viernes, 22 de junio de 2012

- LOS INVASORES ATÓNITOS -



Los saectors, vienen de Saturno. Sus naves extremadamente sofisticadas, se dirigen a la Tierra. Tienen mala fama los saectors. Dicen que son distintos y destructores, y capaces de aniquilar vida en galaxias enteras. Entre ceja y ceja está en su golosa ambición, nuestro hermoso planeta. Sí. Los saectors quieren hacerse con las llaves que abren el poder   y   gobierno terrestre. Colonizar ...
Nuestros sensores no son capaces siquiera de detectar sus terribles     artefactos     de   destrucción. Pero va a suceder algo extraño que no van a poder entender, a pesar de sus privilegiadas inteligencias extraterrestres y saturnianas.
Ya han aterrizado. Ya son visibles. Miden unos dos metros de altura, y son miles y miles. Centenares de naves, llevan en su interior a los imparables y terribles saectors.
Pero, ante su sorpresa, los militares terrestres deciden no hacer ningún movimiento defensivo. Se limitan a mirarles, y no les hacen ningún caso. Como si no estuvieran. Y el personal civil, los ciudadanos, también van a sus quehaceres cotidianos, como ignorando la presencia y el terror que siempre generan los invasores procedentes del planeta de los anillos.
Uno de los jefes de los saectors, comunica a un ciudadano de la Tierra, que un grupo de guerreros se dispone a entrar en su vivienda. Y, atónitos, los fieros saectors se llevan un sí como respuesta. Al ciudadano le da igual que entren en su casa, que hurguen en todos los rincones, armarios y lugares íntimos, y les da incluso las llaves de su lar, pidiéndoles que se las devuelvan al terminar aquello que tengan que hacer.
Nuestras mujeres ignoran también a los saectors, mientras protegen amorosamente a sus niños. Nuestros niños. Cuando los saectors se acercan, las mujeres libremente les muestran sus cuerpos y su piel sin ropa, y les afirman que no van a encontrar maldad ni esoterismo en ellas. Y a continuación llevan a sus niños al colegio, y se marchan a sus respectivos cometidos y labores de cada día.
Los saectors han decidido aclarar las cosas. Hablan entre sí. No se van a apropiar sin la menor oposición de un planeta ajeno. Ellos solo son guerreros, y únicamente vencerán si hay fuertes combates, sangre, bombas y fuego. Como corresponde a los soldados de la conquista espacial.
Jamás podían imaginar tanta sumisión. Los únicos que parecen mirarle   con    aviesas  intenciones, son los animales. Algunos lobos tratan de atarcarles cuando cae la noche. Y los citados animales, fallecen destrozados por los impactos del instrumental destructivo de los saectors. No es cuestión ni plan. El objetivo eran los eres humanos de la Tierra, y nunca seres inferiores y fácilmente reductibles.
La última estrategia, es el dinero. Los saectors entran en los bancos mundiales, secuestran a sus dirigentes, y les exigen que les den hasta el último centavo de dólar. Y los magnates del dinero con sus financieros, les entregan de inmediato todas las claves secretas y no secretas. En cuanto lo deseen los saectors, tendrán todo el dinero de la Tierra para ellos. Nueva decepción para los atónitos guerreros.
Los saectors se vuelven a reunir desde las cúpulas más poderosas. Descartan llevarse el dinero de ese modo, e igualmente dictan su veredicto definitivo. La Tierra es un planeta fácil y domado, que ni siquiera merece ser sometido, castigado o eliminado.
Sí. Para los saectors de Saturno somos unos seres anodinos y extraños, los cuales parecemos haber perdido toda nuestra capacidad de respuesta. De modo, que dos días más tarde, deciden marcharse de aquí.
No hay nada para el esfuerzo y la lucha, y el saector sale bien decepcionado. Así es que las naves más que sofisticadas, se elevan sobre los cielos y desparecen de toda visión humana. Y al día siguiente nadie en los medios de comunicación habla de la invasión de los saectors. Quizás sea porque somos extraños hasta para nosotros mismos.
-¿SALVADOS? -

0 comentarios:

Publicar un comentario