lunes, 2 de septiembre de 2013

- ENVIDIADME, CHICOS -



Me llamo Atsiro, y soy un niño japonés. De Fukuoka, concretamente. Tengo once años. Y he de confesaros que estoy estos días más que feliz. Porque se ha cumplido uno de mis juegos urgentes. Sí. He visto a mí ídolo, y fuera de las teles. En directo. Ahora os voy a contar.
Es que me gusta a mí mucho el fútbol, y no es que sea fan o seguidor del Barcelona o del Real Madrid. No. Aunque me gusta el Barça, a mí quien me emociona porque es general, es Messi. Caramba, cómo juega Messi al fútbol. Le adora. Es increíble. Mete goles cuando quiere y se regatea a séis o a siete si hace falta.
Tengo mi habitación llena de pósters de Messi. Y muchos vídeos, y soy de su club de fans aquí en Fukuoka. Y mira que Cristiano Ronaldo es bueno, y tantos otros también, pero Messi es otra cosa. Messi es un mago. Alguien que te hace hasta reír de lo bueno que es y de la facilidad con la que hace las cosas imposibles.
Es un súper crack. Mi número uno. Mi ídolo de ídolos. De mayor quiero ser como Messi. Me identifico con él. Además, no es de esos que presumen por ser tan buenos y esas cosas. Lo sé. Lo sé porque le vi hace muy poco. Lo he grabado todo. Es callado y tranquilo.
Yo lo había dichos millones de veces a mi padre, que por favor ayudadora. Que, tenía un pequeño problema y que él tenía todas las soluciones para ese problema. Le dije que teníamos que ir a España, porque yo quería ver jugar en persona a Súper Leonel Messi.
Pero mi padre me daba largas y le entraba una risilla rara. Me decía que el fútbol no era el mejor de dibujos "Oliver y Benji", que me estaría sentando fatal ...
Mi padre es empresario y tiene dinero. Puede viajar, y no hay problemas de distancias ni nada. Pero no me daba la respuesta que yo quería y necesitaba. Y me provocaba un poco y me preguntaba si me seguía gustando el fútbol o si ya se me había pasado. Pero luego, a continuación, me daba juegos de consola de Oliver y Benji. ¿Se estaría volviendo majareta tras su sonrisa extraña? ...
Hasta que el otro día le dije a mi madre que íbamos a estar fuera de Japón unas horas. Y que se iba conmigo a España. Yo, le escuchaba con ojos como platos. ¡Anda! ¡Mi sueño podía cumplirse! ...
Subimos a un avión, y en nada nos plantamos en Madrid, que como sabéis es la capital de España. Y luego, otro avión nos llevó a Valencia. ¿A Valencia? ¡Pero si Messi está en Barcelona! ...
¡No! Mi padre,-que es un despistado-, no se había equivocado en esta ocasión. Al revés. Había revés. Había acertado. El Barça jugaba en Valencia y contra el Valencia en el Estadio Mestalla. Y había sacado dos entradas para ver el partido. Una de éllas, para mí.
¡Y entramos! ¡Y pude verle! Saqué mi cámara de fotos, y le perseguí incluso desde que salieron a calentar. Ahí estaba mi ídolo. Y al principio le veía bajito y parecía pequeña cosa al lado del portero y de otros jugadores. Pero era una falsa visión. El fútbol se juega por abajo.
Y Messi metió él solito tres goles. Pero, espérate. Dejó al campo mudo, y éso que el Valencia metió luego dos goles. Pero ganó el Barcelona de Messi. ¡Súper Wowww! Es la felicidad. Y luego mi padre me entregó una pelota que ponía: "Para Atsiro". Y, ¿sabéis quien me la había firmado? ¡¡Messi!! Y, antes dije que nos diéramos prisa. Bajamos casi corriendo las escaleras del Estadio. Nos pusimos al lado de donde iban a salir los jugadores del Barça. Aquello estaba lleno de gente de seguridad, policías y esas cosas. Pero, ¡tuve suerte!
Cuando salió Messi camino del autobús, le grité con toda mi alma y le acerqué la mano, ¡y Messi me la tocó con la suya! ¡Woww! ¡He tocado a Messi! Al más grande que hay. Soy el niño más feliz de la Tierra. Y mi padre es el mejor. Mi padre es otro crack.
¡VIVA MESSI!

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