En un panorama como el actual, en el que los Presidentes de los Gobiernos estatales andan oliendo a muerto de cementerio, es de celebrar la reaparición vital y efectiva de la clase política y su acción de poder, aunque sea por unas horas o por unos gestos puntuales.
Obama, no existe. Putin, huele a farsa entre votos del trile, y hasta los supermandadores ingleses casi no sabemos quiénes son ni qué hacen. "Merkozy", se compone de gente pegada a una idea del Mercado, y en Italia, Monti es un tipo gris y en la misma línea. De modo, que líderes políticos, los justos.
Ahora, el Mercado. Los hombres del dinero y los grandes ricos no democráticos y en la sombra, los cuales deciden. Ya sabéis, los banqueros, los financieros, las primas de riesgo, don rescate, su majestad la crisis, los paraísos fiscales, y los secretos de la gran globalización y la macroeconomía del pensamiento único. El imperio de la empresa.
Y, sinceramente, además de parecerme los mercaderes hombres grises y aburridos, hablando siempre de economía, de eventos y hasta de gastronomía en sus círculos selectos, echo de menos la idea del carisma y de la autonomía y destaque del hombre sobre la máquina del dinero y sus reglas anarquistas y neoliberales. ¿Kennedy? ...
Mientras veo a la Presidenta de Argentina ejerciendo el Poder, y decidiendo que el Repsol que está en su Nación pasa a ser capital austral y nada más que argentino, me lleva la memoria impopular hacia otros tiempos, en los cuales la idea de que unos tipos taimados con oscuros intereses en la sombra eran los que decidían el bacalao que se cortaba en el mundo, se consideraba una maledicencia con sabor a revista de esoterismo y de escasa atención en la masa.
¡Ah, los grandes estadistas! ¿Dónde queda el gran Charles de Gaulle o el sin par Winston Churchill?, ¿existieron realmente con toda su grandeza y poder, o todo fue un cuento de buenas intenciones?, ¿solo eran buenistas, o verdaderos referentes de la brillante historia de las democracias activas? ...
Una mujer. Argentina. Cristina Fernández de Kirchner. La Presidenta decide que ésto, ésto y ésto, e incluso le tira una ironía en forma de trompa de elefante a nuestro perjudicado estado español. Choque de hermanos y batalla de rivales. No sé quién tiene razón, pero me sonríe la idea política de mi duda.
El patriotismo. El patrioterismo. Lo popular y lo populachero. El político recuperando el gran aplauso de la masa. La ovación y el orgullo de un país, por el arrojo y la valentía de su máxima dirigente, en este caso una mujer: Cristina. Argentina. Sus decisiones tomadas.
Poco de broma en este escrito, aunque alguien pueda sonreír. Parecería de perogrullo que no fueran los turroneros o los vendedores de pisos los que mandaran o dirigieran las reglas de la justicia del progreso. Sí. Me joda o no, la señora Kirchner no ha hecho otra cosa que ser ejecutiva desde su poder de la Democracia, que se distancia de la dinámica de los elefantiásicos mercados. ¡Les den! ...
Me da igual que los financieros de la plata y del dólar, puedan preparar futuras estrategias de vendetta. En el fondo, ha hablado el pueblo soberano a través de su representación más inmediata y obvia. Me sabe mal por el Repsol español, pero me alegro por el no intrusismo.
- ¿QUÉ LE VOY A HACER? -
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