Deberían hacer un "Balón de Oro" también para nosotros los juveniles. Sí, papá. Porque mira la envidia totalmente insana que les tengo a mis ídolos geniales. Sería fantástico. Y, sobre todo, porque eso que estoy viendo ahí con Platini, el presidente Blatter, y todos esos tipos que mandan y organizan las fiestazas, es que mola mazo. Menuda oportunidad de aspirar a ser un icono internacional. Un grande, oye ...
¿Y las chicas, papá? ¡Wowww! Ahí tienes a todos los grandes luciendo las ropas más caras, y sus imágenes proyectándose desde ese cañón que es la tele y el internet hacia el mundo de las estrellas y del dinero. Qué fantástico ha de ser estar ahí como un Messi, un Ribéry, o un Cristiano Ronaldo. Menudas chavalas llevan a su lado, ¿eh? ...
Es que me vuelvo ellos con la imaginación, y me pongo a lucirme y a vacilar como una estrella del rock y del money. ¡Qué bien! Lo que pasa, papá, es que los juveniles modestos solemos jugar en campitos de tierra o de césped ese artificial de mentira. Y la gente no viene apenas a vernos a no ser que empecemos a destacar muchísimo, se hable, y entonces vendrían todos esos espías ojeadores del Madrid, Milan, o Barça, para interesarse a ver.
Yo no creo que triunfe. Pero tengo mi lectura positiva. Y además, me estoy sacando el carnet de conducir, y tengo ya puesta la vista en un auto de segunda mano, y no pienso coger apenas el tuyo para irme a entrenar. Lo que pasa es que me tendrás que ayudar. Sabes que no hay trabajo, que tú conservas el tuyo de milagro y te han recortado dinero, y la mamá está bien preocupada porque hace meses que la tiraron de la fábrica y está tristona. Es del 15-M y todo ...
Pero mi lectura positiva tiene que ver con la felicidad. Yo tengo que seguir jugando en el equipo del pueblo, el juvenil, porque me encanta jugar al fútbol. Porque me estimula y porque me lo paso bien. Juego de centrocampista pulmón, defensivo, y trato de emular a Sergio Busquets, que es el mejor que juega en mi sitio en el mundo. No creo que llegue a crack, pero eso no importa. Lo que importa es lo que estoy viviendo y percibiendo. Y también tengo todo el derecho del mundo a soñar, y a que me inviten a esa Gala de Superclases, y llevar conmigo a mi amiga Silvia, y que se ruborice ante tanto cine de Hollywood como hay ahí, papá. ¿Los ves? ...
Eso es el Olimpo de la fama, la salida de la crisis, y la obtención de puestos de trabajo y de grandes negocios. Son momentos de cine, sexys e inolvidables. Todas las fotos están ahí. Si estuviera en esa gala, me cargaría el teléfono móvil de hacer tantas fotos. Y me pondría ese traje del Corte Inglés que solo gasto para alguna ocasión suelta de bodas, comuniones y bautizos. O incluso con el dinero de la fama me haría con algo especial de Armani o Versace, y me pondría la mejor y más cara colonia, y mi chica sería como Rihanna, o Beyoncé, o Mariah Carey. Y yo sería el joven rey del mambo, el chulo entre los más guapos muchachos de la capital, y alternaría con mis ahora ídolos, y ningunearía con desdén a las pregutas incómodas de la prensa punzona. Y mi Silvia sería pija ...
Y una vez ídolo, papá, se me hablaría con cuidado y de usted. Y todos me admirarían porque sería un triunfador sin despeinarme, y los tipos y tipas esas del corazón me perseguirían y me buscarían la vida privada y querrían saber si mi novia Silvia tiene los ojos verdes o marrones.
Sí, papá. Sueño. Sueño porque soy joven y porque en el fondo juego al fútbol porque necesito inventarme que puedo llegar a todas las cumbres y que puedo llegar incluso a ser el mejor. ¿Por qué no? ...
Mírales. Ahí están todos los mejores. Ahí está Cristiano, y Casillas, y Ribéry, y Messi, y sus novias, y todo el mundo del nivelazo y el éxito. Todos están, o casi. Mira a Zidane o a Xavi, o a todos. Hasta Silvia les mira, papá. Lo que pasa es que estoy en el paro, voy a seguir estudiando a ver si hago un buen currículum, seguro que termino la carrera de Medicina, pero la verdad es que mi futuro es un enigma con niebla. Por eso quiero seguir soñando con todas esas figuras.
- MÍRALOS, PAPÁ, ¿LES VES? -
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