lunes, 6 de enero de 2014

- MI REGALO, MI VIDA, MI SER -



Cuando me he despertado en esta mañana española donde celebramos la festividad de los Reyes Magos-, que consiste en regalar a nuestros niños los tradicionales y mágicos regalos navideños-, he tenido una sensación inicial de decepción. Estaba todavía medio dormido, y me daba por evocar aquella nostalgia infante. ¿Y mis regalos?, ¿por qué no estaban?, ¿cuál sería la causa por la cual Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, habrían pasado tan fría y sorprendentemente de mí y de mis ilusiones? No había regalos y ...
Hasta que me he alejado por completo de Morfeo el traidor, y he encendido mis luces y mi nuevo respirar. Y entonces he logrado esbozar una convencida sonrisa. ¿Regalos? Por supuesto que tenía muchos pero que muchísimos regalos. Una enorme cantidad de ellos.
Sí. Porque en la cama se estaba caliente y bien. Había dormido las horas necesarias y hallaba mi cuerpo descansado. Y miraba hacia arriba y ahí había un techo que me protegía de las lluvias, y unas paredes que me evitaban todo temporal exterior. Mi casa estaba conmigo y no me sentía en absoluto a la intemperie. Tenía mucha suerte. Otras personas deambulaban sin hogar por las calles frías, o habrían pernoctado en centros humanitarios y solidarios. O, en la calle ...
Yo, en cambio tenía mi nido propio personal e independiente. Y entonces noté mi cuerpo todavía joven, y percibí cómo no necesitaba esperar a que nadie me levantara. Y podía ser autónomo y libre de movimientos. Y tras fijarme en mi cuerpo, pensé en mi ser y en mi estar. Yo dispongo de los suficientes medios para gestionar mi vida y sin depender de nadie más, y para uso activo y personal de mi verdad y de mi libertad.
Sí. La vida como regalo, como libertad, como camino, como incentivo, como reto, como aventura, como sendero de proyectos de presente y de futuro, a como la posibilidad de seguir y seguir buscándome mi trozo personal de patria y de personalidad. Mi turrón, mi ternura, mi afecto, mi autoestima, mi gratitud, mi creatividad, mi vitalidad y todos mis sueños por estrenar y sacar de la caja de la sorpresa mía y de mí.
Ahí al lado tenía mi ropa y mis zapatos. De modo que me he calzado tales zapatos y me he puesto de pie. Y a continuación me he dicho que sí, que los Reyes Magos también habían venido a mí y que estaban en mí. Que, nada de abandonos, quejas excesivas o renuncias. De éso, nada. Mis regalos míos estaban por todos los sitios a poco que me pusiera en acción. Y no me lo he pensado dos veces.
Porque me atrae el reto del mundo. Y seguro que me voy al horno, y me agencio el más asequible roscón de cabello de ángel que encuentre. Y me lo voy a zampar ese dulce, compartiéndole con mi mamacita la pobre que está constipada y débil, y que ayer me preocupó y me dio un pequeño susto procedente del paso inevitable de sus años.
Mi muñeca tesoro. Ahora iré a verle. A mi reina maga. Y la daré un beso filial y de turrón. Y quizás le cante una nana de regalo por ser fuerte y soportar los achaques. Algo tierno y mágico se me ocurrirá.
Y luego caminaré por las calles de mi Valencia, y admiraré a mis mujeres hermosas, y seguro que bailaremos juntos y nos lo pasaremos pipa como hacen hoy los niños con sus regalos. Y seguiré creciendo todavía más desde mi alegría, y me fijaré atento a las cosas gratas mientras mantengo en la mano la vara de mi responsabilidad.
-EL MEJOR DE MIS REGALOS-

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