Calor duro. Madrid. Doce horas del día 18 de Agosto. Barajas aeropuerto. Aterriza el avión papal. Baja Benedicto XVI. Le reciben Sus Majestades los Reyes de España y le dan la bienvenida. Los católicos, aclaman al Papa. España, le mira por la tele. El mundo, hace exactamente lo mismo.
El Papa tiene cara de vejete correcto, y es un alemán que no parece gustar de alardes ni de grandes estrépitos. Está tranquilo, con mirada tímida, y saluda y comprende a sus fans y seguidores con la corrección precisa. Tiene poca voz. Es mayor, y los años no pasan en balde. Ha de regular su actividad. Son muchos los actos que ha de presidir.
Madrid está cortada hace una semana al libre viandante. Las razones de seguridad, se imponen. Los opositores al fasto, son neutralizados sin contemplaciones por la dura porra de la policía. Todo ha de salir según lo previsto. Nadie debe osar poner sus dedos en lo acordado y consensuado. España está muy ligada a la Iglesia de Roma. Somos mucho, Roma. Estamos muy familiarizados con la liturgia del sucesor de San Pedro. Ahí va la comitiva de autoridades que le cumplimentan. Ahí está el desfile de los obispos españoles y veteranos, que componen las distintas diócesis.
La televisión nos ha preparado bien. Lleva una semana diciéndonos que el descendiente del San Pedro cristiano, va a venir a Madrid. A España. Y que estará unos días con nosotros. Que, hemos de verle. Se ha creado y con creces, la extraodinaria expectación. De modo, que ponemos la tele, y a verle. Todo, bien mediático.
J.M.J. Jornadas Mundiales para la Juventud. Un millón de personas, se congregarán en Madrid ante su Santidad. Los jóvenes cristianos, venidos desde todos los países, aclamarán al Papa, y le cantarán sus mejores versos y canciones.
Sí. Esto de la juventud, debería preocupar a Roma. Porque entre el poder y la curia, todo es gente mayor. Porque la mujer no rasca bola en su organigrama. Porque la crisis de vocaciones es una losa que lleva Cronos. Porque la fe, se la está llevando el evangelismo.
El Vaticano necesita de relevos y de juventud. Otra cosa es que lo hagan, y que todo quede en palabras huecas. Siguen habiendo dos iglesias cristianas dentro de la misma. La iglesia cristiana que se va a África a ayudar y a jugarse el pellejo, y la que vive aplaudidora la inercia y la comodidad de la Jerarquía.
La gran multinacional de 2011 años, ha de reaccionar. La tele puede ayudarle. También, el dinero. Pero es evidente que hay crisis más allá de la pederastia, el celibato o el condón. Y, éso, lo saben los jóvenes y no tan jóvenes.
-DE ESPÍRITU-
0 comentarios:
Publicar un comentario