lunes, 30 de abril de 2012

- ANTÍDOTO CONTRA LA XENOFOBIA -



Lo peor que tiene el rechazo al foráneo, suele ser la utilización torticera y ventajista que se hace del fenómeno migratorio de las personas, para tratar de este modo de denigrar a la gente más pobre y vulnerable. Ser xenófobo en Europa y en el Mundo, ¡da votos!
Los ingleses y los españoles hicieron destrozos e indiferencias sociales, en los países que a través de las armas se anexionaron. Las "Conquistas". América es un caso de actualidad. África, un vandalismo endémico de nuestra exclusión.
La gente que ha venido a Europa, no lo ha hecho por gusto. Lo ha hecho, obligada por   la desesperación y por el innato anhelo y deseo de supervivencia.
Sí. Todos los seres humanos, han de comer. Pero, esa idea de seres humanos no se lleva hoy en día. Se lleva la patria, lo local, lo proteccionista, lo indiferente y lo propio. Se lleva lo nacional, y el nacionalismo económico que marcan los prebostes de la Economía. Que, por cierto, no suelen tener nombres ni apellidos de indentificación. Ahora, como cucos, al capitalismo se le llama con el eufemismo de "Los Mercados" ...
Veréis. Hay gente que tiene hambre, y que hace bien en venir a donde está el dinero y se ejerce el Poder. El asunto, es sencillo. Es mucho más sencillo. Lo que pasa es que el mundo no está por el ayudarse mutuamente y por integrarse, sino por el competirse y excluírse. No se interpreta la diferencia como vicisitud sensible, sino como elemento de descalificación y de confrontación. Generar pelea, sale "rentable" ...
Ya sabréis el soniquete recurrente: "Los rumanos, los ecuatorianos, los moros,      los    inmigrantes, toda esa gente nos quita los trabajos, agreden a nuestras mujeres, saturan los hospitales, nos quitan las medicinas, son gente peligrosa y delicuente palmaria, no se lavan, son inferiores e inútiles, no respetan a nadie, nos invaden por pateras, autobuses, mar y aire, les damos de comer y nos muerden la mano, aquí no pueden estar todos, que se vayan los sin papeles, las cárceles están llenas de extranjeros, los chinos son de miedo y de poco fiar, y todos en general mala gente y cuanto más lejos, mejor ..."
¿Os suena el discurso? Sí. Casi nos lo sabemos de memoria. Pero no tiene un    pase   dicha seudoargumentación. Os lo decía antes: los inmigrantes son gente exactamente igual que nosotros los blanquitos, pero mucho más pobres. Todo lo demás, sin cuentos saduceos, interesados y falsos.
Y, ¿la idea de pobreza? Veréis. Solemos pensar que el pobre es aquél que no tiene euros o dólares. Y, ésa, solo es una vertiente de dicha pobreza.
La pobreza, es un todo, que se bifurca dando paso a caminos raquíticos      que     desde    la  desesperación llevan a la ignorancia, a la falta de identidad, a la codicia del hurto, o a la falta de escrúpulos para quitar la vida de sus contrincantes de delante. La delincuencia, es inherente a la pobreza de estructura. El tener menos conocimientos, el estar en las miserias, y el caminar por la tentación del dinero fácil, nos sitúa a todos en la misma vertiente humana. Pobres y ricos, somos todos seres humanos que queremos básicamente lo mismo: futuro y prosperidad. Parece catón de lógica.
Esta rápida por breve defensa del inmigrante, se antoja especialmente oportuna en tiempo de crisis y de general paso atrás en el bienestar común y general. Solo siendo sensibles  y poniéndonos en el pellejo de los que poco o nada tienen, podemos atacar la neonazi    o  eternamente fascista idea de la xenofobia o de desprecio al foráneo.
Sé que soy impopular, y todo éso que ya pensáis. Pero como siempre me ha dado la manía de decir con absoluta libertad lo que siento y pienso, pues he decidido ponerlo en mi cuaderno de bitácora.
-COMO MERA REFLEXIÓN-

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