Hace unos años y cuando llegaba el verano, se nos hablaba de unos seres inteligentes extraterrestres que nos visitaban desde lejanas galaxias. El mundo UFO. Los ovnis. Aquellos ovnis o platillos volantes, que alguien filmaba casualmente cuando su cámara apuntaba a los cielos.
Había dos teorías para explicar aquello tan raro. Una, consistía en afirmarse en la idea de que aquello de los ovnis era una maniobra para distraer la atención. El franquismo, quedaba así desenfocado por unas horas de sus terribles y malditas artimañas. O, todas las grandes dictaduras del mundo mundial.
La otra teoría, era que todo era un gran negocio que estaba montado para ganar dinero a causa de la fascinación que lo esotérico y sus dudas siempre han tenido en el ser humano. Cuanta más extrañeza y heterodoxia, más expectación y éxito de masas. Money asegurado.
Y luego estaban los que no creían en nada. Ni en los ovnis, ni en las extrañas luces, ni en las naves nodriza, ni en los avistamientos nocturnos, ni en nada de ésto. Ciencia. Solo creían en la Ciencia. Y si la Ciencia decía ovnis no, entonces nada de ovnis.
Os confieso que yo era un adolescente que me apasionaba todo esto de los ovnis. Me compraba revistas esotéricas y de ovnis, y ahí habían verdaderos "ufólogos", los cuales hablaban hasta de la morfología y características de los distintos extraterrestres. Creo recordar que se decía que los más malos eran los bajitos que tenían la cabeza desproporcionadamente grande.
Palenque, las pirámides, Roswell, el avión del aeropuerto de Manises, o las aguas de Baleares como improvisados boxes de las naves supersónicas y hasta mágicas. El esoterismo, las civilizaciones perdidas, y todos los más increíbles secretos. Siempre me impactó la película "El planeta de los simios".
Yo nunca tuve claro nada. Tenía afición, pero también era bueno en los estudios. Y los científicos lo negaban todo, y se curaban en salud diciendo que como el universo era tan enorme, quién te dice a tí que en alguna parte desconocida no habría lugares como por ejemplo el Sistema Solar o incluso la Tierra. Pues, claro ...
Lo más bonito de todo lo que me pasó, fue precisamente mi extraña adolescencia. No sabes si creer en los ovnis-, yo nunca vi ninguno en persona-, te gusta imaginar revoluciones galácticas, y que todo se subvierta en una enorme catarsis casi definitiva. Lo que más me gustaba de todas estas cosas raras de los ovnis era el miedo que daba oír lo que decían que eran capaces de hacer. Como los "visitantes de la noche", los cuales no se tomaban la paciencia de forzar la cerradura o entrar por la ventana. No. Se teletransportaban, y adentro. Dormidos, podíamos ser verdadera piel vulnerable. Pensando en éllos, tuve alguna noche de pesadilla. Luego, de día, volvía la realidad.
¿Fue todo mentira? Yo, no lo creo. No creo que todo el mundo dijera trolas para desviar la atención, como ahora mismo parece que pasa con el tema Bárcenas. Algo habría. Pero no tengo ni idea de lo que habría.
Mi teoría que a veces no me creo ni yo, es que los ovnis pasan de nosotros. Nos ven, contemplan el desastre planetario que entre todos hemos urdido, y prefieren no bajar a perder el tiempo. Nos ven como a un planeta muerto o en vías fúnebres.
Me gusta que me salga la adolescencia en la nostalgia de un tiempo distinto que ya pasó. Que mi niño interior pueda todavía imaginar a tipos volando en alfombras persas, o que los magos aún puedan hacer desaparecer cosas. Sí. Me gusta ser espía de mí mismo. Y muy juguetón. Y ver las estrellas sin hacerme daño, y con una chica apasionante a mi vera.
- ¿QUÉ LE VOY A HACER? -
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