martes, 30 de octubre de 2012

- "SANDYCANE" -



¡Oh, my Good! El gran demonio ha venido del mar. Viene a casa. Nueva York. La noche oscura abraza al Gran Maléfico que trae las olas marinas al medio de la Gran Manzana. Susto, miedo, terror, algunas decenas de muertos, cientos de evacuados, y   una     gran    explosión de un generador de luz. Todo sin verse y sin funcionar. ¡Rezad, friends! ...
La gran película del miedo y de la gran catástrofe éramos nosotros. Actores reales de una gran adversidad esperada que te sorprende a pesar de todo. No nos salva ni   la   más   que bellísima luna llena que todo lo domina. La luna llena más indiferente de la historia. Lo que importa es el imperio traicionero del monstruo colosal que las aguas y   el   viento    han  abierto y generado.
El hombre, como modestia y humildad. Estamos a merced de los elementos, y no hay ejército ni enemigo más temible. Cuando la Tierra se pone loca, solo queda tener la cabeza dura y ponerse a resistir como los supervivientes del gran Charles Darwin. La fuerza    de    la  inteligencia y de la adaptación ante la gran psicosis. ¡Danger, danger! ...
Todo es agua y aire. Oscuridad. De noche. La noche del summo huracán Sandy:"Sandycane". De, hurricane. Sandy es afortunadamente, efímero, pasajero y huidizo. Solo quiere hacer ver que el huracán es fuerte como el Gran Rey del Mambo. Un Kíller intocable al que nadie puede toser. El Tyson auténtico del Garden, capaz de bailar incluso al mito Alí. ¡Oh, New York! ...
Esta vez, aguantan los rascacielos. Nada de Halloween. El miedo es resistible. Está el amor y la ayuda, y los grandes movimientos de ayuda y solidaridad. El money es una mierda que engulle el Océano. La economía, un guiñapo a merced de los vientos cabrones. Nadie puede parar a Sandy. Ni el chico de la película, ni Supermán, ni Harry Potter. ¡Now! ...
Con las primeras luces de la mañana, los neoyorkinos y americanos, y cubanos, y haitianos, y otros muchos seres de luz y vida, podrán calmarse. Ya va cediendo todo. Y entonces la vida le da por saco a Sandy, y le dice al "hurricane" caprichoso que se desmadeje y se haga nada. Cero. ¡¡Bye!! ...
La fuerza social de la mente decidida. Las alturas salvadoras frente a las aguas del suelo. Sí. Yes. Solo gana quien sube arriba, y se aleja con prudencia del gran cenagal lleno de ríos y de riesgos.
América mediática. Sufrimiento real. A veces vale la pena sufrir. Siempre vale la pena sufrir como en un marathón. No fue Bin Ladden que volvió del odio. Solo ha sido una mala noche que se desvanece entre el imperio del terror. A Hollywood le cae la baba de gusto. Sabe que tendrán pronto en cartel nuevos "titanics" felices de negocio.
La gran película siempre puede ser realidad. Ahora veo que la gente comienza a esbozar tímidas sonrisas. Está la luz, y poco a poco vuelven las comunicaciones, y abren las consultas los psicólogos. Nueva York, resiste. Si tú resistes. ¡Maldito Sandy! Nadie puede censurarte, ni juzgarte, ni mandarte a Guantánamo. Has sorprendido, pedazo de cabrón. En la película de la noche de los sustos sorprendidos, no ha habido chica de la película, ni erotismo, ni piernas sexys de mujer. Sandy, se va. "Sandycane", ha muerto. Nueva York escupe sobre sus restos. La maldad y la destrucción incontroladas, ya se han dormido. La paz sea con todos los esfuerzos.
- ¡OH YES, NEW YORK! -

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