Policarpo Díaz. El "Potro de Vallecas". Su apodo como campeón de boxeo. Su barriada y su fragilidad. Como tantos chicos pobres. El imperio de la violencia y de la desesperación.
Poli sigue niño parece que destinado a males de exclusión. Las malas compaías y la ambición desmedida y no digerida. Acaba de atizarle hace nada con un destornillador a otro tipo. Es el mundo europeo y español del subsistir a codazo limpio en los mundos menores y paralelos.
Poli Díaz ya hace tiempo que ha pasado de héroe a ídolo por el suelo. Es la amargura del pobre que ve cómo se le escapan las cosas de la vida y decide tomar la calle de en medio. Llueva o truene. Desnudo.
El lumpen, el hampa, el mundo sucio, las drogas, las orgías, las mujeres que no le convienen y aquellos puños que le hicieron carisma español. El boxeo y su decadencia. El refugio inmediato en la caricia del oponente. La búsqueda de un rival. Hay que pegarle a otro porque la vida es cabrona y feroz. Te tira al suelo y pasa de tí.
Te lanza retos imposibles, te pide los deberes, te muestra gimnasio de infelices, y toda la televisión infantil y del morbo. Hace Poli películas de hombre liberal y hace sexo y pasión adulta con señoritas de cama y cámara. Negocio del goce.
El "Potro" es otro. Detrás de esa sonrisa picarona hay una gran deuda personal. Las cosas no son tan cabronas. O, no deberían serlo. El día que Poli cambie el destornillador por otra cosa con balas, hablaremos de un convicto definitivo. Chamusquina. Madrid también tiene sus favelas y su Vallecas, y sus enormes carencias, y sus grandes desequilibrios, y enormes lugares donde los drogadictos viven otra galaxia y muchísima exclusión.
La literatura del ídolo caído, la que se ve venir, la familia desestructurada que propicia que las cosas acaben mal, y la inercia de la imperante rabia y violencia. Pero Policarpo existe ...
Sí. Existen los muchachos que se dan a todo menos a sí mismos, y es evidente que parecen ser engullidos por una especie de mundo bien y de escarnio, que les hace escrache. Que, les jode ...
En una atmósfera económica que nos lleva a todos a la menoridad y a la exclusión, los que ya cayeron más abajo en bonanza lo van notando más. Los enfermos se quejan sobremanera, ceden los hospitales, las casas y los profesores, y hasta los centros de reeducación y de atención desde la solidaridad. No hay nada.
¿Y Poli Diaz?, ¿qué hay para Poli Díaz? Solo malas noticias que apenas marcan escondidas páginas de los diarios y noticieros. Porque Poli pasa de todo, si es que alguna vez hizo caso a alguien.
Poli Diaz es un boxeador noqueado que debería volver al deporte para no pegarse con nadie. Pero desde su infante juventud, ha sembrado las piedras de nuevos enemigos y de nuevos buscavidas. Lo lleva complicado. Poli es ahora un ser extraviado y frágil. Más que un adolescente desconcertado por unas larguísimas piernas femeninas.
Fue pegador y descabellado, animoso y simpaticón, lo dio todo por lograr cosas, pero a sus jóvenes cuarenta y cinco años parece muy cansado y casi anecdótico. Es la historia magnificada de un semimarginal al que nadie nos importa un carajo y que nos da igual si acaba lastimado definitivamente tras una puñalada trapera y anónima.
Dentro de la gran hipocresía casi institucionalizada, no contamos con el ser que se cae demasiado, y no tenemos paciencia para con él, y abusamos de él y de sus circunstancias, y decidimos mofarnos de ese chiquitajo inmaduro que quizás le parezca bien vivir ese tipo de vida. Vivir la nada ...
Nos hemos vuelto demasiado finolis y policiales para acordarnos ya apenas del "Potro de Vallecas", el gran campeón del boxeo. Preferimos acordarnos de un pobre beodo que perdía sangre y combates, y que se hacía el semental de bolsillo con frescas sin escrúpulos fornicando en las camas con truco.
Golpes, broncas, cárcel, ex novias, droga, alcohol, camarillas letales, submundo, feísmo, cosa abrupta, y todo demasiado complicado que estamos en crisis. Queremos tipos que juegen al tenis o que ganen partidos con el Barça o el Madrid. Nos molesta el débil y el asilvestrado, el loco y el rebelde. Por eso nos sentimos casi mejor cuando vemos a nuestros enfants terribles en off side.
-PORQUE YA NOS DOMARON-
3 comentarios:
Buenas noches:
he leido con detenimiento su articulo y en parte no diria que tan desacertados en algunos aspectos,pero la realidad de Poli es bastante diferente...
hay que convivir con el para conocerle y saber que le llevo a tanta vivencia desafortunada
Poli es un hombre que ha evolucionado muy notablemente, no solo a nivel personal si no tambien a nivel profesional, es un hombre que goza de un gran corazon y humanidad ( ya que muchos lo desconocen), pienso que la juventud a todos nos ha podido trastocar alguna vez, pero nada mas lejos de la realidad que Poli se convirtiera en un convicto.
Tiene un afan de superacion como a pocas personas he visto y ha demsotrado sobradamente que vive muere y renace.
la triste historia de Poli tan solo es eco de la prensa por la gran popularidad que alcanzo y como usted bien dice, tan solo se hace resonancia de su situacion pasada y malos momentos como todos hemos tenido, ahoar bien:
QUIEN ESTE EXENTO DE CULPA , QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA..
Poli no es ni fue un juegete roto,es un hombre muy inteligente y me atreveria a decir sin miedo ninguna a las criticas que UN GENIO
Muchos hablan y pocos dicen...Quien es realmente Poli Diaz y conocerlo a el ...es entrar en un mundo lleno de vida y fuerza
para mi es unico...
yo puedo hablar bien de el..soy su mujer
para nueva informacion sobre el , lo puede ver en su facebook , la foto de portada estamos los dos y la de su perfil el despues de un combate con los brazos en alto
Haiett Aguirre
un saludo
Un placer y satisfacción, señora Haiett, por su más que valioso relato. Publicado con absoluta libertad.
Y mil gracias por leer a este eterno aspirante a escribidor. Itero las gracias!
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