En su último ensayo antes del Campeonato de Europa de selecciones, España contó con un rival tremendamente oportuno. Sí. La aparentemente débil China, demostró en la Cartuja de Sevilla que sabe jugar con honradez, orgullo y velocidad. Y que los chinos resisten como toros.
España necesitaba un rival al estilo del Chelsea. Puñetero, defensivo, peleón, y con salida decidida al contragolpe. Y las cosas fueron realmente así. Sobre todo, en el primer tiempo. España tenía el balón, se mostraba, pero andaba bastante lejos del lucimiento o del autoconvencimiento. El síndrome Villa atacaba a Negredo, y las dudas caminaban por las cabezas de mucha gente.
Sí. El seleccionador de China, José Antonio Camacho, había apostado por la estrategia, la velocidad y las conveniencias, ante el campeón europeo y mundial. Todos, atrás. Doce tipos defendiendo y sin complejos. Barreras de piernas y más piernas bien escalonadas, y sin conceder un palmo bien cerca de su pertrechada área.
En las salidas al contragolpe, el gigante dormido con más de mil millones de habitantes, se encontró con un genial y soberbio Iker Casillas, el cual sacó dos balones realmente de lujo cuando el gol de los orientales se cantaba ya. ¡Supercasillas! ..
La segunda parte, sirvió para que España se relajara y se reencontrara con su estilo natural de juego. Silva estaba apagado, pero el de Arguineguín es tan grande que es capaz de liarla en un descuido. Mas ayer necesitaba a alguien especial. Al mago. Sí. Al genio Andrés Iniesta.
Exhibición del albaceteño. Cuarenta y cinco minutos para disfrutar. Iniesta tenía el día. Sacó la chistera, y comenzó el recital. El portero chino lo paraba todo. Y los postes. Pero el mago, seguía y seguía con su esgrima de diabluras. Quiebros, regates, manoletinas, pases sin mirar, y parecía que Curro Romero había vuelto a Sevilla vestido de torero. Puro arte. Giralda admirada.
Volaban los chinos por los aires ante los malabarismos de Iniesta. Balones a los palos, y más paradas del portero oriental. Fantástico e intenso. La gente era feliz incluso con el empate sin goles. Navas era un extremo de temer, Silva te decía cómo se hacen las cosas, Jordi Alba era una máquina por su carril izquierdo, e Iniesta seguía y seguía dejándonos a todos con la boca abierta. ¡Y olé! ...
Era cuestión de tiempo. Iba a llegar el gol. Iniesta hizo otra magia de las suyas, habilitó a Silva, y se acabó. España veía puerta por fin, y la muralla defensiva de los chinos se iba a la porra. Justicia y fútbol. Toneladas de fútbol de quilates. Vuelve el campeón mundial, y aparecen las sonrisas.
No debe ser exhuberante la euforia, y sí primar la prudencia y la cautela. El Europeo se puede ganar si se juega alegre y sin ansiedades. Sigue habiendo mucho material. Lo que pasa es que Villa está lesionado, y el gol más débil y raro.
Negredo sigue generando dudas, y Torres está por ver si se ha recuperado. Al igual que Llorente. Sí. Se van a encerrar todos los rivales, en el torneo que pronto se abrirá. No será fácil. Hay calidad a espuertas, pero poco gol. Habrá que tirar de acierto ofensivo y aprovechar las cocasiones y los pocos espacios. Quizás poquitos goles, pero muchas victorias.
-ESTOY BASTANTE SEGURO-
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