viernes, 30 de noviembre de 2018

- EULALIA Y SU SONRISA ESCONDIDA -




Se la nota en los gestos y en su convicción. Es catalana, práctica, realista y triste. Eulalia no tuvo una vida fácil nunca. Y ya en su tierna juventud, decidió sacar su carácter y enfrentarse al mundo.
Eulalia nunca supo callar ni ha nacido para ello. La costumbre y el franquismo cercenaron finalmente su deseo de ser doctora aunque lo intentó todo. Eran otros tiempos,-ahora anda en los sesenta-, y eso ella lo acusó demasiado.
La gran palabra de Eulalia, fue la pregunta del porqué. Cuestionó con inteligencia todo el machismo con el que se topaba a cada instante. Y Eulalia nunca se rindió. No pudo ser doctora, pero hace años que trabaja y de vocación en el humano campo de lo sanitario.
Pero su rostro es el de alguien escéptico y desencantado. Lo único bueno que refiere es que su hijo es inteligente y que va bien en los estudios y trabajos dado que tienen las ideas claras y porque ella decidió de madre marcarle las referencias.
De lo demás, poco hay en Eulalia. Mucha tristeza, como en el todo del drama catalán, discurso negativo político constante, y la confesión de que hubo un tiempo en el cual ella no era independentista.
Dejó su tierra tras el desgarro catalán, pero la huída no resulta efectiva. Porque en el fondo ella sigue en su tierra, en su catalaneidad, en su diferencia, en el callejón sin salida, en que no se puede apenas comunicar con gente que la entienda, que los demás hablan frívolo y superficial, y concluye diciendo que ya no logra creer en mucho.
Eulalia está tocada a todo nivel porque la vida puede ser una larga zozobra y con prórrogas inauditas y jeroglíficas. Pilló a su marido y no solo con una mujer. Con varias. Pero está su hijo del corazón, e intereses económicos compartidos y que ahora afirma ser traicionados en beneficio de las pérfidas queridas.
Eulalia, laboriosa, vivida y educada. Trabaja en una residencia de terminales y confiesa que es un afán triste y necesario. La mayoría son dementes ancianos sin solución. Y me habla de esa eutanasia tanto en el ojo del tabú, y que tanto dolor podría quitar si los atavismos se hicieran a un lado de una puta vez.
Eulalia sabe pelear. Es su leitmotiv. Me habla de políticos presos, y de gentes que gobiernan sin talla necesaria. Precisa desahogarse, contar su dolor, decirme que a los cuidadores nadie les cuida, que España es un país lleno de pueblos diferenciados, y al derecho de toda libertad.
Eulalia me dice que el franquismo sigue ahí y que la gente sigue votando en esa línea.  Que, cuidado con la España del Vox o del parlamento europeo, o de la Italia de Salvini que afirma literalmente ante los medios que a los negros inmigrantes hay que devolverlos a su tierra con una patada en el culo...
Inteligente y académica Eulalia. Exquisita, amable, experienciada, pero bastante angustiada. Las imágenes de los porrazos del 1 de Octubre terrible aquel, aún la despiertan en el descanso de la noche, y me reivindica que los políticos presos deben salir de ahí. Y yo decido seguir esuchándola.
Y en un momento dado, noto su falta de cariño y le paso una de mis manos por los hombros mientras suelto una controlada ocurrencia. Y ahí Eulalia saca una preciosa y casi inesperada sonrisa. Y su rostro se ilumina en esperanza y renovación. Esa sonrisa escondida de Eulalia ha de preocuparme porque es síntoma de su realidad y discurso. Poco me dirá de los momentos mágicos en los que fue inmensamente dichosa.
-QUE LOS HUBO-

martes, 27 de noviembre de 2018

- MISERIAS EN LA ARGENTINA "LIBERTADORES". -





Exceso y vandalismo. Canallas enloquecidos golpeando la veta de ilusión. Buenos Aires querido, como campo de batalla. Rivalidades nostálgicas y de odio. Divisiones y cafres ridículos. La pugna no es la guerra. El fútbol no es tan real como creen algunas mentes idas.
Corrupciones, vendettas, desmadre, algún fallo en la seguridad, discursos pisoteados por la evidente violencia social, y un enorme descontento. 
El fútbol ha de ser una pasión con reglas éticas y no una tahona de salvajes que ensucian y hasta matan el prestigio.
Boca y River 2019. Lo que pasará a la historia no será tanto el campeón como los salvajes que no respetan, que atacan, hieren y prostituyen la esencia deportiva de esa Nación. Argentina sigue con la crisis, y los parches siguen sin taponar la gran herida de la frustración. De las dictaduras al corralito, de los filósofos entre los simplones charlatanes, los psicoanalistas que parece que siguen teniendo demasiado trabajo.
Veo brecha inadmisible en un país que lo intenta pero que no termina de concretar los buenos propósitos. Porque sigue oliendo a grito loco, y a tensión, y a poca credibilidad, y a imperio desbocado de intereses económicos, y a cristalazo partido por simios, y a lamentos sinceros con saudade y morriña de impotencia. Valdano habla de luto deportivo y nacional. De prestigio que vuelve a resquebrajarse a pesar de los valerosos voluntarismos.
Cuando se ve a esos bestias tirando todo tipo de objetos y dañando la salud de los deportistas, me vienen a la cabeza las imágenes de la flacucha y mediocre albiceleste que fracasó recién y con Messi, en el pasado Mundial.
Los orgullos se tornan pedanterías, y los sabios del fútbol deliran su discurso de verdad haciendo hueca palabra.
Argentina vive situaciones impropias de un país que tiene muchos europeos en su seno. Es un país demasiado grande y extenso para crear esas mediocridades. ¡No! El fútbol y su caldera de pasiones nunca justifica que haya miedo a pisar una cancha o lugares cercanos. No merece lo que pasa este deporte.
Todo son tensiones. Urgencias, por encima del respeto común. Dicen que los señores de la plata dominan por completo a los del sentido común. Aprieta la dictadura de la matemática del dinero, sin acabar de percibir que uno es grande más allá de que puede lograr hitos históricos.
Lo de River y Boca, lo que se ve, es la punta de un gigantesco iceberg que es la carencia de la ética y la abundancia de la arana hipócrita y falsa. Lo del fútbol es la sociedad necesitada de estímulos de disuasión que acaban siendo drogas duras de enganche.
La Copa Libertadores de América 2019, nunca tendrá un dueño claro y todo será un sueño fallido. Le sobran barras bravas y tipos y tipas haciendo el salvaje. Faltan aficionados que no llenen un Estadio para ver un mero entrenamiento, o rivales que sepan conjugar y deducir que por encima de encontrados, son hermanos.
Y este mensaje parece caer en el abismo del pozo sin fondo. Argentina y su fútbol han pifiado uno de sus grandes momentos de su recuperación como es su supremacía actual en la Libertadores con su final. Ya no existe dicho éxito.
Ahora, las urgencias han de ser otras. Que el fútbol reduzca su desnudez y asilvestradismo, y vuelva a la poesía y a la realidad de Di Stéfano o Menotti. Dosis de sosiego y de cambio de estructura falta en el chip de muchos. Porque Argentina merece otras cosas.
¡UNA PENA!

viernes, 23 de noviembre de 2018

- EL AFECTUOSO EMPUJÓN DE ROSA -




A veces el aprecio es personal y hasta enigmático. Surge. Como todos los grandes y necesarios enigmas. Rosa es de mi familia,-aunque no figure en el libro-, y no se rinde.
Hace tiempo que yo la notaba rara. Extraña. Asustada y hasta irrespetuosa o brusca. Sensacional, y siempre con la experiencia que dan los años vividos. ¡Qué suerte el vivir! ...
Rosa viene todas las semanas y me ayuda a que la casa esté decente. Pero hay mucho más. Porque Rosa es una gran persona. Y lo demuestra, y no le gusta que le vayan con lisonjas o halagos excesivos, dado que es práctica y otra sobreviviente como lo soy yo. Afirma desde su cáncer y sus mil calamidades de salud, que yo le he salvado la vida con mis apoyos de diversa índole. Y la única verdad es que ella hizo en tiempos gimnasia rítmica y su cuerpo y espíritu son fuertes como una roca. Por eso vive y me quiere.
Habla atropelladamente, y su corazón es blanco y noble. Seguramente, si me lee en el blog no le hará gracia. Pero no me preocupa porque ella desconoce la dirección de mi blog y no hay peligro de que mire por la pantalla.
- "Pero, Rosa ..."
- "Me pasa todos los años. Es la depresión. Es algo que no me deja. Es ..."
- "¡Venga! ¡Cuídate! ..."
No le pasaba todos los años. Era otra cosa lo que la tenía rara con respecto a mí en las últimas semanas. ¡No! Me evitaba porque no quería hacerme daño. Había averiguado algo duro para mí, y se debatía entre si referírmelo o callar para siempre a causa del efecto emocional que podía tener.
Se decidió hace unos días a contármelo todo. Yo, no podía entender alucinado apenas nada de lo que me decía. Creía que me hablaba de su finca de la valenciana calle de Guillém de Castro en donde vive. Pero, no. Se refería a la mía. Estaba desarbolada, nerviosa, llorando, desgarrada, y con su voz imparable saliendo a borbotones. Yo, decidí guardar silencio. Era lo mejor.
- "José Vicente, ¿sigues ahí? ..."
- "Sí. Claro ..."
Me decía que ya se había acabado el tiempo de las imposturas. El tema de las grietas y humedades solo se iba a solucionar, afrontándolo. Comunicándolo a los vecinos, llamando al perito del seguro comunitario, y todos esos trámites tan farragosos como ineludibles.
- "Pero, ¿qué me estás diciendo, Rosita? ¡Por Dios! ..."
- "¡Lo que oyes" ¡Haz lo que te digo! "
- "Pero, Rosa ..."
- "No te lo quise decir antes, cariño. Pero si no saneáis la techumbre, la finca se deteriorará y ya no habrá más soluciones ..."
Pasé y paso días muy duros. El futuro de mi casa y de siempre, está en un brete. Ruego a toda hora que se sanee todo, que se paguen los presupuestos, pedir las subvenciones, y todo lo que hay que hacer, ¡coño! ...
Rosa demuestra su cariño con gestos oportunos y elocuentes. Me empujó desde la desesperación a que se siguiera avanzando y a que no me quedara aterido de miedo en espera de lo peor. Ese tejado está hecho unos zorros y hay que actuar.
Discutí con Rosa, reñí con Rosa, me cagué en todo, el enfado es brutal, la contrariedad es inesperada, y todo está plúmbeo y casi desolador por ahora.
- "¡Échale un par de cojones, José Vicente! ..."
La entiendo, la aprecio, me duele lo que me dice pero tiene razón, me faltó porque está nerviosa de miedo como yo lo estoy,intenta que sea coherente, y hoy nos hemos calmado con un precioso consenso.
Tras hacer la escalera y arreglarme una puerta que no cerraba a causa de la humedad, Rosa, ya en la calle, se ha girado y al verme en el balcón me ha saludado con la mano. Y yo le he dado un beso en su dirección con mi mano igualmente. Lo merece más que de sobras.
-MI AFECTO ES ETERNO-

viernes, 16 de noviembre de 2018

- LA RAÍZ DE MI PELUQUERO RAMÓN -




Me fue de resaltar, la expresión de mi entrañable y granadino peluquero Ramón. Mi peluquero desde que yo era un adolescente.
Era, su cara. Su sentimiento sentido y exteriorizado. Quizás, su edad. Ramón con su componente habitual de campechana ternura, pero mucho más metido en esta ocasión sobre lo que me decía y refería.
Pensaba en su padre, y en él mismo, y en los años cincuenta antes de emigrar a mi Valencia, y en el hambre. Ramón hablaba del hambre que pasó. Y eso le indigna, porque ve tiempos de despilfarro y de comodidad, y eso le saca las venas: "Los chavales no se comen las galletas si no llevan muñequito para jugar" ...
Ramón es el sobrevivir. El hambre, nuevamente. Me contaba que de una barra de pan diario, debían comer siete bocas. Su familia. Y no valía con un trabajo, y allá en su tierra cuna o te la jugabas currando hasta el agotamiento, o te morías de hambre. Un trabajo, era poco. El dolor del hambre no se puede notar con el impacto de una verbalización, o por el choque de la punta de un bolígrafo con un papel desnudo y blanco. ¡Nunca! ...
La puta postguerra. La pobreza límite. Por eso hoy más que nunca comprendo y respeto la personalidad de mi peluquero. Era una España y una Andalucía de desesperación la que tuvo que vivir. La que vivió.
Su padre, no podía con tantos trabajos a la vez. Curraba todo el santo día. Ramón, diez añitos, maduró con la precocidad de un osado. Y era un nene. Me contó, que a su padre le habían encomendado un desempeño más, el cual consistía en la construcción de un grupo escolar. Y entonces, Ramón habló con su padre. Y le dejó un tanto perplejo. Le dijo que no se preocupara y que siguiera haciendo de pastor, porque él le cubriría ese tiempo. Y que al trabajo del grupo escolar, acudiría él mismo ...
El padre de Ramón le negó en principio las ideas, hasta que al final le concedió el beneficio de la duda. Había que tener en cuenta que podían sancionar a dicho padre si no se presentaba a este trabajo de obligado cumplimiento.
- "Padre, ¡no se preocupe! El no, ya lo tenemos. Iré yo y ya le contaré si me admiten o no en la obra" ...
- ¡Pero, hijo! ¡Me cago en todo lo que se mueve! ... ¡Venga!, ¡vale! Pero, ¡ya me dirás!, ¿eh?"...
Ramón se presentó en la obra y explicó al jefe el motivo por el cual él substituiría a su padre. ¡Muchos e indeclinables trabajos! Y entonces los obreros le miraron con sorna e ironía. Pero al final premiaron su audacia y le encomendaron la labor de ir llenando los capazos de tierra extraída. Dicho trabajo era tan duro cavando las zanjas, que todo el mundo tenía derecho a un poco más de media hora de descanso. Y en seguida, rígido como el reloj, el encargado urgía a todos a reanudar la faena.
Pero, el niño aguantó. Y en la cabeza de Ramón se clavó la idea definitiva de la dinámica de la supervivencia. No tuvo infancia y apenas juventud. Solo trabajo constante mal pagado, y una novia con la que se casó y sigue casado.
Pasó el tiempo. Como ahora hacen los inmigrantes ecuatorianos o de tantos países que nos llegan cuando logran atravesar la guadaña del Nostrum en barquitas de llanto. Ramón empezó a tener familiares aquí en mi Valencia, que fueron viniendo y aprendiendo oficios y destreza. Tíos, hermanos, primos y familia cercana, conocieron el arte del pelar cabezas, y se fueron haciendo peluqueros. Como Ramón, que lleva casi toda su vida aquí currando en tal oficio.
Me decía, entre emocionado y sorprendido, que no comprende del todo bien por qué los jóvenes no se mueven como antes. No ve mucha perspectiva ni puede comprender el tiempo de hoy. Que es otro. Él vivió el trabajo para combatir el hambre y hasta para poder comprarse una moto, un coche y un chalet. Trabajó como un bestia y además no le quedaba otra.
Pero más allá de sus ideologías, me quedo con su cara sincera y emocionada que definía hoy su más profunda verdad. Las pasaron putas. Y no le hubiera gustado pasarlo tan desagradablemente. Ramón no logra pensar en los causantes de aquella pobreza. Nunca lo hará. Prefiere moverse y seguir cortando pelos y afeitando barbas. Su infancia le marcó del todo. Como a tantos. Y le hizo tierno y extremadamente práctico.
-TE ENTIENDO, RAMÓN-

miércoles, 14 de noviembre de 2018

- RUMORES A NAVIDAD -




Mediados de noviembre. Da igual. Se percibe y sin necesidad de prismáticos. El simple almanaque o agenda  te dice mentalmente que las navidades ya están ahí. Sin tapujos. Se observa en las caras que vienen de las mentes. En las actitudes. En casi todo ya está el rumor navideño.
La industria del regalo y de la sorpresa. La navidad de la previsión, del proyecto y del dinero, ya se huele en torno a las grandes superficies comerciales y en casi todo tipo de tiendas. Es un rumor, un olor, un aroma, una intuición, unas ganas de que llegue o de que se vaya ya, una estación única y especial dentro del corazón del consumo y con la excusa de los afectos y de las tradiciones.
Mola comprar ahora. Antes de que todo sea demasiado tarde, por oneroso o masivo. El juego de la sorpresa está virgen y fresco, y hasta puedes ahora amagar a que vas a hacer unas compras habituales más, pero te engañas a tí mismo porque ahora sueñas bastante más de lo debido.
La Economía se lo come todo y mucho antes. Se anticipa siempre a lo religioso o a lo caritativo, y se piensa en la suerte del dinero. Empiezan ya ha tiempo a llenarse las administraciones de la lotería. Objetivo, el Gordo. Una cosa de mayores con la que se solidariza ahora la clase joven. Ellas y ellos también juegan aunque menos.
Es tiempo de ensayo de villancicos en las corales, y mucho trajín de preparación, de marcarse obligaciones que se salgan todo lo posible de lo cotidiano.
Ahora gusta mucho más la ropa y el look, y se autogestiona lo que uno se va a poner o no cuando diciembre campanee la despedida del 18. El año viejo se castiga y contraataca palpando la ropa una y otra vez. Queremos querer y que nos quieran, pero esta vez un poco más. Las novedades vienen a ser como un poco más en todo. En vanidad, en hipocresía, en agarrarse a los clavos de las tradiciones y en inspeccionar lo nuevo que hay y lo que han sacado ahora.
Es el tiempo de la adquisición, de la equis en ese traje que favorece aunque valga cien euros más de la cuenta. Es tiempo de no quedarse atrás. De luchar por solidificar y blindar la apariencia actuativa y de emulación ante los demás.
Hay más gente,-o lo parece-, por las calles y con las mismas o parecidas rutas. Hasta los pobres sueñan en que no lo son tanto, la clase media se lanza a consumir masividad y huye de las conferencias o de los actos intelectuales. No se puede estar en dos sitios a la vez, a no ser que sea para hacer dos compras grandes. O tres. O, cinco ...
Mirar. Es tiempo de mirar y prever. Que no escape Cronos. Que no se vaya nada. Que el tren de la navidad nos pille en marcha con nosotros dentro ya de los vagones. Es el tiempo de hoy en mi país. Queremos estar más maquillados y guapos, sacar más fiesta de lo que sea, y hasta visitar a un pobre y esperar a que al menos una vez al año lo que quede de familia se tenga que reunir.
Lencería, turrones, peinados, carcajadas, comidas, gambas, la manía de la gastronomía, darlo todo y que le den a los días que vendrán, la nieve fría que huele a postal del pueblo perdido y original, sacar la efímera flor de pascua que siempre se jode aún siendo jardinero, el imperio del placer seguro, y el gran carnaval o cabalgata de bolsas llenas de sorpresas y novedades. Tejidos y langostinos, marisco de usura, dulces, y golosos, y gordos sin importancia, y a ser buenos que viene Dios, y a no pensar que es peor, y a mover el culo, y a llegar a casa derrengados sin un duro pero felices sociales. Sí. Noviembre está cada día más cerca del óbito anual. Y siempre queremos un final positivo en el sueño humano.
-EL EXCLUÍDO MIRA PREOCUPADO-

domingo, 11 de noviembre de 2018

- EL BOCA-RIVER, RELIGIOSO Y QUASI ETERNO. -




Rivalidad. Olor a fútbol austral. Sabor a fútbol y a mil quinientas cosas más. Contagio. Boca Juniors contra River Plate. Eternos rivales. Y la ida de la final de la Champions de los Libertadores de América. Buenos Aires. Argentina. La Bombonera. La exageración. La leche. La lluvia y la pasión.
País de inmigrantes. Se nota. El fútbol y la oratoria. Más pasiones. Verbos. El psicoanálisis y el porte de orgullo. Son europeos del sur. Su acento es especial. Dice mucho.
Sí. El fútbol parece más una obsesión que una religión. Es una maravillosa locura colectiva. El Boca-River, es especial. Huele a más cosas sinceras y añejas. Auténticas. Este clásico me atrapa más que el choque de los rivales de Manchester, los del Flamengo-Fluminense, y se me acerca muchísimo a mi Madrid-Barça.
Mas nada es comparable con nada. Argentina es la que es. Quizás es bien significativo que no se conozca apenas a los jugadores de Boca y River que saltarán al pasto. Hay una carne ahí y un sabor de camiseta, que atrapa a los más abúlicos o escurridizos. En la Bombonera se hablará de todo. De la emoción, del tiempo, del árbitro, de la pasión, de los entrenadores y de las ganas de ganar la Libertadores. Cuarenta años sin verse cara a cara.
Me fascina el Boca-River. Porque con esta excusa este país desconecta y habla de sentimientos y de cosas que pasaron y que pasarán. Es lo social lo más importante. El mate y la disquisición. La terrible barra brava y los comentaristas que buscan show y share. Esto hay que venderlo a pesar de que se venda solo.
Me gustaría ubicarme entre los aficionados y estar en sus casas ante la tele, para así verles en directo interactuar. Porque ellos son fútbol y entraña. Carne humana y de grupo. Energía desbordante que apaga todos los titulares. Estos europeos del sur, crean y generan sus propios espacios de singularidad.
River es el pijo. Y Boca es la general, el populacho; la clase baja. Boca tiene carisma, mucho enganche, mientras River posee la finura y el modo de posar.
Boca es ras de tierra y otros mundos apasionados, lastimeros, valientes y posibles. River es disfrutar de lo que tienen y aprovechar el status. Son dos Buenos Aires en uno, siempre rivales. Irreconciliables y todo lo libres que les dejan ser. Por la Bombonera ha pasado el dios Maradona, de todo y de lo mejor.Se escriben libros para destacar la cantidad de futbolistas sensacionales, sumando igualmente los de el Monumental de River. Éxitos y glorias. ¡Eternas! ...
Todos saben de fútbol. Todos sabemos de fútbol. O eso queremos creer. Sí. Está bien saber de fútbol y ser fieles a una identidad. Todo fue poesía hasta que llegó la crisis y la globalización. Y la corrupción. Y todas las historias y cuentos maravillosos del atrás, y las terribles de las sangrientas dictaduras que pueden saber a tango o a milonga fatales.
Argentina lleva en su nombre la plata. L´argent francés. Y el palique. Los oradores argentinos son gurús del embrujo, admiten la chanza, y tratan de ser corregidos por la practicidad de los inmediatos y ansiosos que buscan película de acción con mamporrazo final y ganador de los suyos. Cuentos de fútbol.
El fútbol sin Argentina sería carente. Sin equipos como el Boca, a América y al mundo le faltaría algo y habría un vacío. No se entiende nada de ese imán que es un Boca-River. Pero aquí no es cuestión de entender sino de sentir. Es la gran primera parte de la Super Bowl argentina. El partido que debes ver sin que te lo cuente al otro. Los pumas esperan agazapados. Es un partido donde hay mucho más que fútbol y ganadores. Aunque estuvo Maradona y no esté Messi, es igual. Es un partido que desnuda los sentimientos. Hasta en los lugares de poca vida y esperanza, en el sanatorio casi final, el viejo levanta sus ojos hacia una modesta pantalla y sabe entretenerse soñando con que fue joven y tuvo esa misma ilusión que los otros. El fútbol contiene gran parte de las vidas.
¡DISFRUTEN!

jueves, 8 de noviembre de 2018

¡VINICIUS!




Fútbol es fútbol. Brazil. Las perlas negras. Vinicius. Agujero y caída libre en el Real de Florentino. Todo falló. La corrección de Julen Lopetegui no comulgó con su sonrisa insulsa. No tuvo chispa de entrenador ganador. Contagió aburrimiento y parece verde. Y amarrategui. Y quiso apostar por lo imposible. Don resultado lo mandó al recuerdo y vinieron los parches. Santiago Hernán Solari se come su marrón.
Sí. El Real Madrid es como la Banca, la cual siempre ha de ganar porque si no, ¿qué haría?El Madrid es una gran empresa, la cual vende éxitos. De hecho el fútbol es un deporte de éxitos pero también de chascos morrocotudos. Los blancos no pueden permitirse que la abulia se los coma. ¡Es el desastre! Se necesita lo que haga falta, pero algo nuevo que ayude a nuevas apuestas de sonrisa.
Florentino fichó a un joven brasileiro que no pareció convencer y lo pasaron al Castilla, al filial, a galeras, al laboratorio de los desechados. Y ahí en el Castilla, Vinicius deslumbró con cosas impropias de un juvenil. Goles y virguerías. Es alto, joven, ambicioso y de Brazil. Como tantos jóvenes que solo sueñan allén de los mares con una gran oportunidad futbolística.
El Madrid no arranca. No juega bien, su defensa es un coladero, el centro del campo parece romo y embrujado, y la sombra de Cristiano es demasiado alargada. Los delanteros no la enchufan y ...
¡Vinicius! ¡Siempre Vinicius! Interinidad. Solari lo va haciendo bien pero no tiene experiencia en la competición de nivel. Todo parece mera sensatez y ganas de no avivar los fuegos lo que hace el argentino. Ha salvado varias pelotas de match ball como la clasificación de la Champions, el haber hecho revivir a Benzema, sentar a Modric o fijar del todo a Courtois. Pero todo sigue temporal. La mejor noticia es que el Madrid no encaja goles ahora y mete muchos. La peor noticia es que la temporada es más larga que un marathón y nunca sabes. Incertidumbre.
¡Vinicius! El rey Baltasar y las ganas de sueños y de incentivos. Básico. Este negocio es así. Hay que inventárselo todo. Como los comics. Y decir que Vinicius puede ser el Neymar, el Pelé, la salvación, el enviado, la respuesta, la vacuna, la esperanza, el nolotil discutido, el goleador, el triunfo y hasta la gran solución.
Es joven. Y hay chanza. Parece que está verde y es normal que lo esté. Su problema es el tiempo. Da un poco de risa cuando se comenta que Vinicius puede ser el nuevo paradigma del éxito. El otro día salió, centró, le pegó a un rival en el culo y la metió. ¡Gool! ...
No es así. No se puede saber aún si es así o no es así. Vinicius es activo, enérgico, con savia, con escuela, rápido, ofensivo, y por verse del todo bien. No hay que reírse ni ser escéptico o negativista. El tiempo todo lo aclara, incluído el de Solari. El tiempo pondrá la poca seriedad que tiene este deporte, en su sitio. Dependerá de muchos factores, incluída la billetera de Florentino o la deriva del Barça y del Atlético de Madrid.
¡Vinicius! ¡Siempre Vinicius! O, Neymar. O, quien sea. Cristiano ya es el pasado. El futuro es lo único que vale aquí. Incluso para la santa casa blanca de Bernabéu. Tras Florentino también habrá futuro. 
Y mientras tanto, puede estar bien la parte del humor que destensa. Porque el fútbol sin humor es menos trascendente, si es que lo es. El fútbol es ilusión, emoción, aristas, ángulos, vértices, pasta, goles, logaritmos, el VAR, el bar de los amiguetes, la incorporación de las amigas, las reporteras que se sitúan en los programas  deportivos, los árbitros casi desnudos, las tapas, los horarios locos de Jaume Roures, y toda la excusa para salir de la rutina. ¡Vinicius! Me recuerda su nombre al del gran músico Vinicius de Moraes. Un genio.
¡VIXCA VINICIUS!

domingo, 4 de noviembre de 2018

- "EL ALGARROBO", EN AQUELLA MI ADOLESCENCIA. -




"Curro Jiménez" era la serie. La serie estrella de la televisión española en los años setenta. Como alguien definió tras su éxito fulgurante, nuestro western español en donde los malos eran los franceses. Nuestra película de buenos y malos, de accción, mujeres, mamporros, risas y simpatía. Y muy bien hecha. Formidablemente ejecutada.
La música de "Curro Jiménez", del compositor Waldo de los Ríos, fue un excelente logro. Era el perfecto son para una serie de aventuras con sabor a guitarra española y a modernidad a un tiempo. España, comenzaba a saber hacer series de acción y de distracción con calidad.
Era, los domingos. Los domingos por la noche en la hora de máxima audiencia de unos españolitos que querían cosas nuevas y movimiento. Salir del gris y del estatismo, y soñar con ser dinámicos y definitivos.
Mi adolescencia y primera juventud, no fueron éso. Esa etapa de mi vida fue plana y excesivamente triste. Vicisitudes. Por eso, cuando llegaban los coñazos domingos, en la tele y en casa la serie "Curro Jiménez" me permitía el sueño de la sonrisa que me distraía y me hacía reír y observar la vida de los aventureros buenos, justicieros y españoles. Mis ídolos y los de  más de media España. "Curro", encarnado por el gran Sancho Gracia, "El estudiante", interpretado por Pepe Sancho, o "el algarrobo", interpretado por el gran actor Álvaro de Luna, el cual nos acaba de dejar.
Es la vida. Cuando la adolescencia cabalga hacia la juventud y ésta hacia la adultez o el apogeo. "El algarrobo" se ha ido porque era ya mayor y porque la vida no se para jamás. Y está la vitalidad, y las chicas, y las risas, y el derecho a soñar.
Toda España se apostaba ante las más que popular serie. ¡"Curro Jiménez"! Y salía el genio y el ingenio de nuestras capacidades. La Democracia era todavía un deseo que no acababa de llegar, y la gente tenía ya muchas ganas de cambiar el rumbo de sus vidas.
Invasiones napoleónicas. ¡Los franceses! Curro Jiménez suponía el jefe bandolero y bueno de un grupo de héroes valientes que luchaba a su modo contra la invasión, bajando desde las montañas de la Sierra a lomos de nuestros preciosos y trepidantes caballos. ¡Qué hermoso es un caballo al galope! Tiene ritmo y propone mil enfoques y dinámicas.
"Curro", era el jefe. Fue la consagración definitiva de Sancho Gracia. "Curro", estratega y conquistador de las chavalas. Por cierto que en cada capítulo aparecían la flor y nata de las bellezas del cine y hasta de la canción. "Curro Jiménez", como la vida, necesitaba de nuestras beldades y el vino, que le daban glamour a una serie espléndida y bien próxima que se nos hacía familiar e imprescindible. Cómplice.
"El estudiante", Pepe Sancho, era el intelectual, el astuto y el pensador, siempre leal y brazo derecho de "Curro".
Pero, ¿qué pasaba si las estrategias se complicaban y debía aparecer el músculo físico? Esto era cosa de "el algarrobo". El fortachón y simpático a la par que gran actor Álvaro de Luna, se encargaba de los mamporros. Calvorota, desaliñado y fuerte como un toro, "el algarrobo" alzaba sus puños contra el francés y solventaba los entuertos.
Nos reíamos con los puñetazos del "algarrobo". Era un personaje inocentón y noble, el soldado imparable con los puños y a la vez vulnerable ante las bromas cariñosas del "Curro"o de "el estudiante". Bonachón y pegador contumaz. Todos los franceses al suelo uno tras uno tras los castañazos que arreaba "el algarrobo".
Muy conseguido todo. Muchos directores, y a destacar la de Joaquín Romero Marchent. "Curro" triunfó para siempre, sellando esa serie. Pepe Sancho no quedó tan marcado. Y "el algarrobo" fue y era versátil y podía hacer e hizo mil personajes en su extensísima carrera. Actor de raza. Todos, unos grandes actores.
Pero, dejadme bajar a ese tiempo de mi vida. Porque cuando más desanimado o aburrido estaba yo, entonces llegaba un francés napoleónico a traición y podía poner en jaque la integridad de los bandoleros españoles. Y en ese rápido y oportuno momento, aparecía la leche del "algarrobo" y este mi país se ponía satisfecho y sonreía encantado.
Como "Curro", ídolo de todas las masas y de las máximas simpatías con su mujerieguismo en escena y hasta en la vida real. Porque para muchos de nosotros y por fin, toda aquella serie era vida real. Y nos gustaron mucho las buenas críticas y el enorme éxito de esta serie. Pero lo que nos molaba era ver las castañas del "algarrobo" o la picardía justiciera del gran "Curro" y sus caballos. Teníamos derecho a desear y soñar, y lo pudimos hacer.
-ADIÓS AL GRAN "ALGARROBO"-

jueves, 1 de noviembre de 2018

- DESDE MI BALCÓN ENTRE LAS PLANTAS -




Poda y vitalidad. Todo junto. Las plantas de mi balcón andan raseando. Realidad. Al rebajarlas les he quitado mucha altura. Se acercan a la tierra. Juego a experimentar sobre ellas. Aprender de ellas también para mí.
Quiero asegurar las raíces. Ahí centro ahora mis deseos en los cuidados de mis plantas que me dan paz. Llegará el viento y lo moverá todo. De modo que el agarre inferior deberá ser prioritario.
He podado casi todo. Las flores de un día las tengo abundantes, pero ahora les llega el tiempo de descanso y les sacrifico los tallos. Hemos tenido aquí en Valencia episodios durísimos de cambio climático, y ha llovido muchísimo y mal llovido. De récord negativo. Por eso las he defendido haciéndolas agujeros con idea de no dañar lo interior. Pero, sí, muchos agujeros y lo más profundo posible que me deja la densidad de la tierra, para que puedan drenar mejor y escupir el agua excesiva y evitar el barro que genera podredumbre. Han aguantado.
Sí. Las flores de un día parecen extrañarse por su nueva enanez. La tierra se vuelve a ver entre los tallos. La idea es hacerles descansar tras un verano brutal de calor que las ha llevado a una actividad constante de crecimiento y de floración hasta llegar el "veroño" que da un paso fugaz hacia el frío. Aunque pronto suavizará de nuevo el clima hacia su mediterraneidad.
Muy rara está una planta lateral trepadora. Demasiados años sin podarla. Demasiada nostalgia. Hasta que hace poco me lancé a arriesgar e hice una poda límite. Me di cuenta de que el espesor y la exuberancia eran engañosas. A poco que tiraba de un tallo, las hojas se mostraban quebradizas, se hacían añicos y se desprendían. Aquello no me gustó porque no era habitual. Quiero que repasen su tiempo desde un principio. Lateralmente le pegué fuerte con las tijeras, y en general acabé con las alturas. Solo dejé tallos pequeños pero abundantísimos, como tienen todas las trepadoras. Deseché ramitas secas y derrotadas; inexistentes, de otro tiempo que no quise cortar. Y les metí agujeros cuidando el centro, e incluso añadí tímida pero firmemente tierra nueva. Conté con el fresco aliado y la lluvia pertinaz y excesiva. Ya rebrota esta trepadora. Ahora inicialmente cogerá menos altura y menos follaje lateral. Pero tengo curiosidad acerca de su característica quebradiza. Con suerte, volverá todo a brotar fuerte y adecuado. Feliz.
La he tomado con esas calas que me crecen en seguida, ansiosas por demostrar desde sus pequeños bulbos su capacidad para escalar subiendo y subiendo las hojas altas y extensas, las cuales luego Eolo bambolea en exceso y las hace inútiles los esfuerzos de crecer bien. Tijerazos y más tijerazos capadores. Es el mejor tiempo. Tengo aún algunos meses para rectificarlas y observarlas. Las reduzco y elimino las hojas, pero solo las centro. Únicamente quiero asegurar la fuerza de enraice de los bulbos desde donde se paren las hojas y las preciosas flores que traerá el principio de la primavera en beso con el final del invierno en cópula de luz de aquí. No quiero que el viento extraño actúe sobre su verdad y auténtico eje de vitalidad. Me sabe mal hacerles los cortes exterminadores laterales, pero no afectan y crecen mejor.
He conseguido conservar los espectaculares jacintos, poseedores de una flor exótica y de enorme belleza. Los recubrí con tierra cuando el verano inactivo, e impedí que se secaran. Ahora ya están en el balcón. Y uno de ellos ya muestra el pico verde de que asciende en el invierno en busca de su progresivo desarrollo. Y me da ilusión porque es trasplantada a una maceta más grande. Causará alegría y satisfacción.
Trabajé obediente sobre los geranios evitando con un preparado semanal que la mariposita del taladro atacara y parasitara sus organismos. Los geranios están potentes y liberados de plagas. Pero uno ha crecido en exceso. Solo un poco de vigilancia para que no se excesive, y sin problemas.
¡No soy botánico ni jardinero! Solo soy un apasionado de las plantas, de las cuales y de su observación yo aprendo cada día. Y entre ellas y desde ellas, observo complejidades y dudas. Desde mis certezas experimentales, advierto nuevas preguntas y posibilidades. Esto es mi balcón. Mi parte favorita de mi casa aunque sea el exterior de ella, y entonces los cotillas y no tan cotillas observan sorprendidos mi afán sobre los tiestos. Mi barrio ha cambiado y ahora está lleno de jóvenes que prefieren terrazas defensivas e intimistas, frente al balcón exterior y sin costumbres botánicas claras.
-VOY UN TANTO CONTRA CORRIENTE-