O mejor dicho, Silvia Krystel. La actriz holandesa, acaba de fallecer a los sesenta años de edad. Sí. La protagonista de una película, que alcanzó la categoría de mito porque rompía todas las barreras. El sexo, la mujer, la libertad, Francia, y los tabúes que caían destruídos camino de la aceptación. "Enmanuelle", fue el título de una película erótica que se mantuvo en cartel en Francia durante diez años. ¡Menudo hit! ...
La marca "Enmanuelle" abría las espitas de la represión sexual. Y, no digamos, en España. Todo había empezado con el destape, los desnudos de chicas, o las películas eróticas. Todo el género del morbo casi obsesivo, comenzó con el "El último tango en París" y María Schneider con Marlon Brando, osados y hasta sorprendentes.
Os confieso, que yo no me acuerdo apenas de la película "Enmanuelle" de Silvia Krystel, sino del impacto que supuso. El fenómeno social en España. Era un cine perverso, irreverente, libertino, maldito, prohibido, sexual, y de verdes salidos o algo así. Y, a la vez, revestido del refinamiento europeo y francés, y de resonancia mediática general.
"Enmanuelle", fue como una revista porno clandestina en forma de película, en la mente de mucha gente a la que las circunstancias y la moral religiosa al uso habían hurtado el horizonte de una sexualidad realizada y plena. El día del sexo siempre negado.
Francia, Perpignan, el franquismo, el cine guarro y de chavalas en bolas que se podían ver a través de un viaje de fin de semana en auto hasta el territorio francés. Una locura necesaria y de generaciones nuevas, una novedad dentro del tedio y de las rejas de una dictadura feroz. Había ganas de traspasar las fronteras furtivas de un tiempo opresor. Poco recordamos de "Enmanuelle", y algo de que la protagonista era una chica delgada y de corto cabello, que estaba sentada en una silla mostrando sus senos, y vaya usted a imaginar cualquier cosa pecaminosa más. En definitiva, la insoportable,-en aquel tiempo-, sexualidad libre de las mujeres.
Y aquella idea cinematográfica, alcanzó cebo y éxito, y logró un impacto quizás previsible y hasta calculado, incluídas las protestas y los rechazos de la carcundia más conservadora, eclesial y hasta ratonera.
La marca "Enmanuelle", abrió la caja de la sucesión y del mimetismo de emulación. Apareció una saga de "Enmanuelle". Recuerdo a "Enmanuella negra, con la bellísima Laura Gemser. Es decir, que la fuerza de la insólita libertad de la acción sexual femenina, había logrado una popularidad y una pegada fuerte en medio del más que evidente machismo general, entre el pecado, el remordimiento, y el clandestinismo en muchas conciencias sin educación sexual y sin respeto por las señoras y su nuevo mundo nada tradicional.
Se unió toda la libertad en aquellos años setenta. Sexo, drogas, rock and roll, y fantasías soñadoras. El porno era tabú, y estas cosas eróticas de luxe y de "Enmanuelle", cubrían una demanda evidente entre un nuevo modo de pensar desmarcado de los valores de la tradición.
"Enmanuelle" era un laberinto de pasiones clandestino y real a un tiempo, en una España ansiosa y desesperada. Búsqueda de salidas y de aventuras: "no se lo digas a nadie, que verás" ... Miedo.
Silvia Crystel acaba de fallecer, en medio de un cuerpo y una salud derrotada. Nos habíamos olvidado de ella y de "Enmanuelle". O, casi ...
Porque, ha sido conocer la noticia de su fallecimiento, y algo en nuestro actual tabú represivo se ha movido. Hemos regresado por unos momentos a un tiempo cerrado y a veces excitante.
-TREMENDAMENTE PROHIBIDO-
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