jueves, 2 de enero de 2014

- CINE: "A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS". -



Folk. Minoría, Flamenco americano. Sonido que nace de dentro. Músico de vocación, libre, joven y realista. Los sueños. Siempre los sueños. Lo que pasa es que los sueños también son la realidad y están en una realidad sita en un determinado contexto.
El joven cantante y su sello. Su sana y talentosa rebeldía. El caminar buscándose a sí mismo a través de su verdad y de su ser. Porque muchas veces los gatos se pierden y las oportunidades se escapan. Lo que pasa es que esa contrariedad del gato libre también es un hecho casi hasta posible. El gato, no mira. El gato puede ser y tener toda la iniciativa propia. Porque lo necesita y es así. Y en la vida está el gato por liebre, y el gato que está triste y azul, y hasta los sueños del gato con botas. Pero el felino es cotidiano y de vida. Si te descuidas, se te va. O se equivoca y sale otro gato que se le parece mucho porque es otro.
No es caridad la música. Ni samaritanismo. Pero las cosas están montadas así. Se necesitan espacios, escenarios, entusiasmos, plateas y público. El público y el intérprete. Y en el medio del negocio del arte y de la creación, suele haber gente de todo pelaje. Muchos son amargados, vengativos y resignados. De todo. Y también hay mucha gente sensible que ama la noche.
Para cantar en la América y en el mundo de verdad, hay que tirarle mucha naturalidad y coraje. Hay que ser inteligente y consecuente. Por eso "Llewyn Davis" el protagonista, se pone a éso. Y se recorre las carreteras llenas de hielo yermo en busca de las oportunidades. Está necesitado de ser él, de expresarse de reivindicar a alguien que cantaba con él y que se precipitó al vacío, y él no desea estar en ningún abismo ni que le recuerden la idea de derrota. Porque es valiente y corajudo, realista y tenaz.
Hace el amor, lo pasa mal, se arriesga, cuida a su manera a sus padrinos discógraficos, y tiene toda la santa inocencia de su realidad. No se casa con nadie, dice lo que piensa, y se pelea consigo mismo hasta que el cansancio le sorprenda.
Es de pueblo y de origen italiano, y habla un lenguaje crudo y sucio. Pero ha de ser auténtico, y él mismo, y pelarse el culo si quiere ser feliz. Sí. Ha de luchar y aceptar todas las realidades. Ha de alternar con bobos, con inútiles, con mediocres, con confiados, con impostores; con desencuentros que parecen todos injustos e inevitables, y sale siempre coherente de toda su situación. No tiene un duro, pero se la juega en ese condicionamiento.
Porque a Llewyn lo que le interesa es sacar su guitarra. Éso es. Sí. Su guitarra para hacer folk. Su instrumento para ser feliz y decir todo lo que se sienta. Esa es su clave. La clave de un folk, o de un nuevo músico puro y humilde, pero que tiene en el gen entusiasmo de su verdad.
Lo otro, es la rutina y los garbanzos. El trabajo sucio del capitalismo y de la navegación en los mercantes, y pasar desapercibido como un obrero invisible de barco y no ser él. Y eso, jode. Jode mucho. Porque cuando no logras hacer tus sueños en los que siempre crees, entonces te cansas y lo mandas todo al carajo.
Lo que pasa es que la música siempre te sorprende. Como tú a tí mismo. Y un día te ves cantando con pasión y tarareando un verdad y sin explicaciones. Porque cantar no es un negocio. Cantar es como respirar o tomar agua, como los ojos de una hermosa mujer como respirar o tomar agua, como los ojos de una hermosura mujer, como el dinero que falta, o como toda la verdad que rezuma este film.
-QUE OS RECOMIENDO-

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