miércoles, 1 de diciembre de 2010

- ASSANGE, WIKILEAKS Y EL PODER -

¿Nos caemos del guindo? La libertad. El imperio de los E.E.U.U. como único poder tras la caída del comunismo. Todo lo inherente al poder. Los espías espiados. Las revelaciones. Los hilos del mundo y las nuevas y poderosas tecnologías, Julian Assage revelando papeles secretos, y quizás el mundo, más real y menos hipócrita o hermético.
Escandaloso. A los americanos se les van las cosas de las manos. Es normal. Las reglas del juego son osadas. Y los americanos aparecen como los buenos de la película del mundo. Todo lo imperante, todo lo imperial, en tanto que poder y dominio, debe construír lógica credibilidad y maquillaje de aceptación mayoritaria. Y E.E.U.U. lleva siendo hegemonía y Gran Hermano, desde hace muchos años.
Y en esos años, pasan muchas cosas. Ahora ya se puede entrar en los archivos del Pentágono. Por mucho que se blinde u oculte lo que posee o piense el Poder, cualquier audaz antisistema, con fuerte convicción y apoyos alternativos, puede desnudar al coloso. Todo parece batible.
Hay un factor claro que ayuda a la "Wikileaks" de Julian Assage. Y es, que poca gente se fía de poca gente. Que los recelos están ahí sobre la mesa, y que el verdadero poder es el americano, construye su religión de credibilidad y lanza epítetos y consideraciones morales sobre las conductas de todos los que no son ellos mismos.
Todo ciudadano de a pie sospecha que casi todo lo saben, y cómo piensan los americanos de España, del Islam, o del sum sum corda. Pero un rebelde pirata llamado Assange, decide demostrar las sospechas y dar pruebas concluyentes de lo que hacen los americanos, a través de la publicación de documentos reales e impepinables. A la vista de todos.
Y el poder, tiembla. Podrían incomodarse las diplomacias, y cogerse manía entre todos, y recelar más entre sí, y hasta algunas vidas se verían seriamente amenazadas. Se comenta.
Si seguimos a Assange, parecería que para desmontar las grandes mentiras del poder vale más hoy un ordenador que un rifle. Una información desnuda, más que un acto de violencia explosiva convencional.
Sé que suena duro. Pero ese contrapoder que camina por el límite del alambre peligroso, se llama libertad. Tenemos derecho a saber todo lo que sucede, y a saber lo que nos hacen. No queremos que nos hagan pasar por tontos. No debemos dejarles. No deberíamos.
Assange es un maravilloso suicida, que por la razón que sea, nos ofrece la posibilidad de verles el culo a los poderosos, y desmitificar embusteras credibilidades. El oxígeno de la libertad, frente al ostracismo y la opacidad, son siempre de celebrar.
- ESPÍA, ¿ME OYES? -

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