De Herodes a Pilatos. En busca de los apoyos imposibles. Intentando por la vía diplomática de la desesperación, lo que logró su antecesor Bush por la calle de en medio y saltándose la legalidad internacional.
Sí. Barack Obama intenta contentar a todos. Y parece que no está consiguiendo apenas nada. La ilusión Obama, empezó a través del color de su piel. El presidente de EEUU ya podía ser negro. Fue la esperanza nueva de un tiempo que quería desmarcarse de radicalidades republicanas y mejorar las tensiones en el mundo.
Mas no lo logró. Al menos, en la medida esperada. Ahora, le ha dado por señalar la necesidad de atacar al tirano y líder sirio Al-Asad, al afirmar que hay pruebas de que ha gaseado con armas químicas a sus opositores los rebeldes en la gran guerra civil que hay en este país.
La osadía de Bush, la paga caro Obama. Ya no se creen los asuntos tanto a pies juntillas. Entre otras cosas, porque en Irak no había armas de destrucción masiva. Nos engañaron a todos. Ahora, la siempre en solfa credibilidad de los presidentes americanos, atenaza a Obama. Le diluye.
El primer Presidente negro del Imperio de las barras y estrellas, ha querido cual joven bisoño justificarse ante los suyos. Ha mirado más que mucho a su política interior. Ha buscado siempre apoyos y más apoyos, consensos, y pactos negociadores. Sus gestos han pasado por loables, pero acaban siendo ineficaces. En su país mantiene una dura lucha por la defensa de la Sanidad pública, pero la cultura general de los americanos y de la tradición, le dice que no. Nada está logrando de relevante. Poco cambia.
Afuera, se constituyó en el justiciero esperado. Capturó al maligno terrorista Bin Laden y lo tiró al mar de la venganza. Pero su pueblo está muy marcado por las heridas, y éso distrae.
Obama, se apuntó pronto a la idea de un enemigo de la libertad. El enemigo. No se ha visto o atrevido a tener un coraje político para acercar posiciones excesivas entre el Islam y los suyos. Entre los que siguen siendo en el mundo, los malos y los buenos. La eterna y hasta absurda Cruzada moderna.
Es posible que sea mucho más cómodo para Obama hacer lo que hace, y tratar de ser más papista que el Papa. De que sus odiadores atávicos no le peguen interiormente más de lo que siempre han hecho con él. Las reglas del juego son, Estados Unidos y el resto del mundo. Aunque Obama trata de que no se le escapen los detalles plurales de la realidad.
Le han dicho lo del gaseo con armas químicas a Obama, y este se ha puesto en pie. Quiere permiso de castigo para el líder de los sirios. Lo ideal es que no se gasee a nadie no con armas químicas ni con tiros de metralleta. Pero el mundo, parece priorizar otras cuestiones.
La Crisis, por ejemplo. Ahora son tiempos de crisis, y un poco menos de luchas de Cruzadas y de enemigos ideológicos. Europa no le ha hecho ni caso. Obama no quiere traspasar la legalidad internacional. Quiere tener buena imagen, y no digamos en el exterior. Pero parece un tanto hilarante que el tipo con más poder del mundo vaya de viaje en viaje para acabar con el rabo entre las piernas de lo inconcluso.
Obama ha sido un gran chasco. Un quiero y no puedo. Desde que llegó a la Presidencia. Y ahora, el día que desee atacará a Al-Asad como castigo y todas esas cosas. Pero solo logrará remover los odios indecisos en el Islam. Podría ser peor el remedio que la enfermedad. Sin duda que es una decisión tan arriesgada como realizable. Mas si lo hace y ataca, será bastante menos demócrata y cada vez más republicano y patriotero.
Así se le verá en el mundo. Lo que pasa es que el resto del mundo es menoridad, y el Poder siempre quiere hacerse valer y exhibir. Obama está autopillado.
-HAGA LO QUE HAGA-
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