde Atenas 2004 , pasando por Pekín 2008, hasta hacerse humano y récord absoluto de todos los récords en este London 2012. ¡Todo el récord es suyo! ...
Sí. El estadounidense Michael Phelps es ahora el nomber one del deporte olímpico de todos los tiempos. Ha llegado cascado a su último momento álgido, pero ahora usaba la calculadora de sus números. Con unas pocas medallas más, destronaría de lo más alto del Olimpo a la gimnasta rusa Larisa Latynina. Lo ha logrado. El laurel es para el gran Phelps. Ha ganado. Lo ha ganado todo. Ha sumado triunfo más triunfo, hasta conseguir el gran Everest. Es el más grande. Lo ha demostrado. Cifras cantan. Sí.
Michael Phelps le ha dado un enorme subidón a la natación. Es un deporte simpático y de jóvenes, de portentos y de precocidades.
- ¡ THANKS, Mr. PHELPS ! -
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