Norteña y de nariz aguileña, ya le falta poco para que la sombra de la sesentena pueda hacerla sentirse un tanto incómoda. Sí. Miriam tiene siempre mucha prisa y mucho afán, pero a la hora de la verdad desnuda siempre está sola ...
Profesora, inteligente, españolista, tradicional y con dineros, Miriam parece llevar en la mirada un disimulado rictus de cansancio o decepción. ¿Te crees que te lo va a decir? ¡Ni hablar! ...
En realidad, Miriam es mujer contradictoria y práctica. No le gusta el mundo en el que le ha tocado vivir, ve diferencias entre las distintas actitudes de la Iglesia, es creyente, se siente una mujer moderna y vivida, y cada vez mira a los hombres con una mayor desconfianza y aparente desinterés.
Que, ¿si le falta un polvo y por éso no es feliz? No hay que equivocarse. Miriam nunca se ha tomado en serio a los machistas, y ha establecido con ellos una relación fría e indiferente.
A quien quiere de verdad Miriam es a sus dos hijos varones, los cuales ya se le escapan definitivamente y por edad, de su órbita maternal. Su ex marido, le importa tres pitos. Tuvo un accidente, y se arrugó. Se perdió en lamentos y en victimismos, el verse con su cuerpo reducido de movilidad tras un cruel accidente de carretera. Y Miriam decidió que había que dejar el llanto cobardica a un lado, y que la vida está hecha para seguir.
Claro que sí. A Miriam le gusta la música española, pero le da algún apurillo soltarse la melena aunque para éllo no piensa probar el txacolí. Le gusta la serie "Divinity", pero hasta cierto punto. Al final, todo lo vanguardista y megamoderno acaba reduciéndose a un recurrente: sexo, sexo y más sexo. Poca imaginación, piensa Miriam. Mundo frívolo, hedonista y bien poco sacrificado, ¡mechachis! ...
Miriam no se pierde una sola actividad. Almacena y llena el tiempo de su agenda. Trata de que sus alumnos sean educados y consecuentes, pero cada día que pasa la llaman con más frecuencia, obsoleta y anticuada. Y más, cuando hay que tener mucha vocación para ser profesora. Y todavía más, cuando le dicen profesora hueso, la cual no aprueba así como así. Nada de ser complaciente. Siempre, rigor y por el bien de sus alumnos.
Piano, canto, gimnasio, naturaleza, viajar, y todo lo que la vida propone, está en medio de la vida de Miriam. Y conoce a gente aquí, allá, acullá, es tremendamente educada y cortés con todos, pero cuando las luces de la noche le ponen sombras a su pelo rubio, ella lo que aparentemente desea es estar sola con su perrazo Tom, en su casa tranquila de la montaña que colinda con la gran urbe llena de gentío ruidoso.
¿Qué demonios tiene en la mirada la buena de Miriam? Decídelo tú. O, que lo decidan los otros, y que digan lo que quieran ...
Si por ella hubiera sido, ahora ya no estaría en España dando clases, sino en cualquiera otra nación europea. Quiere poner tierra por en medio a su monotonía que no le convence y que apenas sabe a qué se debe. Miriam quiere descubrir otras prosas, otras poesías, otros decorados, otros teatros y otros acentos.
Miriam necesita ahora caminar por una soledad que no es buena, pero que la empuja en estos momentos de su vida con más fuerza que un Hércules. Mas, la buena de Miriam sabe, que ser solitaria hoy en día, es un tránsito y una vicisitud. Está buscando en el interior de sí, algo que se le escapa pero que sabe que necesita.
-AMARSE MÁS A SÍ MISMA-
0 comentarios:
Publicar un comentario