Parecía que este año sería distinto. El imposible y liante José Mourinho ya no estaba en el Bernabéu, y la llegada del prestigioso Carlo Ancelotti podría significar una necesaria y sedante balsa de aceite. Lo cual, serviría para que el Real Madrid recuperara su organización y su sentido del orden, y podrían llegar los más grandes y esperados éxitos deportivos.
Por ahora, no. Por ahora, nada de esto parece posible. Ancelotti no ha parado aquellos nervios de otrora. Se ha deshecho de talentos como el alemán Özil, y el nuevo fútbol de su equipo se parece demasiado a la ramplonería y a la vulgaridad. Intentar suplir la calidad con la velocidad pura, es una craso error infantil. El fútbol, es muchísimo más que correr y hacer pressing. El fútbol, el bueno, es la creatividad y las cosas claras. Y este Madrid que acaba de perder 0-1 con el positivamente sorprendente Atlético de Simeone o de Diego Costa, está asaetado por las dudas y por la inconsistencia.
Se han hecho muy mal las cosas. Me temo que el verdadero entrenador no es el que parece ser, sino otro que está en las alturas. Sí. Florentino Pérez, por supuesto. Pérez ha diseñado un estilo absolutista, en el que el mejor portero del mundo no juega porque a él no le gusta. ¿Qué podrá saber? ...
Ancelotti parece decir sí a todo. Y eso que venía avalado por un más que sensacional currículum de ganador. Lo que pasa es que el atrás en el fútbol es la Edad Media, y la gente nunca vive de recuerdos ni de nostalgias, sino de inmediateces.
Ayer, el bien trabajado y construido Atlético de Madrid, le dió un baño estratégico. Secó todo su potencial, y llegó a aburrir al torero Cristiano Ronaldo, lo cual ya es meritorio dado el tremendo coraje ganador del luso.
El Atlético de Madrid le viene bien a la Liga. Le da vidilla, y hace soñar con que el actual ejercicio no sea un paseo en góndola para el Real o el Barça de Messi. Lo que ha pasado en el Bernabéu,-la parte positiva-, es que otros también pueden sonreír y tener aspiraciones para soñar e imaginar. No sé en dónde anda el cuarto aspirante, pero por lo menos ahora la Liga se nutre de un tripartito. ¡Albricias! ...
Es decir, que no todo son millones si no se tiene orden. Los boxeadores pegadores de los grandes pesos, también necesitan esgrima y estrategia. Organizarse y estudiar. Porque de lo contrario llega un aspirante más feo y más bajito, y te sorprende en la lona con cara de incredulidad.
En el Atlético de Madrid y en la Liga de España, la sensación ni siquiera es el millonario galés Bale. No. La sensación es Diego Costa. El otro día dió un recital en el campo del Madrid, arropado por un puñado de valientes y lógicos compañeros esforzados.
Diego Costa es alto y parece toscote y hasta dudón. Pero, todo lo contrario. Lleva talento, tiene cuerpo para ganar, y se nota en sus notas genialoides que se parece a un verdadero crack.
Tiene demasiado mal genio, y eso le descalifica y desfigura. Puede ser marrullero, sucio o carente de ética, pero cuando toma la pelota te das cuenta de que tiene poco que envidiarles a todos los demás.
El Madrid debe reaccionar. La gente empieza a impacientarse. Y esa marca de Florentino es la de un equipo histórico y ganador.
-TODOS LO SABEN-
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