lunes, 25 de junio de 2012

- MI VERANO COMO RETO -



En la Valencia de mi vida y de mi corazón, ha asentado plenamente sus reales el verano climatológico, y aparece un tiempo nuevo y de reto. Os confieso que nunca me he llevado bien con el verano. No es, desde luego, mi estación favorita. Lo mío es la primavera y el Abril. Cuando los termómetros comienzan a rebasar los veinticuatro grados, ya empiezo a sentirme incómodo.
En este verano novedoso que se estrena para mí, se incluye la primera noticia esencial. Es el primer verano que cuido a mi entrañable madre senil. En estos meses que llegan de Julio a Agosto tórridos, yo me haré cargo de sus cuidados por las mañanas, y mi hermano tomará el relevo durante las tardes. Nos turnaremos los hermanos, para que mi madre no sienta el zarpazo de la soledad y de la desatención en todo este cálido tiempo.
Combinar ocio y responsabilidad en este tiempo estival, será mi gran objetivo. Sí. Disfrutar de tiempos modestos y concretos para mí, me ayudarán a retomar       las     asignaturas  pendientes que han quedado en otro tiempo detenidas en la demora.
Dormiré en mi casa de toda la vida, abriré las puertas del balcón y de la galería, correrá el aire, tomaré las debidas precauciones, y más tarde marcharé a la casa de mi hermano y en la que mora mi madre y sus últimos años de su vida.
Y en mi casa, aparecerá el orgullo de mi libertad, y le limpiaré el polvo al hogar, y le fregaré el suelo con el mocho, y atenderé a los muebles para que sigan bien conservados, y todo esto me dará una real visión de mi futuro y de mi horizonte. Y mi verano, también seré yo.
Sí. Por las tardes volveré a mi casa de toda la vida, y oleré los aromas de siempre, y me fijaré en ese tremendo cambio generacional que se ha producido. Porque en mi barriada maravillosa, casi ya no vive nadie de mis tiempos de niño o de joven. Ya no está aquel calor y aquella familiaridad. Ahora, con el verano, aparece otro mundo, otra consecuencia y otra realidad.
Convivir con esa realidad individualista, con los problemas de la escalera, con sensibilidades tan diferentes, con personas que nunca llegaré a conocer bien, elegir las ruedas buenas, y tomar la bandera de mi bonita libertad en el crear cotidiano. Pendones de afecto y cariño.
Me gusta la idea de mí y de mi casa. No me asusta ni le tengo temor. Al revés.   Siento  curiosidad y atención ante mi devenir. Quiero jugar con este tiempo, disfrutarlo, y hasta sacarle punta. Beber el agua hidratante de lo social, comer alimentos ligeros que me den la misma vitalidad de siempre para seguir, y llevar ropa ligera que me alivie de la burbuja del tiempo adverso.
Elegir bien los momentos y trabajarme los silencios. Ver en dónde andan mis puntos más flacos, y en dónde mis activos más destacables. Medir mi cronómetro del equilibrio, tomarme una relajada horchata fresca al lado de una dama encantadora, bailar en una noche de cariño la alegría necesaria del niño interior, jugar a la virtualidad y a la coherencia, seguir cantando y cantando todo el tiempo de mi personalidad, y armarme de toda mi santa paciencia.
Sí. Mi realidad, mi verdad, mi pensar, mis circunstancias, mi sacrificio, mi yo, mi tiempo y mi peculiaridad veraniega. Mis sueños, y mi absoluta disciplina al capitán personal que dicta mi vivir.
-CON EL SOL DEL VERANO-

2 comentarios:

estoy totalmente de acuerdo contigo, los entretiempos son los mejores :) me ha gustado mucho leer lo que compartes, gracias!

Y a mi me complace mucho que te agrade lo que en mi blog comparto, amigo.

Gracias siempre a vosotros por opinar y dejar vuestras impresiones!

Publicar un comentario