miércoles, 11 de abril de 2012

- EL TIRO EN EL PIE -



No se habla en estos días en España de otra cosa. Sí. Que si Froilán, el nieto del Rey, se ha pegado fortuitamente al parecer un tiro en el pie. Y abundan los chascarrillos y la guasa. Solo faltaba un nuevo personaje que saltase a la escena: el nieto de Su Majestad. Trece años tiene ahora el jovencito.
Como si un maleficio hubiese sobrevolado y hasta se hubiera posado en el Palacio  de   la  Zarzuela,-hay quienes creen que en las grandes casas antiguas se escuchan pasos, gritos y hasta duendes-, como si un gafe persiguiera a la Familia Real, ahora ha llegado un nuevo incidente que extraña y llama la atención.
Pero nada hay de esotérico en lo que ocurre. En absoluto. Lo que hay, es lógica. La lógica de la realidad. Y con esta lógica de la realidad, la tradición no tiene nada que hacer y se termina estrellando. Sí. Vivir un tiempo que ya no existe y a golpe de personaje, te lleva a caminar por unos vericuetos de Disney que te acaban mareando y haciendo perder el norte.
Yo no creo que ser Rey, o Reina, o Príncipe, sea una profesión. No. Profesión, es otra cosa. Las figuras monárquicas quedan ahora ya obsoletas, sus personajes asfixiados y hasta atrapados, y sus vidas quedan erradas y al borde constante de la peripecia arriesgada. Y en el fondo, nada de cuanto le sucede a las personas de las Casas Reales, es extraño. Lo que es, es actual. Son seres humanos como los no elegidos por la tradición, viven en el mundo que es y no en otro, y no hay que buscar esoterismos sino la sensatez cotidiana.
El marido de la infanta Elena, Jaime de Marichalar, tuvo problemas que le dejaron en silla de ruedas o con mala movilidad, y parece que toma alcohol y drogas, y acabó separándose el matrimonio. Y ésto suele suceder en la sociedad que vivimos. Entraba en el guión, aunque se diga que fue sorpresa. Separaciones y adicciones. Temas de hoy.
El Rey se ha excedido con vehemencia y nerviosismo, en algunas ocasiones, como cuando mandó callar a Hugo Chávez, o cuando hace declaraciones enfadadas a la prensa. No   hay  sorpresas. Hay gente que es así. Lo que pasa es que nos ha dado por pensar que al ser Rey, ha de serse distinto. Vaya arana ...
Se habla de la delgadez o anorexia de la Princesa Letizia, cuando la ex presentadora de la tele vive y es una chica de nuestro tiempo. En un tiempo, en el que la anorexia y la bulimia acechan y son realidad. ¿Qué tiene pues ésto de extraño?, ¿tendría que ser inmune la princesa al oxígeno social? La repuesta es obvia, y que no.
Al parecer, Iñaki Urdangarín, marido de la infanta Cristina, es un chorizo que se ha llevado al bolsillo el dinero a espuertas. ¿Es que no vivimos entre la especulación    y    la    corrupción  cotidianas?, ¿es que no se han rebajado los valores de la decencia y desgraciadamente? Pues que se sepa, Urdangarín es un ser humano como todos.
Y ahora, Froilán, el nieto del Rey, con sus precocidades y el tiro parece que fortuito en el pie. Lo que faltaba. Pero también ha de decirse que tenemos entre nuestros niños, muchos problemas educativos y de la conducta. Nada nuevo. Por cierto, que las     declaraciones exculpatorias de la Reina son de abuela y poco de seriedad. Afirma que éso de pegarse un tiro en el pie, es cosa de niños. Bueno, bueno, señora. Hasta cierto punto, ¿no? ...
Lo apuntado antes. La Monarquía ya está obsoleta, sus libros están llenos de polvo, y superados por la realidad. Y frente a esa realidad, la cual nos dice que los cuentos de hadas solo existen en la mente de seres imaginativos, es darse contra una pared inevitable.
En la corriente contraria a un río imparable, los protagonistas de la película están    más  expuestos al público y más vulnerables. Porque esa tozuda realidad, es la que es. Aunque a la gente ha de reconocerse que le gusta el chismorreo.
-PONTE BUENO, FROILÁN-

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