Leonel Messi acaba de ganar su cuarto "Balón de Oro" consecutivo. La FIFA, sigue viendo en él al gran Rey sin oposición. El mejor jugador del planeta. Nuevamente. Sigue ahí arriba en el Gran Olimpo. El del número 1.
Solo dos o tres rivales. Dos, quizás. El atletismo unido al excelso talento ofensivo de Cristiano Ronaldo, y la creatividad quasi mágica del gran y eterno Andrés Iniesta.
El fútbol. La gran pasión. El espectáculo, la gran caldera de las emociones, y el deseo de ganar. Los ganadores son los que logran las grandes condecoraciones. Los elegidos, reciben a primeros de año sus reconocimientos oficiales.
¿Un portero puede ser el mejor jugador, y en un año bastante anodino?, ¿Iker Casillas no se ha merecido y con creces el citado "Balón de Oro"?... Pues parece que los porteros no cuentan en estas cosas magnas. Los grandes guardametas, difícilmente podrán aspirar a estos galardones. El fútbol no comprenderá nunca adecuadamente a los geniales arqueros. El fútbol reconocido, es el que parte del medio del campo y en dirección a las áreas contrarias. Aquellos que huelen a gol y a peligro, a creatividad, a juego de campo, y a liderazgo sobre el terreno de juego. Y, pocos más.
Leo Messi. Todo se ha dicho del dios argentino. Nadie puede ni debe poner objeciones a su nuevo éxito. Messi ha vuelto a hacer una sensacional temporada, y marca goles como churros, y regatea con una rapidez absolutamente inabordable. Messi es el gran sheriff de este deporte. El sucesor, además, del gran Diego Maradona, y a su vez, de Di Stéfano, Pelé y Cruyff.
Vivimos tiempos de fútbol en los que reina un dios de este deporte, y todos los demás aspirarán al máximo galardón en función de la peor o mejor forma de los Dioses consagrados. Messi está por encima de todos sus rivales. Es, de categoría especial. Solo lo puntual o coyuntural podía hacerle débil sombra.
¿Porqué?, ¿qué es lo que le separa del resto de los jugadores de la galaxia fútbol, la cual tiene a su "NBA" en España, incluyendo al mejor entrenador como es Vicente del Bosque?, ¿qué hay que tener para que todos los caminos se le abran francos al gran Leo?
Mil cosas, naturalmente. Una de éllas, es constancia. Resultados y goles constantes, regate y desborde de cine, peligro letal en cada accción, y muchas ganas de seguir coleccionando éxitos, Balones de Oro, Champions League, y lo que haga falta. Ambición y gusto vivo.
Al igual que al gran Johan Cruyff, a Messi se le pide en Argentina que le dé a los albicelestes un título mundial. Que haga campeona mundial a Argentina. Es el único pero que le falta.
Messi, es como es. Tímido como un muchacho eterno y nada amante de los protagonismos. Leo quiere pasar desapercibido y darle oro al fútbol de calle y de la barriada. Quiere divertirse jugando al fútbol, independientemente de cuál sea la envergadura de su equipo rival. De sus rivales ...
El gran Messi nunca tendrá la capacidad de liderazgo para tomar un brazalete y llevar la manija. Al menos por ahora, no se le ven esas ideas. Aún es joven. Quizás pueda. Lo que sucede es que no tiene madera de mandador. Ni le interesa.
Messi se pone nervioso, se viste con trajes discutidamentes elegantes, y no le agrada el discurso porque no se siente bien en el estrado mediático. Él, solo quiere bajar a la hierba y jugar a este deporte. Es consciente de que nunca debe creerse que es el mejor, porque si ese día llega, podría ser el de su declive.
A los que nos encanta el fútbol, solo podemos quitarnos el sombrero, darle de nuevo las gracias por hacernos felices cada fin de semana, y respetarle como ser humano por encima de todas las cosas.
-CON EL BALÓN, YA SE RESPETA ÉL SOLO-
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