viernes, 5 de julio de 2013

- EL ÁRBOL ROMO -



Entre todos los más destacados árboles de aquel jardín casi mágico, existe uno especial y bastante extraño. Es un árbol raro, potente y demoledor, con una tremenda base desde la que se ata imponente y fuerte al suelo a través de sus raíces magnas.
Es un jardín natural y abierto a todos sus habitantes. Una magia, llena de belleza y de flores, de vegetación y de brillantes árboles que se llevan todas las admiraciones. Pero la gente no va solo al lugar a ver a los árboles y a la belleza convencional esperada. No. Van a ver al árbol raro, al árbol enorme y coriáceo, al árbol que crece y crece hasta dejar a los demás casi como liliputienses y menores. Hechiza ese árbol. Nadie sabe realmente qué es ese árbol, y todo son leyendas e inexactitudes en torno a él.
Hay gente que se queda mirando delante de él y le critican y afean la honra. Dicen que sí, que es enorme, que crece imparable y majestuoso, pero que no tiene ramas, ni copa, ni frutos ni flores. Que un árbol que solo es tronco y raíz, quizás sea el resultado caprichoso de una deidad maléfica o hasta un error natural.
Aquello es un enorme palo sin nada más. Un palo gigantesco que crece emulando a una Torre de Babel, pero que nada más. Que su tronco es potente y colosal,   pero     que    le   faltan demasiadas cosas. Es casi como un falo de madera que deseara al cielo y quisiera tocarlo y seducirlo. Audacia.
Las gentes dicen que quizás lo mejor es cortarlo ya de una vez y hacerle cachos de leña, pero les sabe mal. Tiene cosas de genio, crece y crece, y nadie sabe ni se explica el porqué de esa vanidad.
Ese árbol es un ego que parece sacado del arte abstracto, y tiene desconcertada a mucha gente. Porque del mismo modo que muchos le desdeñan y critican, hay otras personas con otra sensibilidad que le admiran su porte imparable y todo su ser.
Dicen quienes quieren al árbol romo, que en realidad todo es coyuntura, y que al final dejará de crecer y hará belleza eterna. Mas todo el mundo parece tener dudas. ¿Qué será ese gigante presuntuoso? ...
El gobernador del pueblo ha convocado a sus habitantes. ¡Ya está bien de crecer y crecer! O cambian sus formas, o será talado. Y los habitantes afirman el mandado de dicho gobernador. Lo mejor va a ser talarlo. Ese enorme gigante desafiante y extraño, no pinta nada ahí en medio y haciéndose el rey del gran jardín natural. Queda consensuada la sentencia. Es cuestión de horas.
Quienes sienten gusto por el árbol romo y hasta quieren comprender su misterio, se apenan y apuran. Acuden al lugar y tratan a través de su piadosa y triste mirada, de comunicarle al gran árbol que va a morir. Y el árbol sin ramas ni hojas, que está todavía más alto y como endiosado, decide estarse más quieto que nunca. Al menos, hasta que llegan todos los habitantes del pueblo, y a la cabeza el gobernador y los obreros designados para proceder a su derribo y poda. Expectación.
Algo le pasa al árbol. Algo parece moverse en su interior. Es como si se estremeciera de miedo o como si fuese a pasar alguna cosa. Unos perros deciden ladrar, y la gente se asusta. Algunas personas se alejan de allí.
En el momento en el que una enorme sierra eléctrica se aproxima al tronco del árbol especial, entonces dicho árbol comienza a bambolearse como si tuviera un ataque de sangre. Como si el líquido clorofílico e interior estuviera convulso y mutante.
Y, de repente, una tremenda explosión. La parte de arriba del árbol estalla con estrépito, y a continuación todo cambia y le crecen súbitamente las ramas y hacen copa. Es una inmensa palmera, cuya altura ha menguado y se ha equiparado a la de los demás árboles. ¡Qué hermosura! ...
El gobernador manda parar. Aquella palmera es la más bella que nunca ser humano ha podido ver. Es brillo y amor. El orgullo del pueblo. El árbol romo no estaba poseído. Cuenta la leyenda que únicamente esperaba su momento para abrirse y ser normal y bello.
-EL MÁS BELLO-

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