miércoles, 23 de mayo de 2012

- ANUSKA TIENE UNA AMBICIÓN -



Ecuatoriana, buscando un futuro para sus vástagos, y teniendo un orgullo decepcionante que se impone en mi España a la idea de la integración y de la gratificación básica. Sí.
Anuska lleva desprecio en su altanería. No le gusta ésto. Tiene un cuerpazo    de    mujer  potente, que labra dos horas en el gimnasio y de lunes a viernes. Pero, Anuska quiere más. Muchísimo más.
Anuska quiere triunfar y reír, recuperar la ilusión y ser plenamente feliz, aventurarse en situaciones alegres y gustosas, descansar como una reina en mi playa de La Malvarrosa, y hasta ser la mujer del año y la nueva sensación en las tendencias modernas. Sencillamente, ser mucho más de lo que es ahora.
Por eso es que Anuska pone cara de asco, y parece bastante más fea de cara de lo que es en realidad. Porque sus manos son suaves y finas, porque le encanta la moda   y  la  estética, porque la aburre el tedio de lo cotidiano, y porque siente que se está perdiendo demasiadas cosas buenas y en el cénit de su vida. Menuda injusticia siente Anuska ...
Dejar el Ecuador. Dejar el Ecuador por esta vida tan parecida. Abandonar los campos  y las praderas con las que jugaba a ser amazona en el varonil caballo de su prima Gladys, por lo de ahora de España. Cuidar viejos. ¡Vaya mierda! ...
Anuska tiene una ambición que seguramente es excesiva. Porque no cree en la poesía ni en la complejidad de las cosas o de los discursos. Anuska es una moto que necesita carreteras de velocidad y pocas barreras. Precisa del avatar inesperado y confortable. Piensa que su vida también deber ser monte y alegría, y le molestan el sudor y las moscas.
Claro que tiene novio aquí. Del Magreb. Su novio, lo tiene más fácil que ella para triunfar. Cuando se canse de la puta crisis y de la ausencia de dinero y de empleo, siempre puede coger un rápido barco, y volver presto a estar con sus raíces. Lo han hablado. Anuska sabe que primero será la necesidad del dinero, y luego vendrá el amor y el adiós si no hay más remedio ...
Esto es lo contrario de que siente Anuska. Por eso pone cara de mala leche. Porque tiene que decir aquello que no siente. Porque Anuska no ha venido al mundo para vivir un tedioso valle de lágrimas. ¡Ni hablar! Y nunca le abandona su ambiciosa esperanza.
Porque si algún día ha de retornar al Ecuador, no será para mirar defraudada su rutina de rota ambición. Hasta la sepultura, ella seguirá porfiando por ser de una clase media, por huír del mono sucio del obrero esforzado, o de depender infructuosamente de nadie.
Anuska, es. Y como es, se siente. Da igual el Hemisferio Norte que el Sur, o que la línea que los corta o separa. Anuska es una fuerza heterodoxa e india, que solo entiende el idioma de su grandeza imaginada.
-Y QUE DIGAN LO QUE QUIERAN-

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