lunes, 16 de diciembre de 2013

- LEO MESSI HA DE ESTAR AFLIGIDO -



Y no precisamente por sus lesiones musculares. Porque a Leo se le ve muy triste en los últimos tiempos. Como si su cabeza estuviese en otro sitio. Ahora comienzo a entender.
Primero se pilló a su padre defraudando a la Hacienda, y ahora salta a los periódicos que su progenitor podría estar metido en tramas de lavadoras de dinero procedentes del narcotráfico. De confirmarse ésto último, un tsunami emocional caería sobre el bueno de Leonel.
Sí. Como persona, Messi debe estar sufriendo como un perro. Decepcionado, cabreado y triste. Sobre todo, cabreado. Impotente. Él es un hombre joven que lo que quiere es jugar al fútbol y ser un chaval feliz y dichoso. Como todos.
Y va y se encuentra con algo que nunca nadie puede esperar. Que, te falla la familia más inmediata. Que te decepciona tu padre. ¡Joder, joder! ... Ha de ser éso una de las cosas más jodidas que a uno puedan pasarle. Sin duda.
En estos delicados momentos, lo que Messi precisa es cariño. Necesita confianza, seguridad y tranquilidad. La familia, no se elige. La familia es un azar y el dinero una tentación permanente.
Hoy me importa un pito si Leo es jugador de fútbol o pintor de brocha gorda. Es lo de menos. Leo Messi es un muchacho joven, al que la vida le ha dado un revés. ¿Tener un entorno delictivo presuntamente? ¡Menudo mazazo! ... Como para sonreír a los focos y a las cámaras, como para hacer amig@s, como para poder estar concentrado en uno mismo y en sus cuidados como futbolista profesional; como para sí estar profundamente afligido.
Me sobrecogía su cara de tristeza incluso cuando metía los goles. Es normal. Messi se siente engañado y sorprendido de confianza en lo más profundo de sí. Seguramente, su situación actual es el partido más difícil que tenga que jugar en su vida.
Y ahí es donde Leonel debe volver a demostrar que es grande. Tener la cabeza fría, y no desmoronarse. Yo quiero querer a Leo Messi. A sus sentimientos y a sus ilusiones. Él ha ganado toda la fortuna de dinero que se mueve en su entorno. Él ha sido el mago que ha transformado su menoridad en olimpo. Debe comenzar a agarrar las riendas de su vida de honradez delante de tod@s. Disipar las dudas suyas.
A él no se le ha ido de las manos nada. Él ha creado, ha ganado, ha sido obediente y confiado, ha hecho ilusión, y nos ha devuelto a todos los que adoramos al fútbol ser plenamente felices viendo sus maravillosas diabluras con el balón en los pies.
Pero ahora su partido y su deporte, ha de ser otro. Ha de ser genialmente frío y aclarador, ha de salir a la palestra y hablar, ha de desmarcarse de raíces dolorosísimas y caminar por su sendero de normalidad y de alegría. Es un ser humano. Un niño prodigio que merece todo el respeto. Un chico triunfador y especial. Ahora, necesita ayuda y bien poca hipocresía. ¡Toda la sinceridad!
Messi no es tahúr de dineros, ni juega a la patología de las drogas. Messi es un muchacho tranquilo y de calle, retraído y en extremo normal. Los demás, son los demás. Aunque sean sus más allegados. Ahora lo único importante es él. Leo Messi. Debe aprender a marcar unas prudenciales distancias aunque duelan un horror.
Messi debe ser generoso pero enérgico. Driblar el revés vital, aunque todo el duelo sea una prórroga de mucho más de ciento ochenta minutos. Messi debe saber en dónde le han metido. Hurgar y buscar. Y cuando halle y aclare, podrá volver a sonreír como le dé la gana.
¡ÁNIMOS, CAMPEÓN!

0 comentarios:

Publicar un comentario