Chavela y todo, muerte cenizada y hermosa,
noventa y tres años de vida y libertad,
Chavela inquieta, salvaje, fantástica y amor.
Chavela incomprendida, heterodoxa, se revuelve
y muestra sus cartas credenciales de poder.
Chavela Vargas, cantas, lloras, saltas y cameas,
besos y sueños, haces enorme tu estatura,
y la belleza la transformas en tu modo de ser.
Chavela de Méjico, la reina más grande, Mujer,
por los suelos la moral y el orden, ¡libertad!
Has roto todas las piedras que te han lanzado,
has fenecido con las botas sabias del amor,
nos has hecho afligirnos con tu santo arte,
hemos vibrado contigo, con Fridha, José Alfredo o Diego.
Chavela de rancheras y boleros, de lo que haga falta, Chavela de tí,
destrozaste muros sacando todo tu genio interior,
te bebiste todos los litros de amor y cantinas,
fuiste la paloma eterna que tú bien que sabes,
explotó en tí la flor de la eterna libertad, Morena,
fuiste mágica, poderosa, emperadora e indiscutible,
y nadie se atrevió ya más a ponerte peros.
Méjico y el mundo te llora, te reclama, te dice que no te vayas,
pero tú eres libre como un cóndor de color,
yo no te digo nada a tí, Macorina,
dime a mí lo que tú quieras y te dé la gana.
¡GRACIAS, MAESTRA!
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