Verde pintado y cuidadísimo. Una alfombra fue ayer el césped de la Rosaleda de Málaga, que acogió el entrenamiento del campeón mundial de fútbol ante un sparring de poco perfil.
La noticia más destacada del nuevo recital de la "Roja",-ayer de azul y blanco-, fue la capacidad de los jugadores para comprender que su actitud debe ser seria incluso ante los rivales débiles. Sí. Ésa fue, la profesional posición de los muchachos de Vicente del Bosque. No salieron a vender apellido, y decidieron olvidarse del significado de la palabra amistoso.
Empezando, por el propio Gerard Piqué. Ayer se le vió metido en el partido, y con ganas de cerrar las bocas que se abrieron por su lentitud y prepotencia pasadas. Ayer, Piqué, fue el gran central de antaño. Elegante, efectivo, rápido, de fiar, alegre, y hasta rutilante. Es para alegrarse, por su cambio de actitud.
Inevitablemente, ha de destacarse al sevillano y central del Real Madrid, Sergio Ramos. Perfecto. Sencillamente, impecable. Pletórico de facultades, e incluso proclive a lanzarse al ataque aprovechando sus condiciones físicas de portento. El chaval, ha madurado y convence.
David Silva, sigue jugando a otra cosa. El genio de Arguineguín, tiene algo diferente en su imaginación exhuberante. Le da alegría a las ideas, y descubre y crea espacios propicios y amenidad inteligente. La primera parte fue toda suya, incluído un gol soberbio. Desde luego, ver jugar juntos a Iniesta y a Silva, es algo que tenemos la fortuna por unos años de poder tener. El fútbol, es más grande con ellos dos.
Jordi Alba, se confirma como el defensa lateral izquierdo de la selección española. Sigue rápido, sobrio, defiende como pocos, y acepta bien todo lo que le dicen. Se gana pues, la titularidad que hereda de Joan Capdevila.
La clase y talento natural del vasco Fernando Llorente, se topa con una frialdad y falta de sangre, que a veces defrauda. Como ayer. Es así, para lo bueno y lo menos bueno. Verle jugar de espaldas a puerta, es un regalo.
Todo lo contrario le pasa a Roberto Soldado. El jugador del Valencia, es un bicho de área. Un tanque, de ésos que siempre llaman la atención en el bullicioso mercadeo del hombre de gol. Ayer metió tres goles. La eficacia de este temperamental muchacho, le va a poner las cosas bien difíciles al mediático Torres. Al tiempo.
España completó un excelente partido de fútbol, jugando por donde quiso y como quiso. Jugando a la combinación y al toque, con su sello magno y personal, desarboló enseguida a la entusiasta Venezuela. En realidad, Venezuela no existió. No pudo. Todo su esfuerzo fue absolutamente en balde. España, y jugando sin saña, le pasó por encima, pudo meterle cinco goles más, y hasta falló un penalty.
El equipo de Del Bosque no halló rival. No fue un buen test. Se necesitaba más malicia y entidad para poder evaluar. Pero el juego imaginativo y la actitud, fueron impecables, y entusiasmaron al público encantado que llenó por completo el campo del Málaga.
España, sigue mostrando a todos que puede alzarse este verano de nuevo con el Eurocopa. Nadie echa de menos a Villa por ahora. Todo va bien. El debutante Muniain, o Cazorla, siguen haciendo que no se noten los relevos o rotaciones. Es de honradez el seguir siendo optimistas. Nuestro fútbol es de nuevo el de siempre. Incluso, a pesar de no tener un lateral derecho que suba al ataque y rompa por bandas. Que, quizás, sea lo único que se echa en falta. Porque Puyol ha demostrado que mantiene su prestación a salvo, y además Iker Casillas vió el partido como un privilegiado y sin pagar la entrada.
-ASÍ, DA GUSTO-
0 comentarios:
Publicar un comentario