martes, 3 de septiembre de 2013

- LA "MERCANCÍA" BALE -



Es Bale. Galés. Gareth Bale. Juega al fútbol. Dicen que es rápido y poderoso como una bala. Acaba de fichar por el Real Madrid y por cerca de cien millones de euros. Es la última gran mercancía cara y de luxe que presenta Florentino Pérez a todos sus seguidores que son muchos en el mundo. Del Real Madrid, por supuesto ...
Las finanzas futbolísticas y los dineros, se enfrentan altaneros a la enorme crisis social general. Gana el ocio, y el opio, y el negocio.
Ganan los hombres grises del dinero sin fronteras y sin barreras. Y marcan sus estratégicos y bárbaros objetivos económicos. Lo que haga falta, que el papá está rico. El fútbol parece poder, escondrijo de verdades, y hasta un solemne y descomunal paraíso fiscal en el que se mueve y hasta se cuece el dinero a la busca de los grandes y renovados cebos sexys del mundo. Libertinaje.
Gareth Bale. Apuesto. Con cara de guiri que está realmente contento. Abandona el Tottenham Hotspur para ir al Real Madrid que es el salón de la gran fama y de la alfombra roja. Miles de personas se meten en su presentación para poderle ver. El nuevo gancho ya está aquí después de interminables días de esgrima financiera. Bale quería venir al dinero de Florentino. El Madrid es un poco los Lakers en el baloncesto. Es un escaparate mediático y mensurador. La meca del futbolista que desea llenarse los bolsillos. En el fondo, hace bien. ¿Qué muchacho joven y fuerte no quiere ser rico? Se levante la mano ...
Bale aún no es nadie del todo en el mundo del fútbol. Solo conocemos sus vídeos espectaculares de alardes físicos y de golazos a cañón. Parece que está entre los cinco mejores atletas del fútbol del planeta. Que corre como un gamo. Como el dinero, en el olimpo del gran sedante del pobre que es el euro o el dólar.
En este mundo de mercancías con gladiadores de lujo adentro, se va del Madrid un enorme jugador. El alemán Özil es feo y bajito. Pero ha demostrado ser un sensacional futbolista capaz de crear juego y dar opciones a sus compañeros. No se le ha valorado la calidad. Dicen que Özil pidió aumento de sueldo y que le dijeron que no.
Özil puede ser perfectamente el mejor jugador de Alemania y el sucesor de Günter Netzer, el cual también pasó por el Bernabéu y se vistió de blanco allá por los años setenta. Sí. Al fútbol del Madrid de Ancelotti parece gustarle mucho el atletismo. No pone a Casillas porque se rumorea que le van los porteros altos como Diego López. Después, se desprenden del gran Özil y fichan al "speedy" Bale para que conecte a toda velocidad con el supersónico Cristiano Ronaldo. Hay una clara apuesta por la velocidad y el resultadismo. Al que le guste la paz y la valeriana, que se aguante. Son cosas del fútbol.
Del fútbol del toma y corre. De la imagen y del espectáculo trepidante. Del cine de fútbol. De un fútbol madrileño y de pasta que no se anda con elaboradores o teóricos de la poesía y del talento futbolístico. De números y estadísticas.
Fútbol de sudar y de goles. Fútbol de correr y de ganar. Fútbol desequilibrado de fugaz triunfo y fracaso. El gran brasileiro Kaká, parece una tortuga que ha perdido la seducción y el encanto. Y eso que fue balón de oro y que también llenó el Bernabéu por su belleza y apostura. Como Cristiano.
Enloquecido y extraño, el fútbol se mueve en un tren bala de tipos oportunistas que tienen el juego del dinero para ser casino egoísta. En el fondo, el exotismo es novedad. Es, la nueva temporada. El nuevo traje. La nueva sonrisa.
¡SUERTE, BALE!

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