sábado, 14 de septiembre de 2013

- EL ANGLIRU Y HORNER LE DAN ÉPICA A LA VUELTA 2013 -



Imprescindible. Necesario para el gran ciclismo de la épica y de la verdad. El "abuelo" americano de cuarenta y un años, Cris Horner, ha ganado la Vuelta a España desde una pasión y espectacularidad que ya echábamos de menos desde que Alberto Contador se refugió en las distancias.
El Angliru. El puerto más carismático de España iba a poner todas las cosas en su sitio y a descartar pulsiones imposibles. Lo sabe bien el gran ciclista Vincenzo Nibali, que aprendió cómo se las gasta la gran pared asturiana. En sus rampas, perdió la carrera y solo será un más que excelente segundo y subcampeón.
Había pocos segundos entre el italiano y el americano. Valverde y el "Purito" Rodríguez no andaban tan lejos. Había sido una Vuelta de pocos alardes y de mucha dureza mediática. Se habían cascado entre sí hasta en el carnet de identidad. Pero todo había sido voluntarismo y bien poca fortuna. Quizás solo el otro día el "Purito" en el Naranco nos levantó del sillón.
Que es el ciclismo de veras. Ponernos en pie. Queremos el hachazo definitivo, y nunca la insistencia con poco resultado. Una Vuelta española llena de montañas cortas y competidas, pero sin un resultado del todo claro. Mas es bueno que la gran temporada de ciclismo de fondo concluya así. Tras el hercúleo Giro de Italia y Su Majestad el Tour, la temporada debe concluír con constantes finales en montaña. Es Septiembre, y la gente necesita ese gancho y ese cebo para no irse a otras cadenas o a apagar la tele.
¡Oh, mítico Angliru! Su grandeza me hizo evocar a los grandes mitos que nunca desaparecen. ¿Qué será de los grandes astures? Un recuerdo para José Manuel Fuente "Tarangu", a Alberto Fernández y al "Chaba" Jiménez. Ayer se asomó el animoso Samu Sánchez, siempre genialoide en las rampas imposibles.
Nuestro Everest del ciclismo. Nuestro Tourmalet o Mortirolo. Allí, en medio de su tiempo inesperado y en la víspera del todo, antes del homenaje de Madrid, olía a ciclismo real. Nada de pinganillos o indicaciones. O subes, o te hundes. O te vuelves un héroe o fracasas hacia la mediocridad.
En mitad de la montaña mágica, se acababan los forofismos. Cuando llega el Angliru, nunca hay más favoritos que los talentosos, épicos y astutos. Y entre esa atmósfera cerrada y estrecha de aspirantes, emergió la calidad de los grandes grimpeurs. ¡Horner! El "abuelo" estadounidense, dió el recital del estilo fácil de los que vuelan sobre las paredes que casi estremecen por su dureza. Y en ese momento aposté y me ilusioné con él. Subía con elegancia, sin descomponerse, con extrema facilidad y sencillez, con talento, y sin dar un demarrage de más. Ha sido el mejor. Lo fue en toda la Vuelta a España. Porque Nibali fue más estrepitoso y bullidor, pero el monte asturiano siempre es una locura temida.
En cambio, el sonriente y simpático Horner, no se cebó a ningún deseo extremo. Subió como quiso y cuanto quiso. Superó a todos sus rivales con holgura asturiana y final, y yo le doy el "congratulations".
Se sube así. Empinado sobre la bici, siempre frío y sin atracones, sereno y confiado, sufridor y grande. ¿Qué importan edades o carismas en este guiri americano abierto con acento del Oeste? ...
La Vuelta 2013 recuperó el sexy y la ilusión. A Horner le sigue Nibali, y el murciano Valverde hace podio ante un "Purito" más carismático pero menos fino que en otras ocasiones.
Este Angliru sobre ruedas, y este libertinaje entre motos y aficionados, hace grande a este deporte tan herido y castigado. Quedas reconciliado con la dureza de la Vuelta, y esperas ya la venidera.
¡PUTXA ASTURIES!

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