Hay mucha tranquilidad en el bloque de Mourinho. No se ven apenas nervios. Y, ésa paz, le va de perlas al Real Madrid.
Se nota y mucho, el colchón actual de los diez puntos de distancia con respecto al Barcelona en la Liga española. Se van viendo campeones, y temen poco. Creen en muchos de sus objetivos, y la fe crece con evidencia y naturalidad.
En el partido de ayer ante el CSKA de Moscú, se vió exactamente todo lo anterior. Se fían de sí mismos, y parecen caminar por una placentera balsa de aceite.
El empate a uno de la ida, debía generar la lógica inquietud. Pasar a cuartos de final de la Champions, podía depender de un resbalón o de una mala o buena tarde. La incertidumbre, era capaz de abrir la columna o el titular de la previa del choque.
Nada real. Y, éso, que los rusos fueron inicialmente atrevidos y animosos. No esperaron a lo suicida al equipo blanco, y eso les vino bien. El moreno Musa, lanzó un zurdazo que desvió el ayer inseguro Casillas. Mas todo era cuestión de tiempo y de fuegos de artificio.
Cuando Higuaín aprovechó una excelente progresión de Kaká para abrir la lata ex soviética, el equipo del Este se vino abajo y le entraron los miedos. Cosa que aprovecharon los locales para hacer Cristiano el 2-0,-una pifia del guardameta ruso-, y ponerse a hacer relajos y sonrisas.
La paz blanca, le permitió la comodidad de la segunda parte, a través de un partido que produjo falta de intensidad y de oposición, y que se convirtió en una pachanga de entreno semanal cuando el también sonriente Benzema hizo el tres a cero en el primer balón que tocó al salir del banquillo. Y aunque el habilidoso y técnico Tosic hizo un gol soberbio, nunca se temió nada en el Bernabéu. La cosa estaba más que finiquitada mucho antes del definitivo 4-1.
Sí. La nave, va. Funcionan las cosas. Hay serenidad defensiva en la profesionalidad posicional aunque no atacante, de Arbeloa y Marcelo. Pepé y Ramos, le han dado al Madrid una potencia en el centro de la zaga que envidia media Europa.
Alonso anda bien, y Özil,-el Silva alemán-, tiene fútbol creativo a espuertas. Este pequeño de estatura y gran futbolista, es la gran joya escondida y no mediática, del equipo que preside Florentino Pérez. Y aunque el centro del campo es reiterativo y limitado, su entrega y tesón, son evidentes. Khedira es un ejemplo de lo anterior. Equilibra.
Arriba, andan sobrados. Cristiano, Benzema e Higuaín, son munición que amenaza con garantías al mejor de sus rivales. Y tal exhuberancia ofensiva y confiada, se nota y mucho. La pegada del Madrid, sigue siendo la de un coloso de los pesos pesados. Te puede matar en una ráfaga de velocidad o transición de contragolpe.
Sí. Placer y vacación en un Real tranquilo. Casi un sueño, a pesar del entrenador que hay, o de jugadores como el recalcitrante Pepé, ayer más que sereno y elegante, y excelente central. Así, se puede soñar con muchas cosas y objetivos.
Ahora, toca esperar al próximo rival en cuartos de final en Europa, y mantener la distancia en puntos ante el Barcelona. La serenidad de su anticiclón, les puede dar besos y regalos, a través de consecución de éxitos deportivos. En España, parece el pescado servido para los madridistas.
En Europa, es otro cantar. Aún están el rey Barça o el Bayern de Münich, o algunos más. Pero ganar la Liga, ilusiona mucho. Y esa ilusión les puede ayudar y mucho, cuando enfrenten a rivales de verdad.
-QUE SIGA LA CALMA-
0 comentarios:
Publicar un comentario