domingo, 7 de agosto de 2011

- TODO UN ABISMO IDEOLÓGICO -



En el fondo, todo esto que sucede, solo puede causar un cierto estupor o asombro. El mundo está excesivamente dividido. Dos modos diametralmente opuestos en la manera de ver las cosas, separa profundamente a la ciudadanía. En Estados Unidos, la cosa parece pasar más difusa y desapercibida. Pero, en Europa, es más que un hecho flagrante.
La forma de pensar tradicional, la de hasta ahora, la de las reglas del juego establecidas,nunca cuestiona los indicativos de los mercados y los bancos. Del capitalismo y su Sistema, vamos. Y piensan que es mejor callar y obedecer, a la espera de que vengan mejores tiempos. Están de acuerdo con los recortes sociales, con dar oxígeno y más oxígeno para la libertad     de   las  actuaciones de los especuladores financieros, mercados, y políticos que van en   esa   misma  corriente. Los de la "prima de riesgo", las "medidas de ajuste", las de la necesidad dura de los "rescates", o de lo que se nos desea marcar como absolutamente "incuestionable" desde el Poder del dinero y sus adláteres.
Absolutamente enfrentados a estas ideas economicistas, escasa    o      nulamente  sociales, y desobedientes frente a ese Poder tradicional, hay un sustrato poblacional y creciente, que no traga. Que, piensa, que todo lo anterior es una sucia filfa y una trampa saducea. Que no está en absoluto de acuerdo, y que no piensa permanecer pasivo ante lo que se nos dice.
"Lo llaman democracia y no lo es", "Manos arriba, esto es un atraco", claman sin ir más lejos los jóvenes españoles del espontáneo, indignado y decidido Movimiento 15-M de la Puerta del Sol de Madrid y de muchas ciudades españolas. Y también, por extensión, en muchos sitios de Europa y dictaduras árabes.
De la misma manera que hombres sabios no han logrado evitar que se deteriore la capa de ozono, o que el cambio climático haya dañado profundamente al planeta, los señores del dinero y del Poder oficial y real, decidieron ha mucho, que lo del futuro y lo del    legado   a  nuestros jóvenes, podía esperar. Lo mismo que se hace con África, por poner un ejemplo.
Se equivocaban. Nuestros jóvenes no creen en el Sistema que hay. No le ven verdad, ni esperan nada de él. Están y se sienten, en la exclusión y en la tomadura de pelo. Bien poco tienen que perder. Se sienten como traicionados por sus padres o abuelos. No ven ningún tipo de bienestar. Hacen responsables a la Banca y al seguimiento borreguil de los políticos de turno, del gran desastre social que se ha producido. Y siguen clamando por un nuevo tipo de mundo y de esperanza.
- Y YO, CON ELL@S -

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