lunes, 17 de junio de 2013

- CINE: 15 AÑOS Y UN DÍA. -



Gracia Querejeta en la dirección. Un recuerdo para el gran Elías, recientemente fallecido.
La película. Actualidad. Sin concesiones excesivas a los romanticismos. Un adolescente protagonista. Su difícil edad de crecer. Ausencias. La adolescencia y las ausencias. Todo junto. El siempre complicado y hasta descarnado deber de atacar la infancia   hasta    la  juventud.
Familia acomodada. Sus problemas no van por el dinero. La familiar y su idea actual. Las enormes dificultades para expresar los sentimientos. Todo ha de ser una convincente y hasta fina y falsa apariencia.
Maribel Verdú, su personaje, es la madre del chico. Una mujer llena de dolor, la cual no ha superado el suicidio de su marido y trata de seguir hacia adelante a través de la protección hacia su único cachorro. Sobreprotección.
Tito Valverde encarna al abuelo del prota adolescente, y hace una excelente interpretación. Su personaje está insatisfecho con el mundo y con las guerras. Nada le convence, fue militar, y ahora pretende hacer ver que no le importa hasta aquello que le importa. Se cierra en banda, pero cree en la idea del honor.
El personaje de la abuela del muchacho, marca una de las claves. No quiere que nada se sepa. El gran blindaje autopersonal. Lo que hoy se estila. Lo suyo, y lo de nadie más. El yo y el practicismo como valor. Nunca va a perdonar a su marido que la dejara. Los trapos sucios se lavan en casa, dice su personaje agresivo y concentrado en su verdad. No escucha.
El chico adolescente, anda perdido y sin creerse nada. Domina todo el juego actual de la tecnología y saca muy malas notas. Quiere ser de hoy y tenerlo todo, pero desea amor y sinceridad a su lado. No ve la autenticidad, y se pone reservado y tirano. Se mete en líos de pandillas y hay un muerto. Quieren que sea él el culpable. Al final,   se    solucionan    los entuertos. Él, no ha sido.
Su abuelo ex militar, el personaje de Tito Valverde, ha movido a su modo las ramas del árbol. Pero nada le convence del todo.
La agente de policía que le gusta al ex militar, es práctica y de hoy. Vertiginosa. Sabe que el tren del mundo va a toda máquina y que la gente no desea más problemas que los justos. No cree demasiado en los barroquismos del honor ni en los grandes ideandos. Desea pruebas, certezas, y ama a su corazón libre.
Película ambientada en paisaje vasco y con playas de hierba. Pero     también    están    los   inmigrantes, el cyber de los ordenadores y de la comunicación mesenger. Hoy todo es imagen. Lo que pasa es que siempre van a existir los sentimientos. Pese a todos los peses.
Cuando todo parece resuelto, entonces la policía y el ex militar se reencuentran en la playa común de la verdad. Solo importa que se gustan y hasta se desean. En el amor todo se empieza y renueva. Siempre hay amor, y entonces las corazas y las capas de cebolla de desnudan casi en fuga inevitable. Viene la verdad.
La película tiene el sabor amargo de una sociedad con pocos valores, con individualismos y con violencia como valor. Es, hoy. Y lo que pasa en este film pasa mucho y hasta demasiado en la vida real. Y no es cosa de clases sociales ni de submundos económicamente precarios. Es el mundo de ahora. Somos nosotr@s y la forma de encararlo. Es una sociedad tenaz que construímos.
-NOS GUSTE O NO-

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