miércoles, 4 de abril de 2012

- EL BARÇA SUPERA CON CLARIDAD LA DIGNIDAD DEL MILAN: 3-1. -



Tras la idea del suspense de la ida en San Siro con el empate a cero, el acceso a las semifinales de la antigua Copa de Europa tanto del Barcelona como del AC Milan pasaba por su conducta definitiva en el segundo round y en el Camp Nou catalán.
El partido, resultó poco mediático, pero muy educado, profesional y digno. El fútbol    del  Barcelona no fue una masa compacta y entera de magia, de esas que te aplasta y que te hace menor. Hubo ratos y ratos.
Cada escuadra puso al desnudo todo lo que tenía. Sin remilgos ni embustes. El Barcelona salió alegre y al ataque, pero el Milan no se limitó a defender atrás, y también supo abrir peligro ante la meta de Víctor Valdés.
Bastante pronto, el Barça abrió la vía. Messi se encontró dentro del área un rechace bisoño, y antes de encarar a Abbiati, fue derribado. El argentino, abrió el marcador. Pero, no importó. El Milan no se descompuso, y siguió con su fútbol obligado y digno. Y un sensacional pase de Ibrahimovic, sirvió para que el bajito y elegante Nocerino igualara el marcador. Lo que pasa, es que en una jugada inocente y antes del descanso, los italianos cometieron un penalty absurdo, y de nuevo Leo no perdonó. Fin del primer tiempo.
En la segunda parte, siguió el intercambio de activos entre los dos equipos. Pero el partido se partió del todo, cuando Iniesta cazó un rechace en el área para hacer el definitivo 3-1. La paz y la serenidad. La profesionalidad y la no sorpresa. El Milan no bajó los brazos y nunca perdió la seriedad, pero mentalmente comenzó a asumir que jugaba ante un rival superior. Y empezó a no creerse nada. Fin del choque.
Era uno de los partidos más comprometidos de la temporada, para un Barça que   acusa nostalgias y ausencias. Afortunadamente, la idea milanista de jugarle al fútbol y no al cerrojo, le facilitó claramente las cosas. Cuando el Barcelona toma el cuero y lo pierde poco, tus acciones en la bolsa futbolística se acaban volatilizando.
Mas es igual. Gana el fútbol. El Milan jugó al fútbol y no al miedo. Los italianos jugaron al coraje, y no utilizaron violencias ni estratagemas. Perdieron, porque jugar contra el Barça de Messi, es casi como jugar con un jugador menos. Contra doce.
Pep Guardiola apostó por la frescura del joven Isaac Cuenca, y la idea le salió prometedora. Este chaval es rápido, prudente, maduro y frío. Y al Barça le viene bien la tila joven para desarrollar su fútbol de red agobiadora y magna.
Mascherano supo ayudar más que bien a Piqué y a Puyol atrás, y éso da también acierto y confianza. El pequeño argentino, es un enfermero brioso y serio de posibles sustos. Mala suerte la lesión muscular del popular novio de la cantante Shakira. Temas musculares de nuevo.
El italiano del Barça, fue Sergi Busquets. Dominador, inteligente, etrusco, y con la utilización sabia de los espacios, rechaces y recuperaciones. Escudero de lujo. Extraordinario.
Y así, colocando relevos oportunos que lograban hacer no pensar demasiado en algunas carencias, el fútbol brasileño del Barça y de la tiranía del dominio del esférico, los de Guardiola se llevaron,-y con menos apuros de los esperados-, el gato al agua y camino abierto hacia las semifinales de la Champions League.
Nueva demostración de humildad y de seriedad blaugrana, con Xavi director y maestro como siempre, con un Cesc brillante y eficaz, y con un Iniesta cuco y oportuno en el gol. Como si la Semana Santa y de relax hubiese pasado por el Camp Nou tras el 3-1, sigue de viaje todo el fútbol y la ilusión del gran campeón español.
- ¡A POR LAS SEMIS! -

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