miércoles, 22 de mayo de 2013

- TE DAS CUENTA -



Es lo más bonito que tiene ahora mi vida intensa y osada. La coherencia con mi realidad y el paso a paso. La satisfacción que me procura el crecer. Mi vitalidad, se abre paso entre mil vicisitudes de un pasado que enterraré paulatinamente. Y mi gran satisfacción es que dicha vitalidad mía sigue ahí bien activa y con las mejores orejas para aprender.
Sí. Ahora con lo de mi madre, descanso poco. Ahora mismo estoy extenuado. Mi cuerpo y mi psique me piden dormir y descansar. Pero en cuanto me despierto tras dormir en mi casa bonita, mi mente se concentra y administra los tiempos planificando los quehaceres ineludibles y siempre gratos. Siempre.
Lo mejor de la dureza es aprender de mi derredor. Me dan igual los retos difíciles y complicados, y lo que me interesa es tener el progresivo dominio de las situaciones y de los problemas que se suscitan. Y mientras ando y aprendo, me doy cuenta de la cantidad de cosas mágicas que aún me quedan lejos pero que bien pronto abordaré.
Esta mañana andaba ya bien temprano tomando el metro camino del hospital en donde está mi madre. Mi gesto era de convencimiento, el cual superaba todos los cansancios. Tengo ganas de hacer tantas cosas y de descubrir el mundo que me rodea, que os confieso que las horas del día me vienen cortas y apretujadas. Quiero abarcar mucho, porque siento la tremenda curiosidad de quien antes no pudo vivir con la suficiente amplitud. ¡Adiós, atrás! ...
He bajado del metro, he saludado a una bella empleada del hospital, he relevado a mi hermano, he convocado al cuidador que me ayuda, he planificado el día, he administrado los tiempos y la economía, y me he centrado primordialmente en darle compañía y presencia a mi santa madre. Cuidados y amor.
He conocido mejor a mis vecinos de la habitación compartida hospitalaria, he adquirido medicinas, he ido al banco, y he matado el tiempo con los crucigramas y autodefinidos, y he tratado de ser el mejor acompañante y familiar de mi bonita paciente progenitora.
He bajado a comer al "Bar Montse",-que está al lado del hospital, me ha dado tiempo a ir a un cyber a pasar el escrito de mi blog que también es para tod@s vosotr@s, me han relevado allá a las séis de la tarde, y he desconectado marchándome al lugar en donde ensaya mi grupo coral. Mañana tendremos un nuevo ensayo.
He tomado el autobús, me he preparado la cena, y he cuidado mi casa, he participado del ensayo musical, no sé si podré ir el jueves a la actuación prevista de mi coro pues podría coincidir con su alta hospitalaria, he vuelto del ensayo, he cenado, he visto un poco la televisión, y una media hora de ordenador. Ando realmente pillado de tiempo. Pero es igual ...
Ahora, me voy a la cana. Y mañana cuidaré de nuevo a mi madre, y además me pasarán mil cosas nuevas y hasta inesperadas que llenarán mi vida de reflexión y hasta de otras mil dudas por resolver. ¿Y qué? ...
Lo importante es el no agotarme en esta agotadora peripecia, y poderme dar descanso y coherencia. Hoy no pondré el despertador. Mi cuerpo me pide que no lo haga. Que, todo a su tiempo. Hay un teléfono, una buena coordinación y comunicación, y no soy de piedra.
Soy un ser humano de cincuenta y dos años que se alegra de estar vivo, y que se contagia de la primavera de la vida de Mayo, que es cuando las plantas lanzan el colorido de sus flores y la belleza parece llegar cargada de amenidad y de intensidad concretada. Especial.
Seguir ahí. Me doy cuenta de que todo vale la pena, y de que todo esto me espabila y me hace crecer. Soy como un ciclo que se abrirá para no mirar atrás nunca, y solo me importa el futuro construído por mí.
-LO QUE DEBO HACER-

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