Os confieso que la Lex de los romanos siempre me pareció fría. Aunque fue un consenso y un logro, siempre lo códice parece tener aroma a cerrado o a definitivo.
Con este drama de los deshaucios, me reafirmo en esta idea de mi manía de la frialdad. La gente ha perdido el empleo, su fuente de subsistencia, no puede pagar la casa, y se lanza por las ventanas. Domingo, Amaya, una madre joven que perdió a su hija, y decenas de casos anónimos en aumento que arruinan las vidas y las ilusiones.
La ley. Llegaban los agentes de la autoridad con la orden en la mano, y procedían. Todo legal. ¿...? ...
Los Poderes del Estado parecen ir nuevamente por detrás de la realidad social. Era de prever que ésto iba a pasar. No había que acudir a las consultas de los augures para enterarse y con tiempo.
Lo neoliberal, lo impregna todo. Y los poderes oficiales, van caminando en esa línea a la que le falta humanidad, compasión, y presencia de idea social. Está la desprotección y la marginalidad en estas reglas del juego. Y, la Lex, ejecuta sin demasiados miramientos los códices consensuados.
Sin matices, con frialdad, sin sensibilidad; a los bruto. Sean jóvenes, abuelos, o de todas las edades. Queda pues constancia del gran fracaso. La sociedad, la nación, la ciudad, la tribu; los ciudadanos no cuentan. Todo se torna flaco y demoledor.
Cuando finalmente las muertes desesperadas ensucian el gran maquillaje de la frialdad, y como si casi a todos les sorprendiera y se cayeran del guindo, algo parece que va a moverse.
Solo están a la altura, dos poderes. El de los ciudadanos indignados y desesperados, y el impacto de las imágenes de la televisión. Las actuaciones contundentes policiales, frente al desamparo de gente tan vulnerable como normal y corriente. Como tú o como yo ...
Ahora, los dos grandes partidos políticos españoles pactan a toda prisa moratorias que detengan temporalmente las grandes tragedias y dramas humanos. Los jueces, parecen conmoverse. Los bancos y adinerados, esperan en el silencio agresivo.
Hoy, Pérez Rubalcaba, hablaba de que van a hacer entre todos que ningún español deba abandonar su lar por la coyuntura de la excepcionalidad económica. Esperemos, que se cumplan y concreten tan básicos y humanos deseos. ¡Y, derechos! ...
Me da vergüenza como español que soy, ésto que sucede en mi nación del 2012. Sí. Los grandes poderes, como rémoras sin previsiones ni sensibilidad. Sin capacidad de reflejos para detener a tiempo y adecuadamente los grandes dramas y problemas. Se llama, fracaso ...
Es un tiempo de decepciones y de estoicismo, de compasión casi apremiada, y de limosneo social. El próximo miércoles día 14 de Noviembre, toda la indignación de los españoles saldrá a la calle en forma de gran Huelga General. No hay un solo sector social, que no tenga más que poderosas razones para estar hasta el límite de la paciencia.
Lo de las viviendas, parece muy mediático y espectacular. Lo del hambre que se pasa, no tanto. Pero el país es una voz que clama gritos de que han sido atacados y estafados. Os digo amig@s y de verdad, que si me lo hubieran contado no lo hubiese podido creer.
- ¿HACIA ATRÁS COMO LOS CANGREJOS? -
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