2012. Machismo. Sí. La educación en el machismo, sigue siendo la moneda común del mundo actual. El hombre sigue sin asumir que la revolución de la mujer ha mucho que comenzó. Las secundarias posiciones sociales femeninas en el seno del Poder de los hombres, no ayudan a concienciarnos en la nueva idea.
Las mujeres, ya no piensan como antes. Su psicología, ha cambiado. Sí. Las mujeres se van al colegio desde niñas, y aspiran al mejor y más posicionado de los posibles trabajos. Exactamente igual que los varones.
Por tanto, aparece inevitable el tema de la igualdad de derechos. Nuestras chicas ya no se sienten inferiores al varón, precisan de su propio espacio, casa, autogestión, independencia, y dignidad individuales. Para ellas, ya no será el hombre el cebo egoísta de sus conveniencias. No. La mujer ya no desea ser mantenida por el hombre, y además no se halla dispuesta a recibir golpes o castigos por parte de ningún varón.
A pesar de esas nuevas reglas de juego y del Poder Machista, la mujer es despreciada y agredida en prácticamente todos los campos en los que está y actúa. El hombre, sigue sin aceptar los nuevos y evidentes movimientos de ambición y de nueva reubicación femenina. Le paga mal, le da los peores trabajos, y la considera una intrusa o una rival inadmisible e inferior. El mundo es machista, el poder es machista, las religiones lo son, y todo el espectro social, sigue ensuciado por la idea de la mejor idoneidad general del varón. "No saben, no pueden, no deciden"...
El hombre, ama su propia fuerza física y su capacidad de concreción y de facturación rápida, y desprecia otros campos de creatividad, en los que mentalmente incluye o imagina a las mujeres.
Para el varón, la mujer sigue lloriqueando, provocando con su cuerpo y su vestir, curvea y no va recta en sus discursos, su cuerpo se llama placer, sexo, y madre se sus hijos, y prefiere mantenerla y que esté cerca, que no salga demasiado, o de lo contrario podría perder el crédito y convertirse en una guarra o en una inmoral. La lid, la pugna intersexual, el gran tapón de la obstrucción, sigue parando una y otra vez la idea de la equidad entre sexos. Una mano negra, casi inconsciente.
No digamos, en los países pobres o subdesarrollados. En estas zonas planetarias, la mujer solo cuenta cuando es pasiva y no mete ruído o excesiva presencia. Cuando es sumisa, y obedece al poder masculino y hegemónico. Si la mujer decide en estos países mostrar dignidad, naturalidad, sexualidad o independencia, sencillamente puede morir, o pasar el resto de sus días en el castigo de un rechazo o de una menoridad o marginalidad. En la nada de la exclusión.
Hay una idea de progresión, que no logra parar la violencia de los hombres. Esa idea nueva y femenina, es que la mujer es otra, y que ha tomado otro rumbo y otro rol. Ya no se considera un florero estético menor, y sencillamente, a todo aspira. Es una mujer que cree realmente que puede lograr aquello que se proponga, y con todo el sudor de su esfuerzo por bandera. Cree en sí misma y sin mirar a nadie más.
Este abismo ideológico imparable, se cobra cada año miles de vidas femeninas en el mundo. La fuerza de los kilos, sigue golpeando cual correa de poder justiciero en la reivindicación de toda mujer.
Y, no digamos, en el cabalgar de la sima de la crisis. Aunque la mujer ya no se detiene, los derechos están más amarrados e infranqueables. La mujer, es la pobre del mundo. La segunda división. Aunque su despertar, es absolutamente imparable.
-LAS PUERTAS DEL CAMPO-
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