Mire, señor Florentino, yo ya sé que el mundo de los negocios y de su ACS de la construcción, no tiene nada que ver con el fútbol. Es más. El que debe saberlo, o debería, es usted que está en ambos mundillos. ¿O quizás sí se parecen? ...
Lo bien cierto, señor Pérez, es que usted tiene liada la gorda en esa marca llamada Real Madrid y que usted preside. Y, reconózcame, que usted parece un poco pardillo para estas cosas del redondo balón. ¿O me equivoco también, señor Florentino?
Verá. Mire. José Mourinho nunca podría entrar en ACS. El porqué, lo sabe usted bien. Entre otras muchas "facetas", su señor entrenador se dedica a meter el dedo en el ojo y literalmente a las personas. Y éso, no solo no se hace, sino que usted nunca lo haría, y los directivos de sus empresas que trabajan codo a codo con usted, tampoco.
Sí, Pérez. El fútbol es ciertamente complicado, y a veces pasan estas cosas inauditas. Pero ha tenido usted mala suerte. Llamémoslo así. Usted es ahora el padre mediático del innombrable y rastrero Mourinho.
Sí, Florentino. Nadie va a negar que su entrenador ha hecho un equipo robusto y combativo. Y, que, a pesar de que no tiene jugadores que hagan un fútbol de primor, su marca Real Madrid está en la élite del fútbol mundial. Ahí estamos de acuerdo.
Pero, Pérez, todos los iconos a admirar, necesitan de una ética ejemplarizante y de unas formas que el mundo debe ver en su nao, y que ahora no las ve por ninguna parte.
Porque su Mourinho está encabronando a sus jugadores, como por ejemplo a ese chaval hasta ahora impecable, como seguro que además sigue siendo su portero Iker. Por no hablar de Marcelo, o del exótico Pepe.
¡No, señor Florentino! El tema del marrón, no era Valdano. Cierto que no fichaba bien, y que siempre estaba que si blablablá, y blablablá, y que parecía un filósofo en tierra extraña. El tema no era Valdano, sino su "Mou", señor Pérez.
Y lo jodido, no es el dedazo al ojo que le soltó al segundo entrenador del Barça el otro día. No. Lo puñetero, es que de paso, se lo metía a usted en el trasero. Sí, Pérez. Mourinho ya está acabado. Aunque gane la Liga o la Champions, su hombre de confianza ya está sentenciado. El dedazo mediático y lo de Cesc, lo mandaron al infierno. Y usted lo sabe bien, señor Pérez. Ahora ya solo quedan dos en el disparadero del Madrid. Usted, y él. Y él es menoridad y hasta anécdota del mundo del descrédito. ¿Puede ya desmarcarse de ese tipo, señor Pérez?
-ME TEMO QUE NO-
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