martes, 14 de mayo de 2013

- ERNESTO EKÁIZER -



Veterano periodista argentino, que está siempre en las tertulias políticas de fuste. Es culto, y demasiado selecto para no entrar en exceso al trapo de las marrullerías y del juego que pretenda ser provocador de sus rivales. Ernesto Ekáizer, no siente que el periodismo haya de ser una cosa para absolutamente enamorados. Sino para un cierto nivel y capacidad para llegar a dicha necesaria y nutriente substancia política.
Ekáizer es barbudo canoso y de izquierdas, y entiende que   la     política     debe     ser     fundamentalmente argumental y de cariz social. Como la desnuda esencia de la pulcra  y profiláctica democracia.
A eso juega Ekáizer. A la democracia. Y se da cuenta de que el mundo que queda es bien poco demócrata, y que no hay que quedarse parado viendo al mercader con todas las banderas y claves levantadas. Ernesto acierta en que el argumento actual ya no es tanto la democracia y la verdad, como la estrategia y la audacia desaforada de los privilegiados.
Y entonces lo que haz el sagaz y judío bonaerense Ekáizer, es laborar a la busca del argumento economicista contrario al oficial y socorrido. Si hay que combatir la verdad con la cifra, se irá a la cifra. Juega al mismo arma que el rival, y eso le lleva al respeto y hasta a ser temido. Puede que sepa mucho más de lo que parece, y éso es pólvora. Su capacidad de alcanzar fuentes poderosas, pueden mover la asentada silla a más de uno.
Pero su golpe, raramente será plano. Su astucia es su fuerte,     y       su    vehemencia  y  apasionamiento personales una rémora para unos medios que venden el brochazo y el golpe de timbal.
En medio de los debates, Ekáizer aguanta por contenerse. Conoce los tiempos mediáticos actuales. Y en medio de su pasión y de sus agudas y penetrantes ideas, Ernesto guarda silencio. Se esfuerza, lo logra, deja que sus rivales suelten sus opiniones, y entonces   su parlamento posterior se llenará de mayor éxito.
Ekáizer es un veterano  journaliste, que mantiene la pasión educada en ese invento casi mágico que es el periodismo de raza. Podría ser un gurú o un rabino con prestigio de este terrible tiempo actual de sinvergüenzas banqueros y políticos, que han logrado transformar nuestro merecido bienestar en un calvario sin fin. Sabe ser economista culto y un combativo humanista.
Mas no se rinde Ekáizer. No se rinde porque no cree en los que se rinden, y porque en el fondo sabe escuchar demasiado. A pesar de que parezca con su discurso largo y de fondo que pretenda acaparar el foro, Ernesto Ekáizer te escruta con sus ojos y oídos a la busca de un yerro o de una arana caprichosa y poco rigurosa.
No es un periodista a la actual forma de presentarse las cosas,   pero    posee   demasiado magisterio para que su estilo encaje. Se apasiona, pero sabe también que el periodismo también tiene su descanso y su desdramatización. Éso, se nota al final de los intensos debates.
Y entonces el maestro Ekáizer relaja el discurso que no el nivel, y sonríe con dulzura mientras te mira coqueto y hasta divertido. Se lo ha pasado bien. Ha disfrutado con su exquisita vocación de periodista de gen, y entonces se siente más que satisfecho.
Pero nunca parará. Buscará por todo lo contrario libros y citas, investigará sobre tipos que mueven hilos casi secretos en la sombra, y reflexionará acerca de la gran miseria moral y casi general.
El gran periodista, llena y envuelve familiarmente el plató con su verbo nada simple sino complejo, y entonces hay que esforzarse y saber leerle entre líneas. Habla claro, pero también para quien debe hablar.
-ES MI VISIÓN-

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