martes, 1 de marzo de 2011

- QUIZÁS EUFORIA -

Hoy me levantado pleno de vitalidad. De fuerza. En dos zancadas me he plantado en el horno de mi barriada, y he comprado las viandas habituales. He cruzado mi Gran Vía Fernando el Católico, y he subido y bajado la escalera en varias ocasiones.
Me notaba tan pleno, que casi se me olvidaba que ando convaleciente de una lesión de rodilla. Hoy, es el primero de Marzo. El gran empujón hacia la Primavera. La luz de mi Valencia que inspiró al gran pintor Sorolla, avanza imparable devorando a las sombras de la oscuridad. Camino de la luz.
Hace sol hoy en mi ciudad. Tiempo suave, pero en la horas centrales del día, casi seduce la idea de la manga corta. Me gusta escribir. Me gusta confeccionar este cuaderno de bitácora que leéis, y hasta las mujeres parecen llevar hoy todo el encanto de su belleza con más brillo que otros días.
Me siento joven. Casi, radiante. No importan mis cincuenta años actuales. Se conoce que he debido dormir como un bendito, porque mi despertar ha sido casi mágico. Me siento con la vitalidad del verde de la clorofila, de esas plantas que ya espabilan y madrugan desde los tallos hasta el culmen de su estatura.
Y, mentalmente, se nota esa fortaleza y plenitud. Escribo con las letras fuertes y contundentes. Ves las cosas más sencillas, claras y diáfanas. Comprendes mejor a las personas, y te detienes con más precisión sobre los motivos pluridiversos de sus conductas. Cuando la luz te premia,entonces tú premias a dicha luz con lo mejor de tí. Con lo mejor que guardas adentro.
Hay líneas empero, que no debo sobrepasar cuando me hallo pleno y optimista. No. No se trata de batir récords, ni de ser estúpidamente samaritano, ni de alardear de élite o selectividad vanidosa, ni de pensarse uno el rey del mambo.
Precisamente, hoy, día en el que bien camino y transito, me doy cuenta de la importancia de relativizar los logros, y de darle a las cosas, únicamente la justa y real medida. La que tiene.
Se trata de saborear los pequeños momentos y de no caer goloso en empacho sobre el pastel rico, conocer que yo no soy tú, y que ella no será aquel otro. Se trata de disfrutar de un respirar profundo, y no de un campeonato de buceo sin botellas de oxígeno.
Sí. Vivir no es fácil, pero a veces es menos complicado de lo que parece. Solo se trata de que te guste la convicción con la que abordas los retos. Y de no fabular, ni hacerle la pelota a nadie. De ser auténtico, para así poder ser creíble.
Porque si te dejas llevar por la fantasía, por el anhelo de la juventud eterna o de la gran belleza o apogeo, entonces entras dentro de una espiral equivocada y embustera. Soy fuerte, pero solo soy yo.
- EUFORIAS, LAS JUSTAS -

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