miércoles, 24 de agosto de 2011

- MI SONRISA IMPECABLE -



Como una obligación mágica. Como un deber de esos que me ponían los profesores cuando iba al colegio. Como yo mismo sobre este blog. Como una sonrisa intocable y eterna.
En los momentos esos duros que yo tengo, y que lo tiene todo el mundo, pienso en serio y de veras en mí. Y tras la reflexión y consabida meditación personal, saco mi sonrisa y le doy un camino a mi esperanza y a mi libertad.
Sí. Mi niño interior sigue ahí bien vivo y coleando. Es mi motor infatigable y creativo, desde el cual proyecto al viento mis letras que leéis. Y mi niño, siempre sonríe. Mi niño interior me dice que nunca mire hacia atrás. Ni, tan siquiera, para tomar impulso. Y es que este niño, es un sabio precoz. Un tesoro personal.
En la primavera alargada de las primeras sombras de Agosto, que le dicen al verano que se está haciendo mayor, surge a veces la duda o el sendero dubitativo. Pero, solo es un instante. Porque, mi fondo, navega por el río de la alegría y de la ilusión. Y entonces sale siempre mi  satisfacción estable de la paz interior. Yo soy alegría. ¡Lo sabes, Mago! ...
¿Qué fueron o han sido mis heridas personales?, ¿qué diantres es el pasado? ¡Nada!  Mi   pasado y mi pesar, solo fueron una vicisitud. La evocación de un tiempo duro de tristeza, ya se parece a lo inane del victimismo. Sí. De ese victimismo fofo y tonto, que hace que te ponga piedras y trampas en el presente de indicativo.
Quítale drama a tus cosas, Mago. Esa es la directriz de mi espíritu. Sí. Mi vida es como la de ese ciclista que ataca en la montaña, pero que nunca mira hacia atrás para ver en dónde quedan sus rivales. Convicción.
He de atacar, y ataco, y cuando ya no pueda más, entonces seré rebasado,pero nunca perderé la sonrisa. Porque la vida es un sano deporte. Y los otros y las otras también cuentan,   y   compiten en el escenario vital de la alegría y el bienestar. Logros universales, necesarios   e  innegociables.
Sí. Mi vida es mi carrera, mi camino, mi ritmo y mi motor. Mis escritos, mi canción, mi lucha constante y mi inconformismo. Yo soy un aprender, un crecer, un brotar, un iluminarme a mí mismo desde mi propia sonrisa social. Yo, soy mi reto.
Y caminaré, y mi magia será mi eterna sonrisa que nació en mi infancia. Y mi vitalidad seré yo y todos los que me rodeáis. Y, jamás nunca, perderé mi capacidad de sorpresa. Y   si   me caigo, me levantaré. Y si me hago daño, me curaré. Y si me quieres, te querré más. Y si me das amor, muchacha, te daré la sonrisa que nunca habrás podido imaginar.
-TE LO PROMETO-

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