domingo, 22 de diciembre de 2013

- ABORTO, LIBERTAD Y MUJER -



En esta mi España de las loterías y de la Navidad, las mujeres despiden el año entre decepción y sus preocupaciones. Porque los poderes fácticos han vuelto a darle otro bofetón en su maravillosa y femenina libertad.
Quieren volver a otros tiempos que ya parecían superados. En el tema de los abortos, han apretado las tuercas. El Opus y las potentes maquinarias de religiosismo conservador, vuelven a arrear.
Vuelven a meterse con las mujeres, a olvidarlas y hasta a ningunearlas. Las cavernícolas mentes en el poder, me devuelven a un panorama preocupante. A una democracia de papel, y con atufe a franquismo y a dictadura de las oligarquías.
El derecho de una mujer en mi país a abortar, queda reducido. Volvemos hacia atrás. A otros tiempos. Incluso, a unos momentos en que este derecho estaba prohibido, y los embarazos de las chicas de las clases pudientes interrumpían sus gestaciones pagándose un billete de avión a Londres o a otro lugar donde fuese legal.
Nunca se ha aceptado la sexualidad de la mujer. Jamás. También es tabú la sexualidad libre masculina, pero la de las mujeres ha sido pasto y trizas del machismo latente y enconado.
El placer de la mujer, su sexualidad, su independencia, su consideración igualitaria, su equiparación real al varón, y todos los etcéteras que colocan a la fémina a la cola del personal.
Volver a reprimir las libertades nunca puede ser sano democrática ni libremente. La realidad de hoy, avanza imparablemente. No se pueden ponerles puertas al campo.
Porque las chicas van a seguir practicando el mismo sexo con quienes les venga en gana y cuando su deseo lo decida. La mujer ya ha salido de la casa y se ha metido en el conocimiento y en la Universidad, y en todos los terrenos posibles y en los que tiene derecho. Incluso en los que les vedamos y no las dejamos una y otra vez con nuestras cosas de varones privilegiados y resabiados. No. Los hombres no somos más que éllas. Lo diga Agamenón o su porquero.
Mi escrito es amargo porque yo quiero y comprendo a las mujeres, a pesar de haber sido educado en el puto machismo. Comprendo la indignación de las chicas. Y no digamos, de las chicas de escasos o nulos recursos personales.
A nadie le gusta abortar. Éso no es plato de buen gusto para nadie. Pero la solución no es la penalización de los errores sino la divulgación de las realidades y sin temores ni tabúes.
Una mujer debe ser madre porque ella así lo haya planificado o decidido. ¿Quién es un hombre para decirle a una mujer lo que tiene que hacer con su vida y con sus decisiones? Absolutamente, bien poco.
Debe hacerse hincapié en las medidas que prevengan los embarazos no deseados, y dar salidas oportunas. Cuando una mujer decide abortar, ha de ser plenamente respetada. Cuando sabe que no va a hacer feliz a sus hijos, entonces no desea parir. Y éso siempre ha de ser considerado y nunca acosado.
Dejemos en paz a la mujer. Ellas ya saben lo que se hace, y no les metamos tanto la zancadilla. Ser madre es una responsabilidad maravillosa y durísima a la vez. Y no todas pueden estar preparadas para este mágico y al mismo tiempo crucial evento.
-VOSOTRAS LO SABÉIS MEJOR-

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