domingo, 27 de marzo de 2011

- LA CADENA PERPETUA -

Soy Rick Enderston. Maté a un hombre y a la desesperada, cuando tenía dieciocho años. Ahora, tengo sesenta. No hagáis la resta para calcular tiempos. Es lo de menos. No hay edad. Moriré, aquí. El juez, me condenó a la pena de cadena perpetua. Que, ¿qué siento? ...
Lo que siento, es que casi no quiero pensar en nada. Porque, aquí, en este penal americano, si piensas demasiado, te vuelves loco. Enfermas. Ser sincero con tu deseo aquí, es un ejercicio que se acerca al masoquismo absurdo.
¿Cómo es la vida en el penal? Bueno, si queréis llamarle vida a ésto, pues llamárselo, Pero, os aseguro, que llamarle vida a algo que no tiene gracia, es muy arriesgado y comodón de llamar.
He intentado suicidarme, una vez. Pero, los pensamientos de suicidio, me son constantes. Mirad, cuando sabes que ya nunca más vas a salir de esta cárcel, todo lo demás es menoridad. Creédme. Al lado de la cadena perpetua, la pena de muerte es una liberación. Hubiese preferido mil veces la inyección letal. Si miento, que me caiga ahora mismo redondo en el suelo.
Os decía, que en cadena perpetua, todo lo cotidiano es una anécdota menor. Me importa un carajo si aquí hay asesinos, drogadictos, chorizos, violadores, carceleros, canallas, o capos de la traición vil. El patio, me la trae al fresco. Y, el sol, y la lluvia, y el viento, y las mujeres, y todo. Sí. ¡Todísimo!
Porque mi único pensamiento es, que de aquí no se sale. Que no podré darle una potentísima patada a los barrotes o al funcionario, para lograr hacerle un agujero a mi pesimismo fatal. No deseo otra cosa, que salir de aquí... Pero, la estoy cagando de nuevo. Porque, pensar en la libertad, es como pensar igualmente que va a venir Pamela Anderson en bikini a sacarme de aquí y a decirme que desea casarse conmigo. ¡¡ Un carajo !!
Sé que nunca saldré de aquí. Además, soy negro. Pero también hay muchos blancos que tampoco saldrán de la cadena perpetua. Que, sólo saldremos todos, con los pies por delante y camino de una mísera tumba. Y, adiós.
¿Cómo se aguanta todo éso en una cabeza? Mala pregunta. Me estoy enfadando a medida que escribo ésto. Porque no hay un ser humano que lo pueda aguantar. Sí. Porque para aguantar ésto, no es que haya que tenerse la cabeza dura, no. Lo que hay que tener, es esperanza por alguna parte. Y la puta cadena perpetua, devora esa esperanza.
Me gustaría pegarle un tiro a la cadena perpetua. Y violar a la cadena perpetua, y sodomizarla, y tirarla a una hipotética e imaginaria picadora de carne. Os confesaré una cosa: ya estoy loco. Mi demencia es progresiva y paulatina. Un hecho. Pero veo mucho más que improbable, el poder huír de este soez infierno. ¡Escapar! ...
-ESPANTOSO-

2 comentarios:

Clro que la pena de muerte es una liberación..por eso penas duras y a cumplirlas...este tstimonio a mi me hace recordar solo a la familia de la victima que ni en un penal pueden ver....maguito el q la hace ha de pagarla nadie tiene derecho a matar y a condenar a ese sufrmiento de por vida a esos padres... en eso si nos diferenciamos los ideales q yo quiero cumplimiento integro penas ..caso cuco 3 añós besito demo

Gracias, amiga Demo, por tu opinión.

Besos del mago.

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