Lo decía hace bien poco una excelente periodista y escritora. Es difícil hablar de buenas noticias y poder sonreír. Los noticieros y telediarios, se llenan de nuevas tristes y decepcionantes. Los pájaros nos miran extrañados. No nos dejan ser nosotros, y encima se pide sumisión y entrega.
Hoy, se celebra y tiene lugar un hecho ciudadano, que se antoja tal y como están las cosas, como un privilegio quasi mágico. Un gran desahogo. España es un gran megáfono que reinvindica una esperanza, y que lanza indignados improperios a aquellos tipos que les han agredido, cercenando sus derechos, y traicionado.
Hoy España puede decir en su calle lo que le parezca oportuno decir. Sí. Huelga General. Descontento absoluto y total. La gente está hasta los mismísimos, de que se mofen de ellos. Y no digamos, las clases más desfavorecidas. Mas los ciudadanos, tienen en su masiva presencia un enorme triunfo progresivo. Están ahí. Forman parte. Son. La soberanía y el derecho está en éllos. Es buena gente a la que les han quitado los trabajos, y han hurgado y hurgan demasiado en su felicidad. Y, la paciencia, tiene unos límites. Humanos.
Hay ahora un objetivo prioritario de combate. Se trata de luchar desde el contraataque de las ideas para concluír en la recuperación de la moral gastada. En otras palabras: el Poder pretende hacernos ver que no podemos lograr nada a pesar de que salgamos a la calle. Que, el salir y estar en el ágora, será siempre anodino.
Ahora, es ésa la prioridad de la lucha. Girar la tortilla, y lograr autoconvencerse de que se pueden lograr muchas cosas. Que todavía somos útiles y capaces de modificar paredes aparentemente infranqueables. Lo del tema de los deshaucios, es un ejemplo fenomenal. Han acabado desdiciéndose, nada menos que los jueces, los políticos y hasta los banqueros. ¡Sí se puede! Es evidente que sí se puede.
Se puede ser compasivo, solidario, sensible, luchador, tenaz, sensible, y hasta soldado de uno mismo y de todos. Hay gente de poder que empieza a sentir vergüenza de lo que ve y por lo que ve. No todo han de ser órdenes y rigurosidades sin contemplaciones.
Todos juntos. El pueblo, unido. La voz fuerte y libre de un pueblo bueno, alegre y laborioso. Un país culto y valiente, de buenas intenciones, y tremendamente acogedor y hospitalario.
No es chauvinismo a la española. Las gentes del extranjero que realmente nos conocen, ven en nosotros a excelentes locos bajitos de buen corazón. Que, España no solo es una marca, sino que también es una buena universidad y un ejemplo excelente de sensatez y de sentido común. De valía ...
Somos gente de paz. Siempre anida en nuestras vísceras el imperio de la palabra y también de la fiesta extrovertida. Y por éso es, que merecemos otro trato y otra cosa. Otra política exterior e interior, una confianza y un afecto, un beso de comprensión y una dignidad.
España no es inferior a nadie. España es gente normal, y clase media, y ciudadanos cultos y talentosos con derecho a soñar. Sí. Bendita y alabada sea la gran voz común y mayoritaria.
-ESTA ESPAÑA-
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