Luna llena de estío, noche de tus ojos, flujo de calor. Impulso imparable, que nos lleva a la aventura y al amor inesperado. Plenilunio salvaje y compartido, luces en la noche, estrellas Perseidas que desprende San Lorenzo en el mirador improvisado de la Sierra Calderona de tu deseo y el mío. Estivella, Sagunto o Gilet. Valencia.
Luna, farol encendido en el tabú, autobús nocturno hacia la libertad, farola de borracho feliz tratando infructuosamente de oír un estribillo maldito de Joaquín Sabina, verbena de vacación, tus ojos enormes mirando los míos, y mucho desparpajo, inciativa y concreción. Lo hacemos todo, como si fuéramos un solo cuerpo con cuatro manos y todos los deseos humanos y hasta del mítico infierno del placer deseado.
Velas de luna, noche tonta de satén, tú masculina y yo femenino, calor de chicharra extrañada, bochorno entre mis brazos y los tuyos, y un cohete espacial y nupcial para marcharnos los dos a la luna y no volver jamás. Déjame escuchar otra canción de Gloria Lasso.
Posibilidades, tontadas aventureras, vida que se vive a mil kilómetros de la palabra muerte, noche como fedataria anecdótica de nuestro tiempo feliz, colores mutuos de pasión y caras rojas, brisa acampada en el monte que me dan tus labios y que a tí te dan los míos.
Te quiero y te amo, luna de verano. Tú, decides y haces posible un marco previo y anhelado de romanticismo casi salvaje. Gracias por estar ahí, tan lejos y tan cerca a un tiempo. Déjame ser tu discípulo lobo de amor y con pelo. Mucho pelo.
Película de terror con final feliz, asesinos derrotados por la policía, orgasmo fatal y empalado de Drácula, dominio de la hierbabuena y del bien, pócima fresca con olor a tomillo, risa loca y vital, perdidos en medio del frondoso bosque elegido para huír hacia nosotros. Lago de Brooke Shields, tentador y traslúcido. No hay sed.
Satélite de bombilla de neón, luna de labios, amor real, recuerdos presentes, trapecistas sobre las ramas de un pino llorón, solitario mirón y angustiado, demonio feliz, y dios comprensivo. Halagador.
Carta de amor, amor, amor y todo el amor. Amor de roce y de presencia, amor de verdad, amor de luna que brilla charlando con una luciérnaga, fulgor fugaz, canto de grillo puñetero y chillón. María enamorada, José varón. La luna os ve.
-Y OS AMA-
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