jueves, 10 de octubre de 2013

- CINE: "GRAVITY". -



Tremenda banda sonora, que llena gran parte de la hora y media de esta película comercial y con calidad. Con dólares invertidos.
Es una música que está llena de emociones, sobresaltos, situaciones límite, y todos los efectos insospechados y especiales que imagines. Es una música que huele a premio Oscar. Potente y oportuna.
El Espacio y las catástrofes. La muerte, y la vida casi como mera estratega y hasta espectadora de lo que nunca puedes pensar que viene a por tí y a sucederte.
"Gravity" es muy discutible en su rigor argumental, pero deja a los espectadores inquietos de emoción. Adrenalina interior, y muchas parejas jóvenes que se abrazan y que en el fondo quieren ser como los "chicos" Clooney y Sandra Bullock. Bellezones contrastados que conectan con lo actual. Las alturas.
Morir. Morirse. Dramas tremendos. La gravedad de la ingravidez. Lo grave que es no poder moverte bien por tí mism@. El mundo osado y profesional de los astronautas ante las situaciones que se dan y que están bien próximas a la muerte. Coexisten.
Oscuridad, silencio, impotencia, dependencia, histerismo, llanto, desesperación y plena incertidumbre. El ser humano en medio de la osadía de su Cosmos que le corona y climatiza. El ser humano que imagina que puede salir de los líos y de las adversidades, y que lucha por inventarse más imaginación para que no todo se acabe.
Sí. Conseguido. No solo la potente y bella Bullock logra salvarse de mil situaciones imposibles, sino que los espectadores no vibran esta vez por su físico o por su hacer dentro o fuera de las cápsulas espaciales. Hay un más que está ahí, y que con la palabra se simplifica y reduce. Es el riesgo personal e interior, el cual en cine nos protege como en una cápsula de fantasía con sonido de bebé y fuerza de ternura.
Emociones. Muchas emociones. Es una de las obligaciones del cine. El no dejar demasiado indiferente a quien se saca la entrada y se compra las palomitas. La gente quería adrenalina, y el cine le da ese entretenimiento que añora.
Astronautas, muertes, imposibles, salvaciones, coches del espacio, clima letal, lluvia de meteoros y de basura espacial, seguridades en cuerda que se rompen, y el monóxido de carbono que te deja cerca de una definitiva antesala del adiós.
El sueño de la chica es en el fondo, el chico. Y, viceversa. Sandra sueña y está bien, pero la pereza le dice que ha de jugársela. Éso es el espacio. Si te sale bien, puedes ser astronauta, médico o cualquier cosa de proyección relevante. Pero si te vence la idea floja de que de ahí no sales, puede que no haya nunca milagro de paz y acabes en la fosa anónima. El cielo puede ser entonces el peor de los demonios.
Sigo oyendo esa música de "Gravity". Quizás porque siempre quiero ser joven. Como cuando oigo la de la Champions League, o el "Carros de Fuego" olímpico e inglés. En "Gravity" han pensado que sufrir es una emoción tan humana como el placer. Y que la vida electrizante del espacio perdido, es una alternativa a la seguridad conservadora del todo lo tengo.
Los chicos, arriesgan. La vida es riesgo. Pasan cosas. Agradables y también terribles.
-Y SIEMPRE ESTÁ LA MÚSICA DE LA EMOCIÓN-

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