Sudor de cambio climático en Valencia de Abril. Olor a mujer, que huele a tirante sexy y a libertad. Pies libres, embellecidos por unas sandalias audaces que chocan con un mes aparentemente de primavera. Ojos bonitos, color a rojo playa, pelo suelto y encanto eterno.
Ropa de entretiempo que ponerse. Armarios en dudas. Acertar con el atuendo cotidiano, parece cosa de augures. De verdad que no sabes qué ponerte. El verano se ha metido en el corazón de su estación que le antecede. Invasión con aroma a libertad y a anticiclón demasiado inesperado. Valencia huele a playa de azahar, y bajo las cazadoras hay demasiada poca ropa. El tiempo está así de voluble y hay que aceptarlo.
La cama. Mantas que sobran, sábanas solas traicioneras y preocupantes, y sueño que sabe a sirena de mar. Sí, Cristina, que quieres ser mujer de verano, de precocidad, de hoy, de músculo ejercitado como una poesía sudada que busca el cuerpo diez. Apúrate y mueve tus caderas de fémina ambiciosa y guapa, lindo ser y eterno femenino que tiene derecho a su dios del hedonismo y del gustarse a sí misma y a su aceptación social. Dirán de tí muchas cosas, y lo sabes ...
Medias húmedas en las piernas de señora eterna. El placer de quitarse unas medias, lanzarlas por los aires, tirarse media hora en la bañera con sales, y oler a fragancia de yoga francés. Goce de la reina de la casa, pies encima de donde tú quieras, piernas a la depilación más concienzuda, y escasos tabúes. Llega el tiempo del físico y de la seducción de la piel. Nos ha pillado a todos con el paso cambiado, pero el azaroso clima del desierto va rápido a la suya. Piernas blancas y rosas, muslos y brazos de guiri inglesa sin tiempo de playa, moreno que todavía no puede venir del todo, y toda la paciencia en la perfección de tu belleza. Es lo que hay.
Albañiles que sudan con ronchas en los sobacos, jerseys de invierno que se lanzan por los aires camino de la playa de la cerveza, del descanso, de Gandía, y hasta del Real Madrid. Días largos de primavera sin sombras, plantas sorprendidas que paren sus flores asustadas y requemadas por una temperatura que no es la que toca. Las lluvias hacen muchos meses que se han puesto a dormir. A este paso, será mejor sacar en procesión a los santos. Las cosechas y los terrenos de labor, tienen demasiada sed.
Terrazas de verano primavera, horchatas, refrescos, cubitos de hielo, el teléfono de Marta, la sonrisa alegre de una rosa a ritmo de pájaro libertino y cantor. Toda tú. Toda mujer que parece un sueño ...
Suelo y ambiente resecos. Polvo sin barrer. Agua que solo pasa por los ojos atribulados del dolor de un desamor, parejas que se llaman por el celular para romper definitivamente, sorpresas agradables en la parada del metro, maduras de bandera e inabordables, señoras bellísimas y admirables, sombrero de paja en la cabeza, y las hormonas excitadas por un universo de calor evidente.
Contexto de libertad en la crisis, ganas de descansar plácidamente, más sudor que no importa entre dos atletas del sexo de gimnasia y profesión, paciencia en las venas, abanico de colores, Feria de Abril, Andalucía en Valencia, y toda la mixtura de dos estaciones en una nueva y potente sorpresa.
-COMO TUS OJOS-
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